E D I T O R I A L
Mi madre
Una de las
características de la madre es “que engendra”, es decir, que dentro de su
vientre permite que se geste la vida en el periodo que tarda el embarazo. Mientras llega el momento
del nacimiento tiene que pasar por molestias debido a los cambios fisiológicos
y anatómicos propios de la dulce espera: náuseas, vómitos, alteraciones en la
circulación, digestión, molestias en vejiga, dolor de espalda, dificultad
respiratoria al momento de dormir, etcétera, y una vez en el trabajo de parto
¡las contracciones! vaya dolores para que pueda ver la luz el ser que cargó
nueve meses. Al final, todo es felicidad. ¡Gracias mamá porque nos ofreces tu
misma vida para que podamos estar en este mundo! por algo, bien se dice que “el
milagro de la vida” está en las manos de las mujeres. Hacemos la analogía con
el Seminario, el semillero donde se gestan los futuros pastores. También
cuestan dolores de cabeza, angustias, esfuerzos, desvelos, desgaste físico y
mental para llevar a los seminaristas al encuentro con el Buen Pastor y que se
configuren de la misma forma para que una vez que reciban el sacramento de la
ordenación sacerdotal (el momento del alumbramiento), prosiga la obra salvadora
de la Iglesia. Desde aquí les gritamos a los presbíteros: ¡Hijos, no se olviden
de su madre que los engendró! ¡Del Seminario que los acogió!
I N T E R – N O S
Madre, abuela y religiosa
Sor Celia de
Jesús, de 70 años de edad, viuda, madre de tres hijos y abuela de cinco nietos,
ha tomado los votos perpetuos en el monasterio de Santa Clara en la provincia
de Valencia, España. Esto es posible porque se perdió el vínculo matrimonial
tras la muerte de su esposo, y sus hijos, ya mayores de edad, han realizado su
vida independiente. ¿Veremos estas historias en Xalapa?
Felicidades
Una cordial y
merecida felicitación a Mons. Jorge Patrón Wong, nombrado Obispo titular de
Papantla. Hasta la semana pasada permanecía como coadjutor con derecho a
sucesión. Su gran disponibilidad, cercanía y preparación han hecho posible su
colaboración en la formación del Seminario de Xalapa. Nuevos aires llegarán al
Totonacapan.
A evaluación
No nos referimos
a la magisterial que tanto revuelo ha causado, sino a los miniescrutinios que
el Equipo de formadores de Filosofía van a realizar a los seminaristas de esa
etapa. No basta con apelar a una buena intención ni con tener aprobadas las
materias. La formación integral exige la mejor capacitación y cualidades. En
nombre del bien y la verdad, que sea lo que Dios quiera.
Ayer
seminaristas, hoy sacerdotes
POR DIEGO E.
TÉLLEZ OJEDA
Después de una intensa
semana de oración por las vocaciones sacerdotales, semana que culmina hoy en
nuestra Arquidiócesis con la “Colecta del Seminario” muchas personas se preguntan ¿qué es lo que
ofrece el Seminario a cambio de su oración y su apoyo económico? La respuesta
inmediata es: Sacerdotes. Queda claro
que el objetivo de nuestra Casa de Formación es “Formar en el seno de la comunidad del
Seminario, auténticos sacerdotes ministeriales, diocesanos, célibes,
configurados con Cristo Buen Pastor y
Esposo de la Iglesia…” entonces a
nuestros sacerdotes la pregunta que
podemos realizar es ¿qué me ofreció el Seminario durante mi formación? Por ello
se realizó este sondeo a los sacerdotes que integran el Equipo Formador del
Seminario Arquidiocesano de Xalapa para conocer tal inquietud.
“El
Seminario me dio una casa de formación sacerdotal donde, gracias a la
Providencia divina y a la generosidad de los fieles, tuve lo necesario para
formarme integralmente como sacerdote.” P. Roberto Reyes Anaya, Rector del
Seminario
“El
seminario me permitió realizar un serio discernimiento vocacional y descubrir
la vocación del sacerdocio al cual me llamaba Dios. También pude recibir una
sólida formación espiritual, humana, académica y pastoral para el ejercicio del
ministerio sacerdotal. En el tiempo de formación descubrí muchas de las
necesidades de nuestro pueblo y cómo se puede ir respondiendo, a algunas de
ellas a través del apostolado.” P. Rafael F. Velasco, Ecónomo del Seminario
“El
Seminario me ha dado una formación integral que ha sido la base sólida para el
crecimiento de mi persona y para el desarrollo de mi sacerdocio. Vivo muy
agradecido con Dios y con el Seminario porque gracias a ellos soy lo que soy.” P.
