E
D I T O R I A L
En
sus marcas…
El
día de mañana retornarán a las aulas escolares los pequeños y con ello se
declara el fin de las vacaciones de verano. Todo volverá al carril de la
cotidianidad incluidas las carreras por el trabajo, el tráfico vehicular y
demás actividades; ahora con un nuevo panorama de lo que depare el mañana de
nuestro país con la reforma energética y el diálogo sobre la legalización de la
marihuana junto con otros temas más que están en la boca de todos. No queda
sino aprender de lo bueno pero también de los errores, que esperemos no vuelvan
a cometerse en este nuevo ciclo que inicia la sociedad. Lo peor del caso es que
si viéramos a futuro, dentro de un año ¡qué otros acontecimientos sucederán!
Mejor confiamos en la bondad humana para no caer en depresión viendo cómo
transforman al género humano y su entorno.
I
N T E R – N O S
¿Quién
los defenderá?
La
noticia de una mantarraya de tonelada y media muerta a arponazos y exhibida en
la playa de Tecolutla trae un mal sabor de boca pues son personas inconscientes
las que destruyen el ecosistema, tan presente en la cultura mexicana de tomar
lo que hay, donde sea y como sea. Recordamos que nos comentaron que en la
sierra cazan y se comen a las águilas que emigran desde Canadá, pues “su sabor
es exquisito”. Cuidemos el hoy para que llegue a mañana.
¿Quién
los defiende?
Están
para reír y llorar las noticias que nos dan. Tenemos dos muestras: resulta que
dejan en libertad a Caro Quintero, tan temido en los 80’s, ahora desaparecido
porque hay nueva orden de arresto por parte de la PGR para extraditarlo ¿El
motivo?, debió haber sido enjuiciado por un juzgado del fuero común y no por
uno federal. El homicida confeso de la periodista Regina Martínez había sido
condenado a la cárcel, pero hay un nuevo fallo que revoca la sentencia, pues se
argumenta que su declaración fue obtenida mediante tortura y violaciones en el proceso penal. Muchos
dicen “no entiendo esto”.
¿Quién
nos defiende?
Quejas
hay por miles, todo mundo pide ayuda y que lo resuelva el Gobierno: que se cae
una barda, que el mal estado de las calles, que falta una luminaria, que piden
cuotas para inscripción, que no llegó la patrulla para quitar al borrachito,
que donen proyectores y pantallas para que puedan egresar de una universidad
privada, que se castigue a quienes bloquean calles y casetas, etcétera. Todo esto y más ¿lo debe resolver el Gobierno
o los ciudadanos lo pueden hacer?
Marihuana,
tabú en peligro de extinción
POR
CALOS DANIEL BARRIENTOS SÁNCHEZ
Uno de los temas más comentados
actualmente en el ámbito político, social y hasta religioso es el de la posible
legalización de la marihuana en nuestro país. Sin duda se trata de unas de las
propuestas más controversiales que han puesto en jaque a la sociedad del México
conservador.
No
pretendemos mostrarnos a favor ni en contra de lo que nuestras autoridades
aprueben o desaprueben para legalizar o no la marihuana; y mucho menos es de
nuestro interés divinizar o satanizar el consumo de ésta; sólo ambicionamos
hacer un poco de conciencia en la importancia que tiene este tema, causante de
tal debate inter-social, debido a la posible pérdida de un tabú arraigado en la
sociedad desde hace más de cincuenta años, cuando la marihuana comenzó a ser
utilizada indiscriminadamente por un movimiento juvenil (hipies), convirtiéndose
en la sustancia ilegal que goza de mayor aceptación social.
Sin embargo, la marihuana gozaba de aprobación en las culturas milenarias,
de alguna manera se conocía en la India, Asia central y China desde el año 3000
a.C., donde se utilizaba en la práctica médica. Al igual que otras muchas
sustancias, su uso se relacionó con las ceremonias religiosas y la meditación.
En la década de 1900, empezó a utilizarse como droga con fines recreativos y comenzó
a verse como algo prohibido.
