E D I T O R I A L

Felices pascuas de resurrección



         Después de la tormenta viene la calma. En las fiestas de Semana Santa ya hemos dejado atrás el Calvario y la Cruz para dar lugar a la Pascua florida. Ahora el centro es el triunfo de Cristo sobre el mal; la Resurrección ha vencido a la muerte, junto con Él, fuimos llevados para alcanzar ese mismo fin trascendental. Esta Buena Noticia será difundida a lo largo y ancho del planeta, a toda creatura. De ello se encargarán los apóstoles y demás personas, tocadas por la gracia, para transmitir este gran acontecimiento que trae esperanza, confianza y claridad en el diario vivir. Ahora el centro es Dios, y junto con Él, la humanidad. Los misioneros regresarán a sus lugares de origen contentos por haber compartido tantas y tantas experiencias, gratas y/o desagradables pero que dejan una enseñanza, sin lugar a dudas. Desde la Catedral hasta la Capilla más sencilla y el CERESO de Pacho Viejo, les deseamos a todos ustedes: “¡Felices pascuas de Resurrección!”



I N T E R – N O S

Granizada y temblores



Estos dos fenómenos que se han dejado sentir últimamente constituyen acontecimientos no tan comunes, más bien se catalogan como “extraños”.  Esto es señal de que “algo está ocurriendo” en la naturaleza. Así como hay signos que indican que algo va cambiando, agudice su vista para descubrir algunos signos en su familia que indique que algo no está bien. Prevenir es mejor que lamentar.



Nuestra vista



No todo lo que alcanzamos a percibir con nuestra vista es lo que existe, esto lo hemos constatado en la Semana Santa. A veces uno piensa que el problema personal es el único o el más grande, sin embargo, nos ha tocado conocer a gente en condiciones inimaginables que si se las presentáramos pasarían de la exclamación: “¿por qué me pasa esto?” a la expresión: “¡gracias por lo que tengo!”



Como siempre: ¡Generosidad!



Desde aquí nuestro sentido agradecimiento a todos los hogares que desinteresadamente compartieron sus alimentos y brindaron hospedaje a los misioneros en las diversas comunidades. Donde comen dos, lo hacen tres y hasta más. No cabe duda, el generoso pueblo veracruzano es símbolo de la Providencia divina.

El sentido de nuestra fe

POR ROBERTO REYES ANAYA

Hemos celebrado la Pascua del Señor. Hoy, juntos como comunidad, cantamos en voz alta llenos de júbilo el Aleluya de la vida...

Hoy es el día más grande del año, día de triunfo y de Gloria, presagio de resurrección y vida definitiva. Llegamos hoy por fin al día en que celebramos la Pascua del Señor. Hoy echamos al vuelo las campanas y cantamos en voz alta el Aleluya de la vida.

La Pascua que hoy celebramos es lo que da sentido a nuestra fe y a nuestra vida: por eso somos cristianos, a pesar de las dificultades que eso supone en nuestro mundo. Seguimos, no una religión o una doctrina, sino a Cristo vivo, resucitado, presente en medio de nosotros, aunque no le veamos, que actúa por su Espíritu en nuestro mundo.

La piedad cristiana se ha detenido mucho en los misterios de la pasión y muerte, y con razón, pues de ellos depende nuestra salvación. Sin embargo, no siempre ha dado la importancia que merece al misterio de la resurrección, es decir, no siempre ha considerado el misterio pascual de Cristo de forma integral. Debemos adentrarnos en la meditación del misterio de la resurrección del Señor como victoria sobre la muerte y el pecado.

La fe cristiana y la predicación de la Iglesia tienen su fundamento en la resurrección de Cristo, pues es ésta la confirmación definitiva y la plenitud de la revelación. De hecho, para san Pablo, Jesucristo  se ha revelado como el “Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos” (Rom 1,4). Y Él transmite a los hombres esta santidad porque “fue entregado por nuestros pecados y  fue resucitado para nuestra justificación” (Rom 4,25).

La nueva vida que se concede a los creyentes en virtud de la resurrección de Cristo, consiste en la victoria sobre la muerte del pecado y en la nueva participación en la gracia. Lo afirma fuertemente san Pablo: “Dios, rico en misericordia…, estando muertos a causa de nuestros pecados nos vivificó juntamente con Cristo” (Ef 2,4-5).

En un mundo agobiado por la violencia y el terror, es precisamente la resurrección del Señor la que debe alentar e impulsar llena de esperanza la vida de los cristianos. Ellos deben seguir siendo en la sociedad como el alma para el cuerpo, porque ellos tienen el deber de anunciar que el amor de Dios en Cristo ha vencido por encima de la mentira, del pecado, de la calumnia y, sobre todo, de la muerte. Lo sucedido en esta Vigilia Pascual, en este domingo de resurrección nos compromete a todos en la construcción de un nuevo mundo, en la construcción de la civilización del amor.

¡Felices Pascuas de Resurrección!



Pascua tras las rejas

FRANCISCO ONTIVEROS GUTIÉRREZ

         Durante el tiempo de formación en el Seminario, los alumnos  adquieren distintas experiencias  con muy diversos resultados que los confrontan; los hacen madurar, acrecientan su fe, motivan su formación; y otras, que les sirven para conocer las necesidades del pueblo de Dios, al cual quieren servir como sacerdotes, ministros del altar.

