E D I T O R I A L
Huellas y legados
Qué satisfacción puede dar que el fruto del esfuerzo personal sirva de ejemplo y ayuda para las siguientes generaciones. Saberse que el paso por la tierra constituyó una huella para que otros más la sigan, sabiendo que es algo seguro y digno de seguirse, disfrutarse y tomarse como referencia para continuar con el desarrollo humano. Por otra parte, no queremos imaginarnos el punto contrario, cuando la vida personal transcurre día tras día, sin nada que de testimonio de la existencia y que cuando llegue la muerte se lleve los recuerdos con la primera brisa matutina. El legado llega a ser desde grandes obras literarias, científicas, religiosas, deportivas, artísticas, en fin, todo lo que entre en la manifestación humana. También y con la misma valía en la transmisión de una experiencia, un conocimiento, un valor transmitido a los hijos, nietos, vecinos, alumnos, etc. Parafraseando la letra de una canción diremos que “Mi huella en la historia marcará tu destino”.
I N T E R – N O S
Ciencia y humanismo
El pasado 16 de febrero murió la Dra. Evelyn Billing, creadora junto con su esposo John, del método natural de regulación de la fertilidad conocido como “Método Billings” que se basa en utilizar los días fértiles e infértiles del ciclo menstrual para no utilizar métodos artificiales que dañan el cuerpo femenino. Una científica que a través de estudios científicos serios, concretos y objetivos, supo interpretar por medio de la ley natural a la dignidad humana.

Tiempo de cambios
En esta semana seremos testigos de la renuncia de un Papa a la cátedra de san Pedro, algo hasta hace unos días totalmente impensable, pero posible. Gran alboroto y pánico en los medios de comunicación. También fuimos testigos de lo sucedido en la ciudad rusa de Chelyabinsk ante la caída inusitada de un meteorito no captado con anterioridad. Otra gran controversia y miedo porque resulta que se están haciendo muchas especulaciones debido a que en esa región se han avistado OVNIS en los últimos tiempos. Estemos preparados para más cosas.

Primer viernes
En estos tiempos difíciles ya no se sabe para dónde correr. Si a esto le sumamos la sociedad donde todo lo quiere de manera inmediata, pues se busca cualquier medio para solucionar los problemas personales. No importa dónde ni quién, ni el cómo. Para esta semana estaremos viviendo el primer viernes de mes, ya se están preparando en el sur del estado para recibir a los visitantes con sus problemas y sus carteras.

Los secretos de un niño
POR CYNTHIA ESTHER ALARCÓN MÚGICA
         Me encontraba sentado en la banqueta, el sol se ocultaba lento mientras las hojas de los árboles se desprendían de sus ramas. Escuché los pasos de mi hijo aproximarse a mi espacio, me miró con su sonrisa y extendió sus brazos: –papi mañana es el gran día, estoy nervioso. Mi abrazo acalló su inquietud y luego de acariciar su cabello le dije: –Todo saldrá bien Toño, ya has ensayado bastante y verás que te lucirás.
Había sido elegido para dirigir un discurso a la bandera, por su aprovechamiento y su facilidad para expresarse. No obstante la timidez de un niño de 8 años lo hacía dudar, detenerse en medio de la emoción para imaginarse frente a todos sus compañeros, el pánico escénico acaso, la sensación del futuro próximo y las reacciones de los presentes.
Mi mujer nos llamó a la cena y nos metimos a la casa, sentados todos alrededor de la mesa nos dispusimos a disfrutar los platillos preparados por las manos de una madre orgullosa de su hijo: –Mira Toño, te hice las quesadillas que tanto te gustan y el chocomil. –¡Gracias ma!
Terminamos y nos preparamos para descansar, yo llevé a Toño a su cama, lo arropé y le dije –Tranquilo, estás listo para esto y más. ¿No quieres enseñarme tu escrito? –No papá, es sorpresa, no es la gran cosa pero prefiero esperar.
Mi curiosidad era mucha, pero quise respetar su intención, ¿por qué tanto afán en ocultar lo que declamaría? Al fin, los secretos de un niño son sólo eso y siempre serán insondables para los adultos.
El sol anunció un nuevo día, nos preparamos, tomamos el desayuno y nos dirigimos a la escuela de mi hijo. El momento llegó. Toño miró el cielo y empezó:
Bandera, ¿qué eres tú? Un lienzo que guarda la lucha de un pueblo que aun no es libre, bandera cómo te atreves a seguir hondeando tus colores en medio de tanta tristeza, bandera aquí estoy te rindo homenaje y celebro tus valores: verde, ¿esperanza?, blanco ¿paz?, y rojo ¿amor? ¿Cuáles de estos tengo yo? Si no soy capaz de abrazar a mis paisanos que sufren tanto y no tienen ni siquiera qué comer. Bandera, hoy es tu día y aunque soy un niño te doy las gracias por aguantar tanto, por seguir de pie esperando nuestro valor y que por fin aprendamos a querernos y a ayudarnos.
Los aplausos no se hicieron esperar, Toño dio las gracias, me sentí tan orgulloso y tan avergonzado, sin duda había subestimado los secretos de mi hijo; me impresionó la sensibilidad y la lucidez de sus palabras. No cabe duda que los niños nos aleccionan y nos dejan mucho en qué pensar. No me considero nacionalista pero mi pequeño me hizo reflexionar: ser mexicano más que venerar a la bandera es poner en práctica los valores que hondean sus colores.

