E D I T O R I A L

Las fiestas dicen algo

En esta semana seremos testigos de varios acontecimientos, tanto religiosos, como civiles y cósmicos. El día de mañana muchas comunidades parroquiales estarán de gran fiesta (algunas desde hoy) al celebrar a San José, padre adoptivo de Jesús y patrono de la Iglesia universal. Siempre es una alegría reconocer a grandes y santas personalidades que sirven como ejemplo de vida. Amén de todos los hombres y mujeres que llevan su mismo nombre y patrocinio. Después seremos testigos del equinoccio de primavera, la llegada de los calores, el estiaje y tantas cosas que nos trae. Ese mismo día estaremos viendo los homenajes a Benito Juárez, el “Benemérito de las Américas” en los centros escolares y gubernamentales. Por último, el fin de semana se recibirá al Papa Benedicto XVI en tierras mexicanas para cumplir su primera visita a nuestro país. Nos vamos a encontrar con unos días cargaditos, aunque  bien iniciamos con la suspensión oficial de labores para mañana. Cada suceso tiene su propio significado, unos reales, otros elaborados, pero al fin y al cabo nos muestran que la persona es un itinerante que anda en busca de algo o de alguien; que no está acabada ni cerrada, por el contrario, está abierta a la trascendencia y a la inmortalidad. No nos conformamos con esta vida, vamos en pos de la eterna.

I N T E R – N O S

¡Suerte!

Los miles de mexicanos que se reunirán en Guanajuato para participar de la visita del Papa Benedicto XVI a México, se enfrentarán con una gran asistencia de fieles que puede causar muchas molestias en orden a la logística. Tendrán que llenarse de paciencia y cooperación. Aunque sería emocionante estar en ese lugar, no hay nada mejor que la comodidad del hogar siguiendo la transmisión de las televisoras.



¡En sus marcas…!

Ya se están preparando los jóvenes seminaristas para participar en las misiones de Semana Santa en las diferentes comunidades, urbanas y rurales. Siempre es un aliciente el contacto con las personas que fieles a su credo esperan año con año el triunfo de la Pascua. Mucho ánimo y que todo sea por amor a Dios en el servicio a los hermanos.



¿Nuestro futuro?

Las jóvenes generaciones son el futuro de nuestra nación. ¿Esperamos maestros como los normalistas de Michoacán? Dios quiera que no. ¡Padres de familia, atentos con sus hijos! El día de hoy o se forjan verdaderos valores o se llena de basura divertida pero mortífera a largo plazo. ¡Todos a trabajar!



El san José de hoy

POR JOSÉ PERALTA YOPIHUA

Nada fácil debió resultar para San José ser el  padre adoptivo de Jesucristo, el hijo amado de Dios, ya que las contrariedades se presentaron a partir del momento en que se dio cuenta del embarazo de la Virgen María sin haber tenido relación sexual con ella; posteriormente se hilaron otros conflictos tales como la carencia de un lugar para que naciera el niño, huir a Egipto para librarlo de la muerte cuando apenas había nacido, y, cuando ya era adolescente, su extravío en el templo, entre otros. A pesar de las adversidades, el santo varón no se rindió y cumplió la misión que se le confió.

De igual manera todo progenitor enfrenta dificultades al realizar auténticamente su papel. Algunas dificultades serán semejantes a las de San José, pues en ocasiones no se tiene lo indispensable para darle un nacimiento adecuado a los hijos, sin embargo, se hace el esfuerzo para conseguir lo que hará falta en el parto, también muchos padres de familia emigran a los Estados Unidos para darle a sus hijos una mejor vida, así como el justo varón emigró a Egipto para salvar la vida de Jesús.

En la medida que el papá va superando los obstáculos, se puede decir de él que es un hombre digno de admiración, pues educar y acompañar a un hijo en su crecimiento es una misión laudable que implica grandes dificultades. Es así como se hace manifiesto que dicha misión tiene sus pros y sus contras que solamente pueden llevar a cabo aquellos que se identifican y aman su labor paterna, pues lamentablemente hay quienes han evadido su responsabilidad de progenitores. Por eso es recomendable que no se vea como obligación la función de padre, sino como una experiencia privilegiada de donación y  regalo divino.

Y así San José no nació siendo santo, sino que en el transcurso de su vida se hizo santo, análogamente ningún hombre nace sabiendo ser padre, más bien aprende a ser padre desempeñando su responsabilidad como tal.




