17 de abril de 2011

E D I T O R I A L
Pasando del invierno a la primavera
Estamos viviendo en un mundo tan cambiante que lo que hoy se nos ofrece como novedad, el día de mañana es obsoleto. Aprovechemos esta nueva mentalidad que nos van sembrando para ocuparla en algo productivo y de beneficio para nuestra vida. Me refiero a los 7 días de la semana, contando desde hoy, donde tendremos esa oportunidad de cambiar, ¡y de manera radical! Hoy acompañamos al Mesías en su entrada triunfal a Jerusalén, donde es aclamado con palmas, posteriormente seremos testigos nuevamente de su legado eucarístico, de su sacrificio y su victoria sobre la muerte ¿qué pueden dejarnos estas celebraciones? Primero un repensar sobre nuestra propia existencia ¿por qué no reconsiderar esa opción de dejar atrás la cultura de la muerte y remontarnos a una vida mejor? Así como hemos cruzado de la estación del invierno donde todo se adormila y donde todo está seco y llegamos ahora a la primavera florida y con retoños verdes que da continuidad a la naturaleza, hagamos lo mismo con nuestra vida desde las enseñanzas del Hijo del hombre. Con tratar no perdemos nada y podemos llevarnos todo. Desde aquí la invitación para que estos días especiales no pasen sin pena ni gloria, aproveche ahora porque mañana puede ser muy tarde.
I N T E R    N O S
Mirando al futuro
Los alumnos y formadores del Seminario han concluido una semana de oración y reflexión en torno a la figura del próximo beato Juan Pablo II, sin duda, un modelo para ser un pastor que responde a los tiempos que toca vivir. ¿Sería mucho pedir que de nuestras filas saliera otro pastor de estas magnitudes? Nos conformamos con una entrega generosa y sincera, para ello, se ponen en marcha nuevos planes de formación que junto con la gracia divina hagan de estos seminaristas unos santos y sabios sacerdotes.
Mirando al presente
El próximo miércoles los presbíteros de esta Arquidiócesis se reunirán para celebrar con el Arzobispo Hipólito Reyes en la Catedral Metropolitana la Eucaristía donde se consagrarán los óleos utilizados en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Unción de enfermos y Orden sacerdotal. Por otra parte, pero dentro de la misma Eucaristía, todos ellos están convocados para renovar sus promesas sacerdotales en orden al servicio de Dios y de la comunidad. Sea bienvenido todo lo que ayude para extender la paz en la tierra.
Mirando al pasado
Aproveche la Semana Mayor para recapacitar sobre los aciertos en el pasado que le llevaron a tener éxitos, pero también sobre los errores, sobre los pecados (teológicamente hablando) que haciéndolos como un bien aparente en realidad trajeron maldad a su vida y a los de su entorno. No podemos olvidarnos de nuestro pasado para disfrutar de nuestro presente y no podemos dejar de programar nuestras actividades para vivir un futuro pleno.
 ¿Vacaciones?
por: ERNESTO MARTÍNEZ

 Semana Santa
Un tiempo para profundizar nuestra fe
POR HECTOR JIMÉNEZ LAGUNES
Estamos viviendo las jornadas centrales del año litúrgico, cuando el Señor Jesús nos ofrece el testimonio supremo de su amor, sobre el que la muerte no puede prevalecer; pues, en efecto, después de la pasión, la resurrección afirma del modo más misterioso y a la vez más evidente que el amor es más fuerte que la muerte. Precisamente ésta es la lección fecunda que se deriva de las solemnidades pascuales; el amor con que nos ha amado El, no sólo nos abre un camino nuevo y vital de acceso al Padre, sino que nos pide hacer de él norma de vida en nuestras relaciones mutuas.
         La construcción de una sociedad nueva no la lleva a cabo quien sabe únicamente maquinar violencia y destrucción, sino quien actúa con entrega generosa de sí, incluso en el silencio o en el sufrimiento, a favor del prójimo. Sólo el amor edifica: ésta es la certeza absoluta que nos viene del Evangelio.
El Domingo de Ramos: La procesión solemne en honor de Cristo Rey es el rito más característico de la jornada, nos recuerda el cortejo triunfal que acompañó a Jesús a su entrada en Jerusalén, expresa el encuentro actual de la Iglesia en los santos misterios y representa, anticipadamente, la entrada de los elegidos en la ciudad celestial, según dice el Apóstol: “ya que sufrimos con él, para ser también con él glorificados” (Rm 8,17).
El Jueves Santo: la Missa in Cena Domini, se entra en los principales misterios, la institución de la Santísima Eucaristía y del sacerdocio ministerial, como también del mandamiento del amor fraterno.
El Viernes Santo: in Passione Domini, el creyente está llamado a subir al Calvario. A las tres de la tarde, o poco más tarde, tiene lugar la celebración de la Pasión del Señor, en tres momentos: la Palabra, la Cruz y  la Comunión.
El Sábado Santo: Novus Ordo el sacerdote, desde el inicio de la Vigilia, lleva las vestiduras de color blanco como para la Misa. Bendice el fuego y enciende el cirio pascual con este mismo fuego.
         El creyente padeciendo con el Hijo de Dios el Jueves, subido con Jesús sobre la cruz el Viernes y bajado a su sepulcro el Sábado Santo, el Domingo de Pascua puede afirmar realmente con la secuencia: “Sabemos que Cristo verdaderamente ha resucitado de entre los muertos”.
ASCENDER A LA ÚNICA CONDICIÓN DE POSIBILIDAD DE LO EXISTENTE
Duns Escoto y la pregunta filosófica por Dios
POR IGNACIO LAGUNES CARRERA
El problema de Dios en la filosofía actual está relegado a cuestiones sentimentales y triviales; en general, se cree que el preguntar por Dios no tiene sentido y que es un falso problema: el filósofo no puede hablar de Dios. No obstante esto, la pregunta sigue formulándose: nuestra época está profundamente afectada por la respuesta que se dé al problema del Absoluto.

