Domingo 18 de abril de 2010

Nada fácil, cinco años en la barca de la Iglesia
POR CASAS


E D I T O R I A L

Guadalupe

Sabemos que la arquidiócesis de Xalapa se prepara para su peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe. El año pasado se suspendió este acto piadoso por el peligro de la “influenza”, pero hace muchos años que se tiene esta costumbre de unirse todas las parroquias con su obispo para postrarse ante los pies de la Guadalupana. La veneración que los mexicanos sienten por nuestra Señora la Virgen con el título de Guadalupe sorprende a todo mundo. Es algo fuera de serie, comparable sólo con Lourdes o Fátima. El santo Rafael Guízar exhortaba a todos a participar y él mismo amaba a la Virgen con un gran amor. Nosotros no nos podemos mover, porque estamos en plenos estudios, pero acompañamos a todos los que peregrinan con admiración y afecto.


C O N C I L I Á B U L O S

Catecúmenos

Sabemos que varios miembros de las comunidades neocatecumenales que hay entre nosotros se preparan para ir a la Tierra Santa y recibir el Bautismo en el río Jordán, en el lugar donde se supone que fue bautizado el mismo Señor Jesucristo. Pero ya están bautizados, no hay que enredar las cosas. Los grupos especiales dentro de la Iglesia suelen tener sus particularidades que los hacen diferenciarse de los demás y junto con lo que los caracteriza deben fomentar la unión con la Iglesia universal. No son otra Iglesia, son grupos que reciben una preparación especial.

Carlo Antonio Castro

La Universidad Veracruzana y la comunidad académica en general están de luto por la muerte del famoso antropólogo Carlo Antonio Castro. Sabemos que fue un hombre admirable en la defensa de las etnias indígenas y, particularmente, de las lenguas para las cuales tenía una especial facilidad. Quizá también haya que señalar que es de los fundadores de la Facultad de Antropología y casi de la Universidad Veracruzana junto con el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán. Hombres admirables que se han preocupado por lo humano y, especialmente, por los indígenas que entre nosotros suelen ser los grupos que están mayormente marginados.

Los franciscanos

Quizá parezca extraño que varios seminaristas hayan recibido el hábito franciscano, pero se trata de lo que antes se llamaba la Orden Tercera y ahora se conoce como Orden Franciscana Seglar. Cristóbal Ubaldo García, George Nchumbonga –de Camerún- y Rafael Santillán sintieron una especial atracción por la espiritualidad de san Francisco y quisieron manifestarlo externamente de esta forma. Nos da mucho gusto que dentro de la Iglesia universal haya grupos que tienen sus particularidades y su estilo sin romper nunca la unidad, que es lo que Jesucristo más recomendó y por lo que oraba a Dios Padre con todo su corazón.

El padre Martín del Campo

Ya están en la parroquia de San Jerónimo, de Coatepec, los restos del siervo de Dios padre Juan Manuel Martín del Campo. Y este lunes 23 habrá una misa solemne en la Catedral, presidida por el Arzobispo, para cerrar el proceso diocesano de la causa de beatificación. Es necesario que poco a poco vayamos conociendo más su vida y su espiritualidad, porque un sacerdote como éste hace que se olviden los pecados de algunos otros. Un sacerdote verdadero es una maravilla entre nosotros, porque es un hombre especial que trae en sus manos las cosas de Dios para darlas a los fieles y, en la medida en que es más espiritual, ayuda a que toda la Iglesia sea santa. Ahora que por todas partes se habla de los pecados de los sacerdotes, habría que recordar a este hombre extraordinario y a tantos otros que, quizá de manera ordinaria y sencilla, nos dan la vida de Dios por medio de la palabra y de los sacramentos.