Si
bien es cierto que la marihuana ha causado grandes estragos en quienes la
consumen, también es cierto que ha producido muchos beneficios en la salud.
Debido a ciertos principios activos contenidos en la cannabis, puede ser
utilizada como una alternativa medicinal
para aliviar algunos padecimientos físicos. Por mencionar algunos se ha
demostrado que el tetrahidrocannabinol (ingrediente psicoactivo de la marihuana
<>) mejora el apetito y previene la grave pérdida de peso
asociada al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). También disminuye
la presión intraocular en el glaucoma y reduce las náuseas que producen los
tratamientos de radioterapia y quimioterapia aplicados a los enfermos de
cáncer.
Cabe mencionar que los efectos de los cannabinoides (marihuana, hachís y
aceite de hachís) varían en función de la dosis, la vía de administración, la
experiencia, la vulnerabilidad individual a los efectos psicoactivos y las
circunstancias que rodean el consumo.
Podemos seguir hablando de la paradoja de la marihuana sin calificativos
morales acerca de los beneficios y perjuicios en la sociedad, de su legalidad o
ilegalidad en nuestro país, de la aceptación o rechazo en ciertos sectores
sociales, etcétera. Pero lo que sí parece interesante para reflexionar, es la
prontitud con que se avecina lo inevitable: un tabú (el consumo prohibido de la
marihuana) está en peligro de extinción,
las nuevas generaciones crecerán entre drogas legales mientras nosotros
seguimos aparentando que no nos afecta. Tabú que pronto dejará de existir y no
porque se haya erradicado el problema, sino porque la batalla parece llegar a
su fin, algo se ha perdido en los valores que ahora queremos reemplazar con
leyes para generar un efecto placebo en las conciencias de los menos
afortunados.
El sueño infante de un bombero
POR
CYNTHIA ESTHER ALARCÓN MÚGICA
Cuando el fuego asedia y las llamas
van sigilosas arrebatando pertenencias y memorias, tu figura resurge de entre
la humareda y se interna en el abismo irrespirable del siniestro; tu identidad
no importa, tu acción apremia; no es preciso saberse tu nombre para llamar a
ti, ni conocer el color de tus ojos para pedirte auxilio; vas a prisa y haces a
un lado el sueño, la fatiga diaria, los problemas y las preocupaciones humanas;
escuchas la chicharra que te anuncia un evento que requiere tu presencia;
mientras te pones la vestimenta adecuada del modo más veloz posible, te
preguntas cuándo fue que decidiste dedicar tu vida a apagar incendios, y el
recuerdo viene a ti vaporoso pero vivo y tu propia voz te lo relata: Era una mañana normal en mi pueblo, hasta
que doña Remedios empezó a gritar: “¡¡¡Se quema, se quema, Jovita se quema!!!”.
Todos asustados corrimos a la choza; intentamos echar cubetadas de agua para
apagar las llamas, pero además de que el pozo estaba lejos, las pocas que
echábamos las avivaban aún más. Jovita había dejado como de costumbre las
veladoras a la Virgencita prendidas toda la noche, pero una rama seca del arco
de su altar cayó encima propiciando que la rauda lumbre se corriera por todos
lados. Irremediablemente, la anciana murió sofocada por el humo; fue en ese
triste instante que, mientras yo miraba cómo su hogar se consumía entre las
brasas, le dije a mi madre qué quería ser de grande para que cosas así no
volvieran a pasar en el pueblo. Tu pueblo, ¿qué será de él? Realizaste tu
sueño de ser bombero, pero eso no te dio la certeza del bienestar de tu gente.
La vida es así. Justo, esta noche, la alarma sonó a causa del incendio en casa
de una mujer mayor. Esta vez no son cubetadas sino mangueras a presión,
boquillas, sopladores y extintores que van luchando contra el fuego; eres el
elegido para ir en busca de la anciana y logras, luego de librar vigas
encendidas y paredes a medio caer, salir jadeante con la octogenaria en brazos;
los paramédicos te interceptan enseguida y le dan primeros auxilios, ella da
señas de vida y se recupera gracias al oxígeno que le han puesto. Es entonces
que al contemplar tal escena caes en la cuenta: ¿Cuántas Jovitas has salvado,
bombero? A tus 50 años es difícil recordarlo con exactitud; pero esta pregunta
dibuja en tu rostro cenizo una sonrisa que en muchos curiosos al mirarte genera
un sutil desconcierto.
