E D I T O R I A L

Al comenzar las clasesNosotros comenzamos clases antes que ninguna otra institución porque nos gusta que los exámenes semestrales coincidan con el inicio de las fiestas de fin de año. Esto quiere decir que vuelve la rutina de cada día y la monotonía de los escritorios y las libretas. Por más que se diga que se han encontrado nuevos métodos para la lectura y el aprendizaje ultrarrápidos, la verdad es que sólo la perseverancia, la repetición y la reflexión pueden hacer que uno entienda y conserve en su corazón hasta las doctrinas más difíciles. Comenzamos pues las clases con decisión y confianza esperando que no nos abandone el Espíritu de Dios y poniendo de nuestra parte la perseverancia requerida.
DEL 3 al 7 de Agosto de 2009 se llevaron a cabo los Ejercicios Espirituales en el Seminario Arquidiocesano de Xalapa. En el grupo de 1° de filosofía estuvo a cargo el padre Quintín López Cessa, para los alumnos de 2° y 3° estuvo a cargo monseñor Sergio Obeso Rivera. En todo este tiempo de reflexión hubo un ambiente de paz y armonía.

Un maestro investigador: una persona insatisfecha y rebelde
por Carlos Ávila Gamino

(Entrevista al presbítero Juan Beristain de los Santos docente y secretario general de la Facultad de Filosofía)

Aristóteles abre su Metafísica diciendo: “Todos los hombres, por naturaleza, desean saber”. Expresión que deja ver el gran ímpetu que tiene el hombre para ir sobre la verdad, la cual, en ocasiones, no se muestra tan evidentemente y es preciso que nos ayuden a encontrarla. De este manera, nos dirigimos al presbítero Juan Beristain de los Santos, quien es vicerrector, docente y secretario general de la Facultad de Filosofía “Rafael Guízar Valencia” del Seminario de Xalapa, para que nos dieron su visión y compartiera su experiencia acerca de cómo un maestro que tiene toda una parte de investigador puede acercarnos al saber.
Padre Juan Beristain desde su experiencia, ¿cómo piensa un maestro investigador? Aseveró con serenidad: “Las posturas intelectuales de un maestro investigador son dos: ser una persona insatisfecha y rebelde. Su insatisfacción es un resultado natural de pensar y sentir que siempre tiene grandes posibilidades de mejorar y de crecer en cualquier situación a la que se enfrenta. El estado de la situación le puede ofrecer más o menos posibilidades de superarse según sea el caso, pero el maestro investigador siempre tiene la convicción de mejorar y crecer ante condiciones favorables o desfavorables. Esta insatisfacción se manifiesta en sostener que ‘no se está ni bien ni mal, se puede ser mejor siempre’. La rebeldía es una amalgama de insatisfacción y de malestar por la situación desfavorable en que se vive. La pasión personal y el interés por el contexto en el que se está, es siempre una insinuación a querer conocer las causas generadoras y a ir en búsqueda de posibles soluciones para crear condiciones de desarrollo y crecimiento personal y social”.
También nos compartió que nos es fácil ser maestro investigador porque se tienen actitudes tan arraigadas de conformidad y desconfianza, que siempre será más fácil dejar que los otros arreglen la situación. Además, la actitud de la investigación no es moda pasajera, sino un estilo de vida que se podría vivir día a día. Es un proceso en el que los contextos que le rodean son favorables. La persona humana no se entiende sin sus circunstancias. El proceso en la persona podría continuar hasta que maestras y maestros vivieran en este mundo como investigadores de toda la riqueza que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida.
Padre Beristain, ¿se incorporan las tendencias subjetivas en la investigación? Con firmeza respondió: “Naturalmente que sí, entendiendo dichas tendencias como el elemento personal en el que se identifica el modo de ser y de sentir del ser humano. Lo subjetivo entendido como un componente tendencioso, anárquico y fuera de toda lógica humana; es un factor que debe ser alejado y evitado de la investigación. La persona deja una parte de su ser o una huella de su interioridad en lo que piensa, siente y hace”.
En toda investigación seria hay problemas. A los que él se enfrenta son dilemas éticos que tienen que ver con su actividad docente y que resumió en tres. El primero, en el deber ser lo que es. Como profesor no sólo tiene una función sino un modo especial de actuar y comportarse para él y para los demás. Lo que debe ser, le ha ofrecido la posibilidad de conocer los ideales a los que se debe tender siempre; su acción es muchas veces tan limitada y precaria que casi siempre se ha desanimado. Pero sabe que es una lucha constante. Esto lo ha llevado al segundo problema: inconstancia y poca permanencia en el deber ser. Su estado de ánimo por lo regular tiende a la intermitencia y efusividad. Le interesa algún tema sólo momentáneamente, después le viene la relajación y hasta la indiferencia. Muchas veces no se dosifica en los asuntos, vuelca todo su ser en un objetivo que ya no le queda fuerza para mantener el ánimo para más adelante. Finalmente, viene la preocupación por el cómo evaluarán los demás sui deber ser. Lo centra mucho en el pensar qué pensaron los otros de él hasta perder el tiempo en imaginar y adelantarse especulativamente a las opiniones de sus superiores. Esto le roba y le desgasta en su riqueza interior para actuar con libertad y creatividad.
Para finalizar díganos algunas sugerencias para comenzar alguna investigación. “Pensar que en cualquier circunstancia docente siempre se puede mejorar. Nada es fácil pero nada es imposible en el cambio. Sentir que los contextos varios que uno vive son únicos e irrepetibles y que son vías de acceso a la realización de uno mismo y de los demás”, afirmó. Después de habernos contestado estas preguntas le agradecimos al padre Juan Beristain de los Santos su amabilidad y disposición por habernos concedido parte de su apreciable tiempo.