Una experiencia para la vida
POR JOSÉ CARLOS MORENO BARRERA

Teoría y práctica son dos maneras de llevar a cabo el quehacer de la vida cotidiana. En el caso de los seminaristas, no es la excepción, ya que durante su formación no sólo se preparan estudiando, sino también sirviendo.
Durante la Semana Santa, salieron a diversas comunidades para apoyar en las celebraciones de la fe, y vivir junto con la gente esos días tan importantes para los católicos. Sin embargo, dentro de esa vivencia se presentan diversas situaciones y enseñanzas, por lo que algunos seminaristas compartieron para Concilio algunas de sus experiencias en aquellos lugares donde llevaron a cabo la misión.
Al preguntar sobre sus vivencias, Alfredo Aurelio Martínez, quien participó por primera vez en una misión de este tipo, compartió que estuvo en la comunidad de La Alameda, perteneciente al municipio de Ixhuacán de los Reyes. Comentó que su experiencia al compartir con la gente, fue darse cuenta de los valores humanos y cristianos que conservan aún; además, al observar la piedad, el respeto y la devoción por las cosas sagradas, le despertó el deseo de formarse mejor y aprender más para transmitir un buen mensaje.


Por otro lado, Gilberto Guillermín Rodríguez, un joven con más experiencia en las misiones, asegura que cada año hay algo nuevo que aprender. Gilberto estuvo en una pequeña comunidad conocida como Corralillo, la cual pertenece al municipio de Totutla, comentó su experiencia y con una sonrisa dijo: “Fue muy grata, ya que pude compartir con niños, jóvenes y adultos, sus vivencias, alegrías y también sus angustias y tristezas por las que algunos de ellos atraviesan”.



También en la ciudad hubo misiones con los seminaristas, tal fue el caso de Antonio Ovando Cigarroa, quien apoyó en la parroquia de Nuestra Señora del Tepeyac, en la colonia Higueras, de la ciudad de Xalapa. Él expresó que un momento importante para él, fue el día Jueves Santo, pues se percató del interés que mostraron las personas en dedicar su tiempo para hacer oración, a pesar de sus trabajos y horarios.

Gilberto, al preguntarle sobre los frutos de la misión en Corralillo, aseguró: “Sirvió para unificar a las personas en su vivencia como cristianos y al mismo tiempo para fortalecer a las familias; en la disposición que mostraron, en la alegría que desprendían, ya que familias enteras participaban en las distintas celebraciones”. Por otra parte, Alfredo manifestó que un fruto concreto que él pudo percibir fue la participación de los jóvenes, quienes a la mitad de la semana dieron signos de querer superarse y dejar a un lado algunos vicios en los cuales estaban inmersos, “Vi a algunos jóvenes que no querían saber nada referente a Dios y terminaron por interesarse en Él al darse cuenta de la realidad que han llevado en sus vidas; eso es lo que más me impactó” explicó. A estos comentarios, Ovando Cigarroa agregó que a pesar del secularismo que se vive, la gente dio muestras de la necesidad de estar cerca de Dios al ver a las familias reunirse en torno a las celebraciones con donación, entrega y aceptación.
Después de la Semana Santa, la Pascua se extiende durante cincuenta días, por ello los seminaristas entrevistados hacen una invitación para no olvidar que estamos en un tiempo de alegría y de gozo. Gilberto exhorta a permanecer unidos como hermanos, como familia; en cambio Antonio Ovando recomienda no quedarse con la imagen del crucificado, sino con la de Cristo resucitado. Por último, Alfredo Aurelio dijo: “Es momento que tú hagas un alto en tu vida y des el paso a ese cambio que anhelas, dejando el viejo tú para cambiarlo a un nuevo ser”.
Agradecemos a los jóvenes seminaristas por su compartir, recordando que toda experiencia trae una nueva enseñanza para la vida.