La fe mexicana lista para recibir al Papa

POR SERGIO PÉREZ PORTILLA



Sabemos que no tiene la cara afable de su predecesor, incluso su carisma puede quedar muy lejos también. A muchos no les inspira la misma ternura que Juan Pablo II, he escuchado que hay hasta quien tiene recelo de él, pero en realidad son prejuicios que nos forjamos por gustos personales.

La verdad es que la autoridad no reside en una sonrisa, en el color de piel, en la procedencia, ni siquiera en la inteligencia –de la que por cierto tiene de sobra, con una claridad meridiana–. La autoridad que tiene reside no en él mismo ni en sus cualidades humanas, sino que le viene en virtud de la autoridad de Cristo. Es Benedicto XVI, el actual Papa de la Iglesia Católica, quien visitará a nuestra Iglesia mexicana del 23 al 26 de este mes, y a quien tendremos el honor de recibir.

Este enviado de Dios, y por tanto elegido por Él, está también ungido por el Espíritu de la Verdad, con el cual ha de dirigir a la Iglesia peregrina a su fin: el Dios único y verdadero. Se le conoce como Sumo pontífice. Pontífice significa “el que hace o construye puentes”, y Benedicto crea un puente entre los hombres y Cristo.

En nuestro pueblo hay gran emoción por recibirlo. Si hablamos de cantidades, podemos decir que ya no hay espacios disponibles en hoteles y lugares aptos para la recepción de personas de Guanajuato –sede de la estancia del Vicario de Cristo en nuestras tierras– ni en el área circunvecina. La respuesta ya está dándose. Es una emoción que, vista positivamente, puede traer gran ventaja a nuestra gente, ávida y necesitada de palabras de aliento en medio del gran desierto en que hemos convertido el día a día en nuestra nación debido a la violencia, la inseguridad, la intranquilidad, la falta de empleo, la corrupción, la falta de educación integral y tantas otras linduras.

Pero en México no todo es malo, no todo es negativo. Lo primero que verá el Sucesor actual de Pedro, el pescador y apóstol, será la gran fe que ha regalado el Señor a sus hijos nacidos en este lado del mundo, una fe que se mantiene a pesar de todo, una fe fuerte, una fe que sueña pero que también se confronta, una fe que va madurando y que tiene un porvenir. Fuerte razón de su estancia aquí es gracias al protagonismo que tiene América Latina en la fe católica, y México es precisamente una gran muestra de dicha fe. Además, su visita será un buen aliciente para hacer que este despojarse en Dios renueve la certeza y siga adelante. La fe se nutrirá y seguramente nos hará recordar que somos un pueblo cristiano, que algunas veces vacilamos en nuestras ideas y otras en nuestros actos, pero el Señor no nos olvida ni nos deja a merced del gusto del mal, o de las personas egoístas. No, el Señor está con nosotros y ahora nos lo hace saber de nuevo a través de la visita de Benedicto XVI. Por cierto, para todos aquellos neuróticos, esta visita no tiene nada que ver con las próximas elecciones. Eso es simplemente absurdo.

Por último, también debemos reconocer que esta venida implica retomar de nueva cuenta el compromiso cristiano que estamos llamados a vivir en la libertad de los hijos de Dios. El cristianismo no es solo fiesta, no es solo celebración. Es en primer lugar trabajo conjunto, comunitario, solidario, con nuestros hermanos pero siempre con la fuerza de Dios. Nuestras fuerzas, nada despreciables, son buenas pero son insuficientes para el gran peregrinar que debemos vivir. Por eso no olvidamos que necesitamos de la gracia de Dios, mas la gracia nunca sustituye nuestra humanidad, antes bien la sublima, la ennoblece, la perfecciona. En una palabra, la santifica. Así, el contar con la presencia de Su Santidad es un gran regalo para la Iglesia, pero es también una gran tarea, no solo en el aspecto de recepción, protocolario y gozoso, sino también en la evaluación de nuestro camino hecho, del camino que estamos haciendo, y ver si lo estamos haciendo según lo quiere Dios o quizá nos hayamos desviado en algún punto. Decíamos que nuestra fe va madurando, y la crítica objetiva a la misma es necesaria para que siga creciendo. De esta manera podemos cambiar y rehacer nuestros pasos, reforzarlos, para ir al encuentro del que nos ha redimido y ahora nos espera con los brazos abiertos.

