
E D I T O R I A L
Democracia
Democracia
Preocupados por la influenza y también angustiados por la crisis económica global, nos preparamos a estudiar para los exámenes finales y comenzamos a pensar en las próximas elecciones. Nosotros sostenemos que el voto es secreto y personal y nadie nos va a imponer o a decir siquiera por quién hemos de votar. Más de una vez lo hemos dicho: se sorprenderían los que supieran cómo cada seminarista y cada sacerdote vota según su leal saber y entender, sin consignas ni recomendaciones. Desde luego, nos preocupa mucho la plataforma o proyecto que cada partido presenta y nos cuestionamos su fidelidad al sentir global de la población y a los principios de la fe cristiana y nos informamos sobre la personalidad de cada uno de los candidatos. Nos informamos, nos cuestionamos, investigamos las propuestas, pero cada uno vota como él mismo decide. Pero por supuesto, vamos a votar, vamos a participar, no hay que dejar que lo que es de todos sea manejado al arbitrio o al servicio de uno o de unos pocos.
C O N C I L I Á B U L O
En la Tierra Santa
Hemos seguido, aunque pocas veces, al Santo Padre Benedicto XVI, durante su viaje a la Tierra Santa, a través del canal católico EWTN. Nos han maravillado su sabiduría y su prudencia porque la escena tiene todo el aspecto de quien atraviesa un espinal: por todos lados hay peligros. Es una verdadera pena y una paradoja que, por ejemplo, en Belén, donde los ángeles cantaron: “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc. 2, 14) allí ahora todo habla de guerra y opresión y se levanta un muro que materializa la división existente.
Mayo, mes de la Virgen
Mayo es un mes dedicado especialmente a la santísima Virgen María y es también el mes en que comienzan los aguaceros. En muchas parroquias, los niños ofrecen flores con un gesto simbólico lleno de ternura. También nosotros acompañamos al señor arzobispo, Hipólito Reyes Larios, en una visita especial y un rosario a la Virgen en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en El Dique.
Treinta lecciones
Nos ha llegado un libro pequeño, pero de una gran importancia: La democracia en treinta lecciones, de Giovanni Sartori (Taurus, México, 2009). Como es sabido, Sartori es el autor del célebre Homo videns y en 2005 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.Se le pidió al autor que explicara en la televisión –que tanto ha criticado– en tres o cuatro minutos una lección sobre qué es la democracia. ¿Cómo comentar una materia tan importante sin caer en lo trivial? Sartori lo hizo y lo hizo bien, y el libro se lee con sumo agrado. Lo recomendamos encarecidamente.

Galileo y el Vaticano
Este año han sido publicados varios libros y estudios sobre el caso Galileo. Probablemente el libro más valioso es el llamado Galileo y el Vaticano, que recoge los trabajos de la Comisión creada por el papa Juan Pablo II para derribar la leyenda negra y los mitos que hay sobre este caso. Toda esta historia ha sido instrumentalizada a partir de la Ilustración y usada como arma de guerra contra la Iglesia y aún hay quienes, en las escuelas, dicen que Galileo fue quemado, cuando nunca estuvo siquiera en prisión.

La ontología
por Petra Guzmán Mendoza
Se trata de un campo extraño, importante, que muchos filósofos contemporáneos lo tienen por central; pero es, a la par, difícil. Ahora bien, será útil aclarar algunos puntos de terminología, pues de ser posible, hay que reducir todas las palabras abstractas a concretas. Por lo tanto, no hablaremos de ser, sino de ente, por ente hemos de entender todo lo que existe o tiene posibilidad de existir, fuera del ente no hay nada, o nada tiene existencia.
A diferencia de otras ramas de la filosofía, en que todo el mundo está de acuerdo, aquí sufrimos la influencia de dos tradiciones que vedan o hacen imposible el acceso a estas cuestiones ontológicas: el idealismo epistémico y el positivismo.
En primer lugar tenemos al idealismo epistemológico: todo lo que se puede decir del ente lo dicen ya las ciencias particulares. Suelen decir también que el ente ha de reducirse al pensamiento. A esto los ontólogos responden; primero, ninguna ciencia trata ni puede tratar cuestiones como la posibilidad en general, las categorías y otras; en segundo lugar, el pensamiento al que ha de reducirse el ente es también algo, es un ente.
Por su parte el positivismo dice: si afirmamos que el perro es un animal, decimos algo con sentido científico, pero si afirmamos que es una substancia – substancia es una idea ontológica– no decimos nada sobre la realidad. No hablaríamos del perro, sino de la palabra perro. La ontología ha de substituirse por una gramática general. A ello los ontólogos dicen que si es lícito dividir el ente en las plantas y animales, también será lícito formar una división más general de todas las ciencias y ésta sería la ontología.