Siempre, la misión de Semana Santa, es una de las experiencias más esperadas por los alumnos y formadores, pues es como un “recargar las pilas”. Es el momento preciso en el cual, los jóvenes confrontan su formación, vislumbran en qué han madurado, qué les falta hacer en su formación y cuáles son las necesidades concretas y más apremiantes por los hijos de Dios que desarrollan sus vidas en lugares muy distintos a las aulas de formación y estudio.

En esta ocasión la misión fue en un centro de readaptación social, ubicado en la comunidad de Pacho Viejo, Ver., con internos que purgan diversas condenas y que son vistos por una parte de la sociedad como gente despreciada. Pero para los seminaristas que compartieron con ellos este tiempo de gracia fue una experiencia muy llena de satisfacciones, los internos de este reclusorio, que esperaban con ansia las catequesis que les hablaban del amor de Dios, llenaron sus ojos de lágrimas en las celebraciones litúrgicas, sus rostros figuraron gusto y emoción al recibir el sacramento de la confesión, con gran vibración agitaron sus palmas, con humildad se dejaron lavar los pies y con una expectante alegría vislumbraron la Resurrección del Señor.  Asistieron a los encuentros prestos por conocer a su Dios, a las celebraciones con un corazón que se manifestaba verdaderamente sincero. Vieron, porque así lo expresaron, en el presbítero José Luis y los seminaristas, verdaderamente la imagen de aquel Dios que sale en busca de todas sus ovejas, que tiene sus ojos inamovibles en el hijo pródigo, y espera su regreso a casa.

Para estos misioneros fue  una experiencia que nunca olvidarán porque los llenó de satisfacción al saberse instrumentos y compartir la vida en un lugar que se antoja como olvidado y escondido entre grandes murallas, rejas y alambres de púas.





FOTÓGRAFO: MOISÉS MARTÍNEZ MARTÍNEZ

La docta ignorancia

POR JOSÉ LUIS MORALES CHÁVEZ

         Este artículo corresponde a uno de los temas presentados en las tesinas para obtener la licenciatura de Filosofía: la mayoría de los filósofos han afrontado el tema de Dios de un modo u otro. Incluso aquellos que pretenden dejarlo sin un lugar, que lo niegan o lo declaran como muerto, deben considerarlo como pieza angular en su sistema.

Durante siglos los hombres han ambicionado un conocimiento firme acerca de la existencia y esencia divinas usando la sola luz de la razón. Por eso, algunos han aducido pruebas por las que aseguran demostrar racionalmente que Dios existe.  Otros, también, han propuesto vías para llegar al conocimiento de la  naturaleza divina. El conocimiento racional de Dios recibe el nombre de teología natural o teodicea, y es muy diferente del conocimiento que proporciona la teología revelada o sobrenatural. No son lo mismo.

Uno de los autores que proponen una solución al problema del conocimiento de la esencia de Dios es Nicolás de Cusa. Él fue un filósofo neoplatónico, llamado el “Cusano” por la ciudad alemana en que nació: Kues. Fue un gran diplomático eclesiástico que trabajó por la reunificación de la Iglesia, llegó a ser legado del Papa en Alemania y, finalmente, cardenal en 1448 y obispo de Bressanone en 1450.

En suma, el Cusano mantiene en sus obras La docta ignorantia  (1438-1440), El Dios escondido (1444), Apología de la docta ignorancia (1449), La caza de la sabiduría (1463), la tesis de que el conocimiento humano sólo es conjetural, parcial y relativo, y que dirigido a Dios sólo alcanza a ser una docta ignorancia, es decir, un saber de que nada se sabe. Lo finito no puede tener jamás proporción alguna con lo infinito.

De este modo concluye que el máximo, mayor que el cual nada puede haber, siendo mayor simple y absolutamente que lo que puede ser comprendido por nosotros, Dios, no es posible alcanzarle de otra manera que incomprensiblemente porque de suyo es incomprensible (comprender es abarcar intelectualmente lo que una cosa es, y eso no es posible en el caso de Dios).

La anterior conclusión es fórmula o germen de la teología negativa, según la cual acerca de Dios no sabemos lo que es sino más bien lo que no es. Esta afirmación está fundamentada en el reconocimiento de la infinitud y trascendencia absolutas de la esencia divina y las limitaciones que necesariamente afectan a una mente finita como la nuestra. ¿Quién llegará a comprender la esencia de Dios? Dios es el infinito, y por tanto inasequible para el entendimiento humano, incomprensible e indescriptible. A Él sólo es posible contemplarlo con la mayor de las humildades intelectuales, y no pretender arrogantemente comprenderlo.

De este modo, la sabiduría y ciencia del hombre respecto del Absoluto aumentan con el saber de su propia ignorancia. Cuando  el hombre llegue a comprender que el infinito es impenetrable y se reconozca ignorante, logrará un más alto saber: la docta ignorancia y la teología negativa.



CARICATURA: ¡Aleluya! El Señor resucitó

POR  ERNESTO MARTÍNEZ ROJAS


ESTO YO NO LO SABÍA…

RICARDO MORALES PÉREZ

Pascua

La palabra pascua viene de las lenguas consideradas muertas, y tiene una connotación de paso, implica un tránsito victorioso como el del pueblo que sacó Moisés de la esclavitud del faraón en Egipto.

… PERO AHORA YA LO SÉ.

FRASE DE LA SEMANA

“Cumplió su promesa, ha resucitado e irá delante de ustedes” 

Richard Frank

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