Que la visita del Papa no será algo ordinario es claro. Pero que no sea solo un acontecimiento social, sino que nos lleve a afianzarnos en nuestra fe, en nuestro cristianismo. Y saludémoslo como lo haría nuestro Arzobispo, pidiendo ¡un aplauso para el Papa que nos visita!



21 de marzo y un poquito de historia

POR ADOLFO CORTÉS GARCÍA

A Benito Pablo Juárez García, lo conocemos como el “Benemérito de las Américas”, ¿por qué?

Fue un 21 de marzo de 1806 cuando el pueblo de San Pablo Guelatao, Oaxaca, vio nacer a este reconocido político mexicano, su nacimiento dejó huella en la historia… al menos de nuestro país.  El joven de la sierra zapoteca aprovechó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de la Santa Cruz, Oaxaca, ahí estudió la secundaria para después emprender el vuelo hacia las mieles del poder.

El contexto político era alarmante, el país estaba en proceso de recompostura, la guerra de independencia había finalizado pero había dejado sus estragos; sí, un país que empezaba a experimentar la libertad era el idóneo para fallar. Así, tuvimos malos gobernantes, criollos ricos que buscaban el poder, militares y bueno, el clero tenía su función en el estado; en resumen, a ellos les llamaban conservadores, eran la clase gobernante, después les llamarían capitalistas, ahora les llaman los…

En oposición a ellos, a los ricos que tienen el poder, se encontraban los “liberales”, digamos una especie de socialismo, la izquierda; se cansaron de “príncipes” extranjeros, derrocaron a Santa Anna (conservador), y eligieron nuevo presidente, llamado Juan Álvarez, quien nombró a Benito Juárez parte de su gabinete. Inmediatamente Benito Juárez se puso a trabajar y expidió una ley, sí, la misma que suprimió el fuero militar, eclesiástico y la Suprema Corte, es decir, se anularon los privilegios que ellos gozaban. Por ejemplo: el clero en ese entonces fomentaba intereses que heredó del sistema colonial, como el privilegio de no ser juzgados por tribunales civiles, sino eclesiásticos; se logró también la independencia entre los negocios del estado y los eclesiásticos, los sacerdotes fueron secularizados y la nación logró apropiarse de los bienes que administraba la Iglesia. Esta ley es conocida como la “Ley Juárez”.

Y si esto no hubiera sido poco, más tarde apareció otra ley, conocida como la “Ley Iglesias”, que secularizaba los panteones y regulaba el cobro que el clero realizaba por sus servicios, así fue como empezó otra guerra… siendo Juárez presidente, los conservadores lo desconocieron y lo encarcelaron, de poco sirvió, ya que en seguida sería liberado para seguir estableciendo leyes de reforma: ley del matrimonio civil, libertad de cultos, reducción de fiestas religiosas, registro civil, separación iglesia-estado, etcétera, todo esto gracias a don Benito.

El señor Juárez se ganó el respeto completamente al imponerse incluso a un emperador francés que quiso gobernar este país. Al concluir la guerra, Benito Juárez tenía como objetivo pacificar la nación, modernizar la agricultura, establecer libertad de pensamiento, y educar al pueblo como lo principal, entre otras cosas. Juárez logró recuperar la patria y a nosotros nos hizo un favor, separarnos del estado. “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Fue en dos ocasiones presidente y murió el 18 de julio de 1872, la historia lo reconoce como el bueno, “El Benemérito de las Américas”… por cierto, el país siguió con altibajos, bueno, más bajos que altos, y si no lo crees consulta los libros de historia.



Bienvenido Papa, te estábamos esperando

POR TOMÁS VÁZQUEZ VÁZQUEZ


ESTO YO NO LO SABÍA…

Equinoccio

POR JOSÉ LUIS ALVARADO JÁCOME

Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la tierra. Esta palabra proviene del latín aequinoctium y significa “noche igual”. El equinoccio de primavera ocurre el 20 o 21 de marzo y marca una nueva estación. En este día los dos polos de la tierra se encuentran a igual distancia del sol, cayendo la luz solar por igual en ambos hemisferios.

… PERO AHORA YA LO SÉ.


FRASE DE LA SEMANA

“El respeto al derecho ajeno es la paz”

Benito Juárez

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

sus comentarios nos ayudan