E D I T O R I A L

El Evangelio de las viudas

En este domingo, las Sagradas Escrituras que se leen en la iglesia hablan de las viudas. En el primer libro de los Reyes (17, 10) se nos narra la historia de la viuda de Sarepta, que ofrece al profeta Elías lo poco o lo último que tenía de su alimentación y en el evangelio de san Marcos (12, 38), Jesús habla de la viuda pobre que echó dos moneditas de muy poco valor en la alcancía del Templo. En la Biblia, las viudas y los huérfanos suelen ser sinónimos de los pobres, porque cuando el cristianismo no había instaurado todavía las ayudas sociales, esta gente estaba totalmente al margen de cualquier beneficio. Hoy se dice que son los viudos los más necesitados. Pero en ambas narraciones resulta que la pobre viuda es la que muestra un rasgo esplendoroso de generosidad. Hay que aprender a dar de lo que uno tiene, de lo poco que uno tiene, y más ahora que todo mundo te habla de crisis y de recesión generalizada. Que el Espíritu de Dios nos mueva para ser más generosos como esas personas simples que se distinguieron por su largueza.


C O N C I L I Á B U L O

Hace 10 años: la justificación

En el Ángelus del domingo 01 de noviembre, el papa Benedicto XVI recordó que en esa fecha se cumplían los 10 años de la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación firmada en Augsburgo en 1999, y a la que se adhirió el Consejo Metodista Mundial en 2006 y que certifica un consenso sobre verdades fundamentales de la doctrina de la justificación. Estas verdades, que “nos conducen al corazón mismo del Evangelio y a cuestiones esenciales de nuestra vida”, dijo el Papa, fueron explicadas este domingo por el pontífice al recordar el aniversario. En este sentido, Benedicto XVI señaló que “por Dios somos acogidos y redimidos; nuestra existencia se inscribe en el horizonte de la gracia, es guiada por un Dios misericordioso, que perdona nuestro pecado y nos llama a una nueva vida siguiendo a su Hijo”. El Santo Padre continuó explicando que “vivimos de la gracia de Dios y estamos llamados a responder a su don”. Y añadió que “todo esto nos libera del miedo y nos infunde esperanza y coraje en un mundo lleno de incertidumbre, inquietud y sufrimiento”. Benedicto XVI recordó que el día de la firma de la Declaración Conjunta, en 1999, Juan Pablo II la definió como “una piedra miliar en el difícil camino para volver a componer la plena unidad entre los cristianos”.


Apel y Habermas

Se dice que estos dos autores alemanes son los más grandes filósofos de nuestros días. Pues bien, ambos tratan de interpretar el imperativo categórico moral de Kant como algo propio de todos los participantes en la acción comunicativa. La norma sólo sería válida si todos los participantes están dentro del consenso y lo tienen por bien. Pero por desgracia, ambos quitan los postulados metafísicos que en Kant eran una exigencia del imperativo moral y así se corre el riesgo de que otra vez quedemos en manos de una sociedad secularizada –sin Dios- que establece ante sí y por sí lo que es bueno y lo que es malo.

¿Qué le pasa a Hans Küng?

Hemos leído que Hans Küng ha vuelto a criticar al papa Benedicto XVI, su antiguo colega en la Faculta de Teología y del que había sido buen amigo.
¿Qué le pasa a Hans Küng? Desde luego, uno descubre que es más fácil estar en la oposición, porque con la mano en la cintura puedes hacer señalamientos que te dan nombre y fama, pero tener autoridad y conservar la unidad y a la vez abrirse al mundo y a sus requerimientos es tarea de sabiduría divina. Nosotros pensamos que el Papa está trabajando intensamente en la línea del ecumenismo: los lefebvrianos, los anglicanos y las iglesias orientales. Precisamente la comunión con las iglesias orientales y la guarda severa de todo lo que se conserva del primer milenio es un piso firme sobre el que la Iglesia católica no quiere hace ningún movimiento.