Salvador Morales Casas, Vicerrector de Teología
“Como
casa de formación ha sido generoso en mi vida, como seminarista me brindó la
compañía e instrumentos para madurar mi vocación, me permitió crecer como ser
humano para después tener las bases de ser cristiano y posteriormente la fuerza
de responder al llamado de Dios de ser Sacerdote. No concibo mi ministerio sin
los procesos de crecimiento que me brindó el Seminario, en los cuales la gracia
de Dios se manifestó de manera generosa, con el día a día de la formación, de
las actividades y de la oración.” P. Virgilio Mirafuentes Lima, Vicerrector de
Filosofía
El
ambiente propicio para ir desarrollando el germen de la vocación. Aquí encontré
sacerdotes que me orientaron y enseñaron el arte de servir a los demás desde el
ministerio que ahora muy gustoso lo pago con los ocho años que tengo como
formador. P. José Luis Alvarado Jácome, Formador Humano
“La institución
del seminario siendo alumno me ofreció la posibilidad de conocer y de madurar
el proyecto que Dios tenía para mi vida, en un contexto de oración y
discernimiento con los formadores que me permitieron dar una respuesta al Señor
en mi ordenación sacerdotal.” P. José Rafael Luna Cortés, Director espiritual
FOTÓGRAFO: POR LUIS ALBERTO SORCIA
El
bien y el mal “De libero arbitrio” de
san Agustín
POR
JOSÉ PERALTA YOPIHUA
Sólo un ser que en sí mismo es la
bondad pudo hacer la creación donde devienen hombre y mundo. Siendo esto así, bien
puede parecer incoherente el hecho de que en la creación se encuentra el mal
cuando tuvo razón por un ser bueno. ¿Acaso sería oportuno señalar a Dios como
responsable del mal en el mundo? De acuerdo a la doctrina de san Agustín de
Hipona, de ninguna manera Dios es culpable del mal en el mundo, más bien es el
mismo hombre quien mediante su voluntad y libre albedrío opta por el bien o el
mal. Esto es, que el hombre no es obligado por Dios a elegir el bien o el mal,
pues Dios mismo le ha dado el libre albedrío para que por su cuenta obre el
bien o el mal.
La bondad divina se hace más
manifiesta si consideramos, además del libre albedrío, otros bienes que ha dado
al hombre, tales como: las virtudes, la razón, los sentidos, la sabiduría, las
leyes en la Biblia, las leyes de la Iglesia y las civiles; bienes que al
emplearlos debidamente le son útiles para combatir el mal. Lo anterior nos
aporta una visión para no concebir a Dios como artífice del mal, sino como
causa de todo bien.
La presencia del mal en el mundo
se debe al desequilibrio emocional y sentimental del hombre, pues al tener
desorden en su vida lo transmite a los demás y al mundo; y viéndolo desde san
Agustín, el mal es consecuencia de que el hombre inclina su voluntad al uso
indebido de las cosas.
De esta manera podemos responder
a las situaciones lamentables que se suscitan en el mundo, ajenas a Dios, como
la violencia, el sufrimiento, los accidentes, y todo tipo de circunstancias en
sí mismas indeseables, sin responsabilizar a Dios por ello, sino al mismo
hombre que se deja envolver por el pecado entregándose a la esclavitud del mal.
Max Scheler lo apunta así: “Dondequiera que el hombre, ya aisladamente, ya
agrupado, crea haber adquirido en un bien finito la plenitud y satisfacción
absolutamente últimas de su ansia amorosa, trátese de un delirio, de un
estancamiento de su desarrollo espiritual y moral”. En este sentido, el mal en
el mundo es provocado por el encadenamiento del hombre a sus propios impulsos.
Es tarea de nosotros forjar
nuestra voluntad. Sólo en la medida que lo hagamos, a decir de san Agustín, afianzaremos
nuestra voluntad al bien y no obraremos el mal a pesar de las incitaciones que
se nos vayan presentando para sumergirnos en él. Pues el hombre que se halla inmerso
en el mal se halla al mismo tiempo fuera de todo bien. Por acercarse a lo falso
se aleja de lo verdadero y, en consecuencia, de la felicidad. Es, pues, la
Verdad el trono magno en el que reposa plena la felicidad perenne, matriz de la
más vasta variedad de bienes.
Lo importante ahora es descubrir
cómo acercarse a la verdad. Sin duda alguna, mediante la sabiduría que, al ser
concedida por gracia divina, alberga, por tanto, una naturaleza espiritual.