Algunos ontólogos convencidos después de Platón y Hegel tratan cuestiones como: la nada, la posibilidad y las categorías. La cuestión sobre la nada: para los existencialistas, la nada existe de algún modo. Otros dicen que la nada sólo es pensada. Para J.M Bochenski la cuestión es complicada y difícil, pero hay que distinguir dice, entre el ente real y el ideal. El concepto de la nada es un ente ideal, y un ideal muy especial, de falta de carencia de ser real. Esto explica por qué podemos hablar de ella.
En la vida diaria y también en la ciencia se habla de la posibilidad, pudiera de pronto pensarse que la posibilidad es algo meramente pensado y que en la realidad sólo hay cosas que son ya. Pero la posibilidad no depende de que alguien lo piense, aunque no lo piensen tiene la posibilidad de llegar a ser.
Un tercer problema es el de las categorías: el mundo está constituido por cosas, que se distinguen por sus cualidades y están ligadas entre sí por las relaciones. En el mundo de lo real hemos de distinguir tres aspectos; las substancias, las cualidades y las relaciones. Son estas cuestiones en que se ocupa la ontología, cuestiones difíciles y muy abstractas. También, la ontología, puede ser formidable para la configuración de la vida y la historia de la humanidad.
A diferencia de otras ramas de la filosofía, en que todo el mundo está de acuerdo, aquí sufrimos la influencia de dos tradiciones que vedan o hacen imposible el acceso a estas cuestiones ontológicas: el idealismo epistémico y el positivismo.
En primer lugar tenemos al idealismo epistemológico: todo lo que se puede decir del ente lo dicen ya las ciencias particulares. Suelen decir también que el ente ha de reducirse al pensamiento. A esto los ontólogos responden; primero, ninguna ciencia trata ni puede tratar cuestiones como la posibilidad en general, las categorías y otras; en segundo lugar, el pensamiento al que ha de reducirse el ente es también algo, es un ente.
Por su parte el positivismo dice: si afirmamos que el perro es un animal, decimos algo con sentido científico, pero si afirmamos que es una substancia – substancia es una idea ontológica– no decimos nada sobre la realidad. No hablaríamos del perro, sino de la palabra perro. La ontología ha de substituirse por una gramática general. A ello los ontólogos dicen que si es lícito dividir el ente en las plantas y animales, también será lícito formar una división más general de todas las ciencias y ésta sería la ontología.
Algunos ontólogos convencidos después de Platón y Hegel tratan cuestiones como: la nada, la posibilidad y las categorías. La cuestión sobre la nada: para los existencialistas, la nada existe de algún modo. Otros dicen que la nada sólo es pensada. Para J.M Bochenski la cuestión es complicada y difícil, pero hay que distinguir dice, entre el ente real y el ideal. El concepto de la nada es un ente ideal, y un ideal muy especial, de falta de carencia de ser real. Esto explica por qué podemos hablar de ella.
En la vida diaria y también en la ciencia se habla de la posibilidad, pudiera de pronto pensarse que la posibilidad es algo meramente pensado y que en la realidad sólo hay cosas que son ya. Pero la posibilidad no depende de que alguien lo piense, aunque no lo piensen tiene la posibilidad de llegar a ser.
Un tercer problema es el de las categorías: el mundo está constituido por cosas, que se distinguen por sus cualidades y están ligadas entre sí por las relaciones. En el mundo de lo real hemos de distinguir tres aspectos; las substancias, las cualidades y las relaciones. Son estas cuestiones en que se ocupa la ontología, cuestiones difíciles y muy abstractas. También, la ontología, puede ser formidable para la configuración de la vida y la historia de la humanidad.
¡Vale la pena estudiar Filosofía!
por Cristóbal Julián Ubaldo García
por Cristóbal Julián Ubaldo García
Recientemente se ha hablado de las reformas a los programas de la Secretaria de Educación Pública, que pretenden suprimir las disciplinas filosóficas, como lógica, historia de la filosofía, ética y metodología de la investigación, en el nivel de educación media superior. Estos comentarios comienzan a hacer eco en el ambiente filosófico del Seminario de Mayor Xalapa, algunos alumnos de Teología que egresaron de la Facultad de Filosofía del Seminario, respondieron a las siguientes interrogantes que se les plantearon: ¿para qué te ha servido la filosofía que has estudiado?, ¿y recomiendas que se siga enseñando las disciplinas filosóficas en las preparatorias? Estas preguntas se les plantearon para obtener una opinión de quienes, de alguna manera, han tenido un encuentro directo con la filosofía.
Así es como se han expresado los jóvenes que de alguna manera tuvieron la oportunidad de estudiar la filosofía en el nivel medio superior, y que hoy expresan los frutos que de ello han obtenido y los cuales siguen usando tanto en su desarrollo profesional como en su vida cotidiana.
“La filosofía es la unificación del pensamiento”.
Herbert Spencer
Herbert Spencer
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