SE CAPACITAN PARA AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO CON AMOR VERDADERO Y REAL
En ejercicios espirituales, los futuros teólogos
Los alumnios del último curso de filosofía del Seminario recibieron ejercicios espirituales, en la casa de retiros de Monte Blanco, Teocelo
POR MARIO ALBERTO CERDÁN SALAS


Durante la semana pasada se llevaron a cabo los ejercicios espirituales del cuarto grado de Filosofía, bajo la dirección del Padre Jorge García Blanco, por este motivo se entrevistó al Vice-rector de Filosofía del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, el padre Juan Beristain de los Santos, para saber detalladamente acerca de la función de dichos ejercicios. Al preguntarle acerca de la importancia de los ejercicios espirituales en la formación sacerdotal, respondió “la elección vocacional del seminarista es un proceso de encuentro con Dios que habla en el silencio, a lo largo del cual la libertad del alumno aprende fatigosamente a superarse y a tender hacia arriba. Lo que se quiere decir es que la vocación del seminarista no se adecua necesariamente a las cualidades, no es una fotocopia exacta de lo que uno sabe hacer, no se elige en función de las propias dotes y cualidades ni de un test de aptitud”.
Más adelante, enfatizó que en el Seminario se forma a los alumnos para amar libremente, Alguien llama en función de un proyecto y para realizar un designio que, por lo general, va mucho más allá de lo que el ser humano sabe hacer o en lo que está seguro de tener éxito. Ese alguien es Dios, Jesucristo que ama, perdona y pide siempre el máximo. Por eso, nadie que se sienta llamado por Dios puede excusarse de dejarse transformar por Aquel que llama. En este proceso formativo, existe un medio de gran valor para que los alumnos experimenten y confirmen el llamado de Alguien: Los ejercicios espirituales.
Por la claridad y precisión que la Federación Italiana de los Ejercicios Espirituales ha elaborado de la naturaleza de dichos ejercicios, conviene mantener la misma definición que los concibe ante todo como “una fuerte experiencia de Dios, suscitada por la escucha de la palabra, comprendida y acogida en la propia experiencia bajo la acción del Espíritu Santo que, en un clima de silencio y oración y con la mediación de un guía espiritual, da la capacidad de discernimiento en orden a la purificación, a la conversión de la vida y al seguimiento de Cristo por el cumplimiento de la propia misión en la Iglesia y en el mundo”.
Así mismo, se le interrogó el por qué los alumnos de cuarto de filosofía tienen que vivir esta experiencia, a lo que el clérigo respondió: “El Seminario, en la formación que ofrece, está constituido por varias etapas. Todas son importantes, pero unas son más decisivas que otras por razón de cercanía a la ordenación sacerdotal. El cuatrienio de formación filosófica es inmediatamente anterior al cuatrienio de formación teológica, y ésta antecede a la ordenación sacerdotal. Por ello, el paso de los estudios de Filosofía a los estudios de Teología es decisivo, -hizo hincapié- debido a la importancia del paso se necesita un momento más fuerte de experiencia de Dios para consagrarse en cuerpo y alma al estudio de la Teología. Los alumnos de cuarto de Filosofía son los candidatos natos que, sostenidos por una real y sentida experiencia de Dios, dedicarán sus mejores años al estudio de la Sagrada Teología, y de ese modo optar por un estilo de vida.
Por último, el padre Juan mencionó la finalidad que se pretende con esta vivencia para los jóvenes, futuros sacerdotes: “Los ejercicios espirituales como experiencia de Dios persiguen, en quienes los realizan, que sientan la fuerza del Espíritu Santo hasta quedar capacitados para amar a Dios y al prójimo con amor verdadero y real”. Se trata que mediante esta fuerte experiencia se conviertan en hombres de Dios y personas auténticas que sean un medio y un signo que conduzcan a los demás a un verdadero encuentro con Dios, concluyó.


FRASE DE LA SEMANA:

"Lo maravilloso de aprender algo, es que nadie puede arrebatárnoslo.”

B. B. King

1 comentario:

  1. Anónimo7:37 p.m.

    Hola Felicidades por su pagina!!
    Dios los siga bendiciendo siempre en cada una de sus actividades.

    Luz
    Un comentario en la nota de "El padre Martín del Campo" menciona la fecha de lunes 23 y es el viernes 23.
    saludos

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