Colaborador de la Verdad
POR JOSÉ LIBORIO GUZMÁN ANAYA
         Durante la misa con la que se iniciaba el cónclave del año 2005, el Card. Ratzinger decía en su homilía, que el mundo estaba amenazado por la dictadura del relativismo, que no consideraba nada como verdadero y duradero.
Días después, él mismo pero como Benedicto XVI, retomaba como lema de su pontificado aquel “Cooperatores Veritas” que ya lo había acompañado desde que fue electo obispo, en su natal Alemania.
El Papa quería desempeñar su ministerio petrino como un “colaborador de la verdad”. Después de ocho años de pontificado, y a unos días de que termine su labor como sucesor de Pedro, tuve la oportunidad de dialogar con el padre Olegario Esteban, maestro de Historia de la Iglesia de nuestro Seminario, para analizar de qué forma el Papa Benedicto XVI, fue “un colaborador de la verdad” y qué legado deja tras su renuncia.
Para el padre Olegario, el lema del Papa habla por sí solo y de él se puede entender su aportación a la humanidad, pues “la vida del Papa, antes de buscar sus propias tendencias o caprichos, siempre estuvo al servicio de la verdad”.
Haciendo una “comparación” con el beato Papa Juan Pablo II considera que si éste tenía el don de abrir los corazones, Benedicto XVI los llenaba con su doctrina, sus documentos, sus  catequesis.
Para el historiador de nuestro seminario, queda muy claro que no puede entenderse la gran aportación que hizo el Santo Padre a la humanidad, si no se liga su lema a su función como “Sumo Pontífice”, porque la palabra Pontífice hace referencia al trabajo del Papa como el “puente” que une a Dios con los hombres y a los hombres con Dios. Entonces, su verdad y su propuesta, no es producto de una mera reflexión intelectual, sino el fruto de abrir su corazón a la Verdad divina que es Cristo.
“Benedicto XVI nunca presentó una verdad filosófica o teológica, sino los frutos de una interioridad espiritual, de una intimidad con Jesús; sólo metiéndose en Dios pudo comprender la verdad del hombre, la verdad de las realidades en las que se encuentra inmerso, de lo que el mismo Papa ha llamado el gran desierto por el que pasa la humanidad”.
El padre ha citado la catequesis que el Papa hizo sobre san Antonio Abad,  en la que ha afirmado que quien se aleja de los hombres para ir a Dios, no se aleja de la humanidad, se acerca. Así vivió el Papa Benedicto XVI, de tal manera que ahora que se retira, su herencia es la experiencia de un encuentro con Dios.
 “Si la verdad decía que la Iglesia es una realidad humana y una realidad divina, lo tenía que decir; y si la iglesia está formada de hombres limitados, pobres, pecadores lo dirá el Papa: Jesús se sentó en la barca de Pedro, y Jesús, sentándose en la barca de Pedro enseña a la humanidad, y esta barca de Pedro está hecha de realidades humanas, limitadas, pobres”.
Finalmente al padre Olegario citó a  san Juan de la Cruz que decía que  Dios nos lleva por días luminosos y por noches oscuras, pero es Dios el que está allí. Por eso el Papa fue sincero a la verdad, no se espantó con la realidad de esta Iglesia de barro, porque Dios está sentado allí en la barca de Pedro.
El Papa Benedicto XVI deja un legado inmerso en la sinceridad y la verdad, pero comportándose como padre, amigo y hermano. Metiéndose en el corazón de Dios, para comprender la miseria del hombre y grandeza de la Iglesia.


