Domingo 8 de Febrero de 2009

Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa





E D I T O R I AL

Día del Amor y la Amistad

Quizá más de uno se admire de que también Concilio celebre el Día del Amor y la Amistad. Antes se le veía como cosa exclusiva de los novios, y ahora hemos comprendido todos que el amor es mucho muy grande y que sus significados, o connotaciones, son innumerables. La amistad, cristianamente entendida, es uno de los grandes valores que uno puede tener. En la Antigüedad, los amigos eran todavía más importantes porque eran las únicas personas con las que uno tenía una comunicación profunda y reflexiva: no había libros ni medios de comunicación social. Por eso grandes autores, como Aristóteles y Cicerón, escribieron tratados acerca de la amistad. Todavía hoy podemos decir que los amigos son pocos en verdad y que quien tiene un amigo tiene un tesoro. Lejos de toda degeneración o depravación, una amistad cristiana es, como dijimos, una riqueza, una verdadera bendición de Dios.




“Amor y amistad: realidades básicas de la vida”

(Entrevista al presbítero Héctor Jiménez Lagunes, coordinador espiritual de II de Filosofía en el Seminario Mayor de Xalapa)
Moisés A. Martínez Mtz.


Apenas inicia el mes de febrero y por las calles del centro de la ciudad ya encontraba algunos accesorios que me hacían pensar en una fecha importante de este mes. Eso no es todo, sino que también me transportaban, como en automático, a una dimensión donde se experimenta el cariño y el afecto.

La experiencia nos indica que estamos en una época donde algunas realidades, junto con el concepto que las define, se han devaluado. Por ejemplo, en familia, diversión, amor y amistad, etc., en donde las definiciones perversas que se les dan hacen mucho ruido y opacan el verdadero sentido que tienen por naturaleza. Por esta razón acudimos a los que saben para que nos reafirmen lo que significa amor y amistad, dos realidades muy presentes en la vida, principalmente en estas fechas.

“La amistad (philia) es una unión preferencial en que somos implicados por cuanto hay de atrayente y agradable en un amigo; es una unión de amor mutuo caracterizado por la reciprocidad; está sometida a cambios. Y al hablar de amistad se tiene que hablar de amor (ágape, en un sentido profundo) como una forma de amistad no preferencial que se manifiesta incluso en los enemigos. En términos cristianos se caracteriza por la misma fidelidad que Dios manifiesta a través de la Alianza; ágape se manifiesta en el deseo de nuestro corazón insatisfecho que busca, más allá de la historia, un lugar de paz en Dios”. Esto es lo que el presbítero Héctor Jiménez Lagunes, coordinador espiritual de II de Filosofía en el Seminario Mayor de Xalapa, dice al respecto de estas dos realidades.

-Padre, llevamos una relación de amistad con la maestra, con los hermanos, con el de la tienda, con los compañeros de escuela, con los primos, vecinos, etc., y cada una de ellas pretende hacerle un bien al otro, pero en el plano religioso ¿qué significa la amistad cristiana? “En mi estancia en Roma en la Pontificia Universitas Gregoriana Facultas Sacrae Theologiae Institutum Spiritualitatis he cursado, con la Dr. Donna Orsuto, un crédito titulado “La Amicizia Spirituale” (La Amistad Espiritual) en ésta realizamos una visión histórica en relación a ella. Y conforme a eso señalo tres elementos básicos de la amistad cristiana: La amistad es un don que se nos otorga gratuitamente por Dios. Aparece, en la Sagrada Escritura como un elemento positivo y útil. La amistad exige fidelidad, un verdadero amigo deber ser fiel en la vida y en la muerte, ya que la amistad no termina con la muerte. Esto lo vemos en Jesús. Él, aunque muerto, sigue vivo y continuamente se nos da como alimento en la Eucaristía, la cual es un signo de la amistad de Cristo por toda la humanidad. Es una amistad que dura siempre: fiel, perseverante y eterna”.