Pensar contra
corriente
POR JUAN PABLO
ROJAS TEXON
Tan
acostumbrados están algunos a sus tinieblas,
que ven oscuras
las cosas a plena luz.
Pomponio
En estos días de muchos cambios y pocos
resultados se está volviendo a discutir de manera muy particular entre los
sectores político, intelectual y educativo la pregunta por la importancia de la
filosofía (o, en su caso, de una de sus herramientas más esenciales: la lógica)
en la vida de una persona (propiamente, la de un bachiller).
Lo más curioso
de esta discusión (que, entre otros asuntos, comenzó cuando la asignatura de
Lógica desapareció de los programas educativos del nivel medio superior y la de
Filosofía se redujo, de tres, a un semestre) es que de pronto resulta que hay
que justificar lo que es por sí mismo sostenible. Nos referimos, por supuesto,
a la necesaria presencia de la filosofía en la vida de todo ser humano.
Más allá de la
vieja noción por excelencia, y por demás conocida, según la cual es la
“tendencia desinteresada hacia el saber”, se trata de una de las más nobles
actividades que alguien puede desarrollar en su diario existir, porque siendo
el mundo la realidad común de la filosofía y los hombres su común objeto, nos
enseña, en tanto hombres, que vivimos en un mundo de “pronombres personales”,
en el que no existe sólo el yo, sino
también el tú y, a manera de sólida
amalgama, el nosotros. Bien expresa
Séneca en una de sus Cartas memorables que “lo primero que asegura la filosofía
es el sentido común, los buenos sentimientos y la sociabilidad”.
Por supuesto, el
tipo de filosofía que se elija vivir dependerá del tipo de hombre que se es en
el fondo, ya que si de algo no carece nuestro tiempo es de un arcoíris de
doctrinas en el que puede apreciarse desde el color más claro hasta el más
obscuro. A este respecto, Gabriel Marcel llamó la atención acerca del
desarraigo por el que actualmente atraviesa una actitud espiritual tan urgente
como el estoicismo; y aún en el extremo opuesto, Martin Heidegger reconoció que
la raza humana ha llegado al peligrosísimo punto en el que sabe más del mundo que
de sí misma, es decir, sabe más del exterior que del interior, de lo
superficial que de lo esencial. En suma, las herramientas son proporcionadas
por la filosofía, pero su correcta o desaforada aplicación depende
absolutamente del hombre.
Que en medio del
difícil escenario en el que habitamos y desde el cual aún no podemos vislumbrar
toda la luz del horizonte, al menos tres sean nuestras expectativas sobre la
filosofía: que siempre esclarezca nuestras ideas, como pretendía Wittgenstein;
que sea una lámpara inagotable por el desierto de nuestra vida, como lo era la
Biblia para Bernardo de Claraval; y que así como Anaxágoras no hallaba
diferencia alguna entre el cielo de Atenas, bajo el que era un extranjero, y el
de su patria, que así algún día la filosofía nos llene de una humanidad tal que
no hallemos diferencia alguna entre los hombres a los que la propia naturaleza
nos ha asignado como hermanos.
Unos trabajan, otros dan trabajo
POR
HECTOR OMAR CASAS APARICIO
ESTO YO NO LO SABÍA…
Teresa; también Molina
POR
CHAA DOMLO
La madre Teresa
de Calcuta recibió la Medalla de la Libertad (1985) – mayor honor civil de los
Estados Unidos de América- y que ahora es recibida por un mexicano: Mario
Molina – Premio Nobel, ingeniero químico-, quien por cierto, es uno de los 21
científicos asesores de Barack Obama.
… PERO AHORA YA LO SÉ.
FRASE DE LA SEMANA
“Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender”
Ortega y Gasset
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