La renovación en el Espíritu Santo

En la revista Cuicuilco (Iván Barrera Lara, 2005, mayo-agosto, año-vol. 12, número 034, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México D. F., pp. 201-215) leímos un artículo titulado El movimiento de Renovación Carismática en el sector rural y urbano en el centro de Veracruz; interacción social, impacto social e identidad. Allí se lee: “El movimiento de Renovación Carismática llegó a la ciudad de Xalapa en 1976, cuando el padre Zilli, en ese entonces párroco de la Parroquia de Nuestro Señor del Calvario, después de acoger la idea de formar un grupo de Renovación, envió al entonces vicario, el padre Ernesto Ceronio (…)”.
La Lectura
por Casas

Pablo Latapí Sarre: Finale prestíssimo. Pensamientos, vivencias y testimonios
por Jesús Torres Fuentes

“En mayo de 2008, cuando salió a la luz mi libro Andante con brío. Memoria de mis interacciones con los secretarios de Educación, no sabía que tenía cáncer, y que al tempo musical de su título habría de seguir pronto un Finale prentissimo. Efectivamente, según los oncólogos es probable que mis tumores de pulmón e hígado hayan comenzado desde enero de 2008; fueron detectados –fortuitamente, en una tomografía que buscaba otra cosa– a finales de diciembre de ese año, y desde ese momento comprendí que me restaba poco tiempo. De allí el título de este libro: es un Final, en ritmo rápido; podría añadirle ma tranquillo –que quiere decir “pero tranquilo–, pues ha sido un tiempo de profunda tranquilidad”.
Estas palabras las podemos encontrar en el libro: Finale prestissimo. Pensamiento, Vivencias y testimonios de Pablo Latapí Sarre, y Susana Quintanilla (coautora), México, Fondo de Cultura Económica, 2009.
Pablo Latapí y Susana Quintanilla trabajaron juntos para reunir y ceder a las nuevas generaciones de investigadores y especialistas en educación un legado que él mismo duda en haber creado y que ella dice haber recibido desde joven. El gran reto de este esfuerzo consistió en compendiar, mediante un diálogo a dos voces, la vida de Latapí y sus reflexiones finales en torno a una serie de conceptos, que se agrupan en “Glosas de la educación”: 1) SEP y política educativa; 2) maestros y pedagogía; 3) vivencias y valores personales y religiosos, y 4) ante la inminencia de la muerte, y una semblanza preparada por Susana Quintanilla. Además el libro contiene entrevistas a personajes cercanos al quehacer educativo.
Lo inédito de esta obra fue hablar para “terceros” sobre temas religiosos silenciados en sus obras anteriores, o ausentes en otras etapas de su vida, como la proximidad de la muerte.
Es menester mencionar un poco como nació la idea de escribir este libro. En febrero de 2009 Susana quintanilla le propuso elaborar un libro en el que dejara a las siguientes generaciones el legado de su pensamiento, sus recuerdos más significativos y sus testimonios. Latapí y su colaboradora acordaron con el Fondo de Cultura Económica entregar el manuscrito el 15 de julio de 2009, con el propósito de que pudiera presentarse del 22 al 24 de septiembre en el Congreso del Consejo Mexicano de Investigación Educativa. Este libro lo redactó en cuatro meses pese a su deteriorada salud.
El gran impulsor de la investigación educativa en México murió el 4 de agosto del presente año. Decidió no someterse a ningún tratamiento de radio o quimioterapia por dos razones: la primera y principal había tenido una vida muy feliz y llena de realizaciones, por lo tanto esto ya debía ocurrir, y la segunda porque quería morir con dignidad sin subordinar sus últimos días a los tratamientos médicos pues sólo prolongarían su vida unas semanas o meses.
El anuncio anticipado de la muerte significó muchos beneficios: “En mi relación con Dios, me ha llamado a orar más de una manera diferente y me ha permitido ordenar algunos asuntos prácticos –testamentarios, bancarios y de trabajo–, entre otros con calma y tranquilidad. Espiritualmente mi fe en la resurrección de Jesucristo al momento de morir se ha fortalecido y esto me ha dado una profunda tranquilidad”.
El maestro Latapí hasta los últimos meses de su vida se preocupó por la educación, por ello esperamos que los investigadores y especialistas en esta materia sepan reconocer la importancia de su pensamiento plasmado en diversas obras que dan luces a una mejor educación en México.