Las virtudes intelectuales aquellas que forman el actuar y obrar del hombre
por Miguel Ángel Hernández Mateos

Ciertamente el tema de las virtudes ya es muy conocido y está en boca de todos, se habla de virtudes morales y teologales, pero muy pocos abordan las virtudes en el ámbito intelectual, aunque si existen tratados que profundizan en este tema. Ya son tres terrenos en donde actualmente se trata de la virtud la virtud: moral, teológico e intelectual.
Antonio Gómez Robledo filósofo mexicano nacido en el estado de Guadalajara, Jalisco (1908 -1994) hace un estudio detallado sobre la virtud intelectual, mencionando su naturaleza y desarrollo como tal en la vida del hombre. Más en concreto, hace notar que la virtud entendida como excelencia reside por naturaleza en el hombre y que el lugar donde reside es en su principio formal constitutivo: el alma.
Es una que perfección se manifiesta en el ser con aquello que les es propio, razonar.
Las virtudes intelectuales son aquellas que forman el actuar y obrar del hombre conforme a su propia naturaleza, y por estar en tal plano intelectual lo hacen como hábitos: la repetición, prudencia y sabiduría, y por medio de éstos se dirige al fin ultimo del hombre, la felicidad.
Se tiene la capacidad para adquirir el saber, el que se puede aprender por medio de la enseñanza y es compatible por la ayuda del que ha alcanzado la sabiduría y que al mismo tiempo desarrolla las virtudes intelectuales.
Se logra comprender que el proceso que realiza la razón para concretar la más sublime de las virtudes: la sabiduría, está comprendida en la prudencia como primer paso. La prudencia ayuda a la determinación del carácter en la persona moral, y lo complementa en su desarrollo ético – moral.
Después, esta prudencia, que ha realizado un trabajo previo para conseguir un carácter bueno, es conducido por la sabiduría a un grado más sublime donde la intelectualidad del hombre se va perfeccionando y acondicionando para conseguir el objeto de su conocimiento: la Verdad, con mayúsculas, como grado perfectísimo del intelecto humano. Es ahí donde se denota la excelencia que reside en el principio formal constitutivo del ser como virtud en la naturaleza del hombre y que les es propio.
Con esto, se pude decir que el hombre es moldeable porque en sí mismo posee esta capacidad. No hay que dejar de lado que así como se pueden forjar virtudes en el terreno intelectual, así se pueden ir formando vicios pues estos no están excluidos del mismo obrar del hombre y tanto así pueden llegar a ser parámetros para determinar las acciones, como lo son también los hábitos intelectuales buenos. En resumidas cuentas, se ha de mantener un trabajo con un esfuerzo constante en el que se opte por alcanzar la perfección que de suyo le pertenece para obtener el fin de la inteligibilidad, la causa por la cual el hombre tiende a razonar.

C O N C I L I Á B U L O

¿Se acabarán los libros?

Una y otra vez se dice que los libros se volverán obsoletos porque la red de los medios electrónicos los va a sustituir con creces. Pero a su vez esta misma red comienza a bajar libros enteros en formato digital, especialmente los llamados clásicos que toda persona culta debe haber leído.

La divina comedia

Fue Bocaccio el que le puso el título al enorme poema épico de Dante conocido como la Divina Comedia. Todo mundo te habla de él, pero si haces una encuesta verás que nadie lo ha leído de cabo a rabo. ¿Qué pasa con esos clásicos? El caso es que para leerlos se necesita una inmensa cultura, tanto de la mitología grecolatina como de las Sagradas Escrituras cristianas, pero con paciencia y con meticulosidad uno puede llegar a gozar de lo que se ha llamado un clásico o un libro de oro.

¿Por qué es más atractivo el infierno?

No son pocos los que te dicen: “De Dante lo único que me interesa es el infierno, es lo único que vale la pena”. La verdad es ésta: toda la primera parte de la divina comedia, o sea, el infierno, está llena de relatos de crímenes y pecados como los que solemos leer en la nota roja o en la página policíaca de los medios periodísticos actuales. Y en el purgatorio, y más todavía, en el cielo, tenemos figuras que de alguna manera recuerdan las páginas de “sociales” en nuestros periódicos. Y otra cosa importante es que la obra está en verso y que son versos de italiano antiguo que pocos pueden gustar. Pero de que es “divina” no hay duda y también de que es “comedia”, porque no se pueden tomar al pie de la letra las descripciones y odios que aparecen en el libro.
Nos acercamos al bicentenario y al centenarioSon muchos ya los autores que vislumbran las fiestas del bicentenario de la Independencia Nacional y del Centenario de la Revolución Mexicana (1810,1910). Han aparecido varios libros que tratan de dar una versión más objetiva de nuestra historia y todos están contra la llamada “historia oficial” o los “héroes de bronce”. Porque de hecho todos nuestros héroes eran humanos y llenos de debilidades, pero un pueblo necesita sus modelos y sus líderes ejemplares y estimulantes.



"No importa cuántas cosas realices, sino el amor con que las hagas"
Teresa de Calcuta

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