Gracias a ella el hombre puede acercarse a la verdad, ya que, a diferencia del
que obra sin juicio, el sabio yerra menos en su andar por el mundo, mermando
así su distancia con lo absoluto. Ya bien apunta san Agustín en De libero arbitrio: “por nuestra propia
voluntad vivimos una vida feliz o una vida miserable”.
El concepto de alma humana en Santo Tomás de
Aquino
POR ALFREDO AURELIO MARTÍNEZ
Santo Tomás de Aquino nació en el castillo de
Roccasecca, actual Italia, a fines de 1224, en la Provincia de Nápoles, Reino
de Sicilia. En 1230 estudió en el monasterio de Monte Casino. En 1239 pasó a la
Universidad de Nápoles, donde estudió artes. En 1244, contra la oposición de
sus hermanos, entró en la Orden de Santo Domingo, atraído por la manera como
dicha Orden sabía armonizar la vida científica con la religiosa. Fue
ordenado sacerdote en Colonia, en 1251, y empezó allí mismo su carrera ya como
maestro. Fue un extraordinario teólogo y filósofo, considerado actualmente con
el título de “Doctor de la Iglesia”.
En su magna obra titulada “Suma
teológica” nos presenta una interesante postura: existen seres
vivientes que tienen movimiento, que nacen, crecen y por tanto son finitos.
Cada uno realiza la función según su especie, esas funciones forman parte de su
naturaleza. Dentro de todos los seres creados están los seres espirituales: los
ángeles y el alma humana.
El alma humana es el principio de
vida que da movimiento y existencia al ser humano desde el momento de la
fecundación es creada directamente por Dios e infundida en el feto, a partir de
ese instante, se afirma que hay vida y, por lo tanto, la presencia de un nuevo ser, que está en
función de desarrollo tanto corporal como espiritual, para que así se
manifieste las facultades del alma.
El hombre existe gracias al Ser que
subsiste por sí mismo, que crea no por
necesidad sino por amor. Gracias a este Ser, el hombre posee un alma racional
que lo impulsa a actuar y se manifiesta de manera diferente dentro del mundo,
en relación con los demás y con su Creador. La persona actúa con libertad,
inteligencia y voluntad, las cuales son
facultades que el alma posee por naturaleza.
¿Cómo se manifiestan estas facultades
en la persona? A través de la inteligencia, ya que por ella el hombre conoce todo lo que hay en este
mundo, se conoce a sí mismo y al que le ha dado la existencia: Dios. Con la
libertad decide cómo actuar y qué hacer con su vida, ya sea para realizarse, perfeccionarse
o deteriorarse, y se va a complementar con la voluntad, para que haga una
opción adecuada y tenga un acercamiento más íntimo con Dios y con los demás
seres.
El hombre es un ser finito y por tanto
temporal. Una vez que éste muere, el alma abandona el cuerpo o la materia y
trasciende nuevamente a la presencia del Ser Absoluto e Infinito, para
purificarse y estar en plena contemplación delante de su Creador.
No
existe solamente aquello que vemos
tangiblemente, el alma se manifiesta tomando como medio a nuestro cuerpo, por
ello tenemos una valía inigualable, porque compartimos nuestra esencia con la
divinidad.
ESTO YO NO LO SABÍA…
Seminario
POR ROBERTO CARLOS CANO MOTA
La historia de los seminarios sacerdotales católicos es relativamente
reciente. Estos sólo tomaron forma definitiva durante la celebración del XIX
Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, conocido también como Concilio de Trento y celebrado por etapas entre 1545 y 1563. Antes del Concilio, la
formación sacerdotal en lo que concierne al Clero secular no existía como tal y la
ordenación de nuevos sacerdotes estaba supeditada a juegos e intereses
políticos durante el Medioevo y casi reservada a las
clases más poderosas en Europa.
… PERO AHORA YA LO SÉ.
FRASE DE LA SEMANA
“Porque a un obispo le puede faltar mitra, le puede
faltar catedral pero nunca su seminario.”
San
Rafael Guízar Valencia.
FALTO LA FOTO DEL PADRE JORGE. SI QUIERO LA VIDA ETERNA SOLO EXISTE UN CAMINO, EL CAMINO DE LA VERDAD, EL CAMINO DEL AMOR A DIOS. SIN SEMINARIO NO HAY SEMINARISTAS, SIN SEMINARISTAS NO HAY SACERDOTES, SIN SACERDOTES NO HAY EUCARISTIA Y SIN EUCARISTIA NO HAY VIDA ETERNA. DIOS LOS BENDIGA.
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