La lectura en México
por Carlos Daniel Barrientos Sánchez


Cuando los antiguos Fenicios inventaron el alfabeto, sin saberlo, dieron origen a la forma más fabulosa de comunicación, ya que de la escritura nacieron las palabras, y con éstas, la posible descripción de todo lo que nos rodea. Por medio de lo que está escrito pasamos de la prehistoria a la historia; y las puertas del conocimiento se abrieron para todo aquel que desee saber.
Es triste ver cómo con el paso de los siglos se ha ido perdiendo el interés por la lectura; haciendo a un lado la riqueza de los conocimientos que podemos adquirir por medio de ésta.
Existen excelentes escritores, pero muy pocos gustosos lectores; sobre todo en nuestro país donde, según las estadísticas, cada individuo lee menos de un libro al año. Estas cifras deberían alarmar a la sociedad entera, pero… seguramente muy pocos se han enterado de esta noticia por no leer ni siquiera los periódicos.
Como ya sabemos, México es un país tercermundista, no subdesarrollado como quieren hacernos creer, y no dejará de serlo mientras la mayor de las comodidades –la ignorancia– persista y sigamos regidos por la ley del menor esfuerzo.
Es indiscutible que la buena educación comienza desde la infancia. Ya lo dijo Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”. Sin embargo, si le preguntamos a un grupo de niños de primaria sobre los libros que han leído, nos daríamos cuenta que sólo se han interesan por los que la misma escuela les proporciona. Si bien es cierto que los libros de texto tienen la intención de estimular a los menores a la lectura, no logran cumplir el objetivo, y seguramente hace falta otro tipo de técnicas didácticas que aumenten el interés por ésta. Los libros de texto a menudo citan fragmentos de grandes obras literarias. No obstante, sería más provechoso tener la oportunidad real de leer la una completa; pero ¡claro!, esto implicaría mucha inversión económica, un problema que tardaría años para solucionarse. Ya estamos pagando cara la factura con los años de atraso que tenemos. ¿A quién le importa si los niños (el futuro de nuestro México) aprenden o no? Seguramente serían menos los problemas si leyéramos más de un libro al año.



Así se preparan para…
por Moisés Gómez Francisco

Las personas pueden tener un tanto claro que en el Seminario se debe estudiar muchos años y que, incluso, deben sacar más de una carrera. A lo ya mencionado surge la pregunta ¿realmente saben cuáles son la carreras que se cursan en el Seminario? A esta pregunta algunas personas responden: “pues estudian para padrecitos” o “estudian la Biblia, la Virgen, los santos…”; es claro que sólo tienen una noción de lo que estudia un seminarista, pero nada en concreto.
Al decirles a las personas que estudia filosofía y teología durante cuatro años cada una, se admiran; sin embargo, siguen de la misma manera: con los mismos pensamientos o hasta un poco más confundidas; esto se debe a que también no se sabe qué es la filosofía, en qué ayuda a las personas que la estudian y ya ni se diga la teología. Pues bien, la Filosofía ¿en qué beneficia a los seminaristas?
De acuerdo con la definición dada por Kant, “la Filosofía es la ciencia que refiere todo el conjunto de conocimientos a los fines esenciales de la razón”; dándonos a entender que un filósofo se presenta a sí mismo como un científico que se hace cargo no sólo de un saber, sino del conjunto de saberes, y que custodia los fines esenciales de la razón.
Con lo ya visto, podremos saber que el seminarista, al estudiar filosofía, tendrá que desarrollar su razonamiento, su comprensión y su lógica de una manera excelente: investigando pensamientos de varios filósofos, haciendo comparaciones, planteando problemas y sobre todo llegando a conclusiones coherentes acerca de los problemas planteados; desde luego lo anterior le ayudará a tener una perspectiva amplia del mundo.
Por otra parte, se entiende que la Teología estudia todo lo referente a Dios, de ahí que Orígenes mencione que este estudio es la verdadera doctrina sobre Dios y sobre Jesucristo como salvador. De esta definición podemos inferir que el centro de la Teología es la revelación de Dios en Jesucristo y que su objetivo es dar una inteligencia del contenido de la fe para que la vida del creyente pueda ser plenamente significativa, por esto los seminaristas se preparan para ser verdaderos cristianos y conocedores del mismo Dios.
En efecto, podemos concluir que la filosofía sirve, al futuro sacerdote, para que vaya desarrollando conocimientos y, sobre todo, razonamientos lógicos: saber cómo se pensaba antes y cómo se piensa en la actualidad, formando a su vez respuestas a las interrogantes o problemas que le surjan en la vida, además saber dar una respuesta al porqué de las cosas. La Teología sirve primordialmente para que el joven seminarista conozca verdaderamente su fe, la asimile y sepa dar una respuesta lógica a todas las acciones que la Iglesia realiza; sepa de la gran variedad de respuestas a las formas en que Dios se
manifiesta a los hombres; será un auténtico cristiano y demostrará lo que así cree, pues nadie enseña lo que no sabe y nadie demuestra lo que no es.



“Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía”.
John Kennedy

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