     Un pensador medieval, Juan Duns Escoto, a pesar de ser un filósofo afectado fuertemente por convicciones religiosas, ha logrado justificar la existencia de Dios en una reflexión racional basada en principios filosóficos concretos. Con base en el pensamiento escotista, se puede afirmar que la mente humana sí puede tener noticia de una realidad trascendente, inclusive sin remitirse a la revelación divina. Para que esto sea posible, es necesario ejercer adecuadamente la filosofía, sobre todo la metafísica, olvidada hoy en el baúl de los recuerdos.
     El conocimiento de Dios tiene su raíz en una epistemología sana que afirma que el intelecto de los mortales puede remontarse partiendo de las cosas sensibles, a las realidades inteligibles. Para Escoto, Dios constituye la única explicación posible de todo lo existente. La realidad más simple, que no está sujeta a la transitoriedad mundana, es el ser Infinito, el totalmente Otro.
     Hay que considerar, sin embargo, que el ejercicio filosófico sobre Dios es el más inocuo e inocente. Si esto es así, la filosofía tendrá que resultar una disciplina epistémicamente integradora y abierta, sin perder -claro está- su estatuto gnoseológico: integradora de las ciencias experimentales, y abierta a la ciencia revelada. Aunque cada una de ellas utilice vías alternas, el objetivo es el mismo: hacer más comprensible la totalidad de las cosas.
     Definitivamente el campo de la filosofía no está condenado a guardar silencio, porque el problema de Dios carezca de sentido. A pesar de ser un camino inocuo, el filosofar sobre el totalmente Otro ofrece un horizonte de esperanza, que funciona como guía de la existencia, o mejor dicho, Dios no es tanto un problema que se tenga que resolver con la inteligencia, como con la existencia entera del individuo.
El hombre experimenta su limitación, su abandono, su contingencia; pero también logra percibir su grandeza, su superioridad, sus logros. Se da cuenta que hay “algo más” en él. La paradoja de la vida humana es, por tanto, la que origina la pregunta por Dios. Esta sensación, es la que lleva a pensar en un fundamento y buscarlo. Escoto puede ser hoy una guía excepcional para llegar a la única condición de posibilidad de todo lo existente: Dios.
PRÓXIMO BEATO
Juan Pablo II

POR CARLOS DANIEL BARRIENTOS S.
 EL PASADO 13 de abril, en la capilla del seminario mayor de Xalapa; con ocasión de la próxima beatificación de Juan Pablo II; el arzobispo emérito don Sergio Obeso Rivera dirigió un mensaje a los alumnos del seminario y vecinos del FOVISSSTE: “Juan Pablo entendió al pueblo, a la familia y amó a su patria porque él era una síntesis del humanismo cristiano”. Así se expresó quien durante su ministerio  episcopal tubo contacto con el pontificado del papa polaco.

ESTO YO NO LO SABÍA
¿Por qué la semana santa no siempre es en la misma fecha?

                                      POR FRANCISCO ONTIVEROS
La fiesta más importante para la Iglesia católica es la pascua, después de muchos y difíciles estudios la Iglesia romana fijó definitivamente la celebración de la pascua el domingo siguiente a la luna llena del equinoccio de primavera,  o del 21 de marzo, pudiendo, por lo tanto , oscilar la fiesta entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Esta es la fiesta más importante en el calendario de la Iglesia Católica, he influye en las demás fiestas movibles.

…PERO AHORA YA LO SÉ
FRASE DE LA SEMANA
“La Pascua es la demostración divina de que la vida es esencialmente espiritual e intemporal”.                                                        Charles Crowe



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