EL PADRE Olegario considera que vida del Papa, antes de buscar sus propias tendencias o caprichos, siempre estuvo al servicio de la verdad”.
FOTÓGRAFO: JOSÉ LIBORIO GUZMÁN ANAYA

Los miserables


POR VIRGILIO MIRAFUENTES LIMA
         Alguna vez se leyó en una clase de Ontología dentro de la licenciatura en Filosofía: ¡Insensato que crees que yo no soy tú! Ésta es una frase de Víctor Hugo, en su prólogo de las contemplaciones, y es utilizada por Grenet en su libro Ontología dentro de la introducción al tema de los seres múltiples. Dicha frase alude a la igualdad que todos los hombres tenemos a pesar de tener tantas diferencias de raza, lenguaje y cultura. A partir de esa frase algunos alumnos siempre les queda la duda de saber quién es Víctor Hugo, por lo cual el profesor cotidianamente contesta, el autor de “Los miserables”. Los miserables es una obra cuyo título en Francés es Les miserables, publicada en 1862 y que llega a ser una de las obras más grandes del siglo XIX. Esta novela de estilo romántico trata el tema central del bien y del mal y añadiríamos también el de los prejuicios, la injusticia y la posibilidad del cambio de vida. El título de los miserables representa exactamente la esencia de la historia de esta novela que describe a una sociedad desvalida y discriminada, la historia de personas miserables. Para muchos es sabido que Víctor Hugo se inspira en Eugène-François Vidocq que fue un exconvicto que se redimió y terminó fundando la Policía Nacional Francesa.
El personaje central de esta obra es Jean Valjean que tuvo una condena inicial de 5 años por robar pan para su hermana y los hijos de su hermana, dicha condena se ve ampliada por sus varios intentos de fuga. Por fin logra escapar y es rechazado en varias ciudades por su pasado de convicto hasta que el obispo Miryel le ofrece su casa y alimento, posteriormente realiza con él un gesto de caridad al no denunciarlo por el robo de sus utensilios de plata, al contrario le da dos candelabros del mismo material y le añade que desde ahora lo ha arrebatado del mal que ya no vive más para la iniquidad sino para la luz, logrando un cambio radical en la manera de vivir de Jean Valjean, a partir de ese momento es un hombre nuevo. 
Esta importante joya de la literatura, que ha sido llevado en varias ocasiones al teatro y al cine, expresa de manera clara la posibilidad del cambio de vida que puede tener un hombre que caminó por senderos inicuos, y ahora puede transitar el sendero de la luz. Jean Valjean somos todos, que alguna vez por nuestra debilidad humana o por injusticias padecidas hemos obrado el mal, pero gracias a personas y circunstancias benévolas que acrisolan nuestras vidas nos dan la oportunidad de elegir un  sendero de mayor paz para nosotros y los demás. De paso también  esta obra nos permite percibir la enorme desigualdad e injusticia que tiene el mundo en la visión de Víctor Hugo, visión no equivocada pues dicha realidad da paso a la Revolución Francesa acontecimiento de época que se caracteriza por la lucha de la igualdad.
 Es un hecho que para obrar el bien se tendrá que estar convencido de manera radical el querer hacerlo, pues el mundo de hoy no está tan alejado de la realidad que presenta Los miserables, un mundo lleno de prejuicios, en donde la apariencia y el resentimiento reinan en las actitudes y voluntades de los hombres. Es  pues esta obra de la literatura universal un buen pretexto para reflexionar en la naturaleza de los seres humanos, pongámosla en la lista de los libros que no podemos dejar de leer.
 ¿Qué película?
POR ERNESTO MARTÍNEZ ROJAS

ESTO YO NO LO SABÍA…
Anillo del Pescador
POR LUCIO ALBERTO ALARCÓN SÁNCHEZ
         El Anillo del Pescador usado por el Obispo de Roma,   tiene la imagen de san Pedro pescando en un bote y está bordeado por el nombre del Papa que ocupa la sede en ese momento. A la muerte del Pontífice, el camarlengo debe destruir el anillo para evitar la falsificación de documentos, lo retira, y con un martillo de plata y marfil lo golpea hasta que la imagen se deforme. Ese material servirá para hacer un anillo nuevo al Pontífice que llegue.

… PERO AHORA YA LO SÉ.
FRASE DE LA SEMANA
“Insensato que crees que yo no soy tú”
Víctor Hugo

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