-La experiencia denuncia que nos dejamos persuadir por lo fácil, lo rápido y lo que exige poco esfuerzo, siendo pragmáticas las decisiones que tomamos, ¿cree que realmente se pueda practicar una “amistad cristiana” donde uno pueda comprometerse con el amigo hasta las últimas consecuencias? “Ésta es una interrogante que debe encontrar respuesta en forma individual y no colectiva. Personalmente creo que: no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos” Jn 15, 13.

Para finalizar la entrevista preguntamos cuál era su opinión de que haya un día especial para celebrar el amor y la amistad, a lo que él contestó: “Estoy de acuerdo en ello porque reconozco que el amor y la amistad existen, y que ambas realidades son básicas en la vida. Nos movemos y somos, en amor-amistad, en los diversos espacios concretos de nuestra vida, es decir en la relación con nuestros padres o con los otros: hijos, familiares, amigos, conocidos. ¿Qué pasaría si no existiesen ambos?”

Gracias Pbro. Héctor por la disposición y tiempo para esta entrevista, además por proporcionarnos una visión más cercana a la realidad del amor y la amistad. ¡Felicidades a todos los que viven en el amor y la amistad!



Siete Almas

Artemio Domínguez Ruiz


Siento que arriesgo mucho al escribir una opinión sobre este film. Algunos, al leerlo, juzgarán cierto fanatismo religioso, tal vez tengan razón, pero la intención no va por ahí. La cuestión es ¿qué tiene que ver esta película con el cristianismo? Por supuesto que la respuesta no se presenta como una verdad absoluta o dogmática. Es sólo una apreciación. A veces es prudente escuchar lo que otros opinan.

Empezamos con el título original: Seven Pounds. Obviamente que la primera palabra significa siete. Este número aparece frecuentemente en la biblia y expresa totalidad o perfección (Cfr. Mt 18,21-22 y Ap 1,4) Pero la palabra pounds no se traduce literalmente como almas. Los diccionarios nos explican el singular con tres significados: Primero como libra (moneda); segundo como sustantivo de perrera (for dogs) y depósito (for cats); por último como verbo intransitivo, golpear, palpitar con fuerza (of heart). En realidad no podemos, deducir a ciencia cierta la finalidad del productor o del mismo escritor, pero sí vamos entresacando algunos elementos.

La historia gira en torno a Tim (Will Smith) que se hace pasar por Ben Thomas. Él aparece haciendo una llamada de emergencia al inicio de la película, reportando un suicidio, y esta escena se va a repetir hasta final. Inmediatamente después Tim empieza a narrar: “En siete días Dios creó al mundo, y en siete segundos acabé con el mío”. De nuevo el número siete referido en términos bíblicos. De fondo puede permanecer ya la idea de la totalidad y la perfección de la obra creadora de Dios, pero al mismo tiempo manifiesta la idea de la total destrucción personal. Los siete segundos ya no sugieren un tiempo limitado, sino más bien una total determinación: “acabé con mi mundo”.

Luego aparecen siete nombres de personas, que serán las víctimas de un accidente automovilístico y, siguiendo esta idea, serán siete los beneficiados por la “bondad” de Tim. En este accidente muere la esposa de Tim. Él es el de la imprudencia al manejar por ir viendo un mensaje telefónico. Por tanto, siente todo el peso del dolor y de la conciencia. Su modo de solución ante este acontecimiento será donar parte de sí, sus órganos y propiedades, para que otros puedan “vivir intensamente”.

Todo está planeado. Dona el hígado, el pulmón, la médula ósea, las retinas, ayuda a una viejecita a bien vivir, regala su casa y, al final, entrega el corazón. No de manera metafórica, sino real. Se suicida para conseguir que Emily Posa, de quien se enamora, tenga un corazón que le permita vivir por un buen tiempo más. El tema de los trasplantes de órganos no es lo conflictivo, se sabe que la medicina busca como valor fundamental la vida. No es lícito matar o suicidarse por la razón de donar los órganos vitales. El fin no justifica los medios. Y el suicidio, incluso con la finalidad de ayudar, es ilícito.

La intención de este análisis no es el discutir sobre ese punto. Interesa ver a quién se le puede adjudicar un suicidio así. Da la impresión que existe una idea latente. Las imágenes de la Virgen y San José no son de gratis en la película, si aparecen, es con una intención. Ningún director es ingenuo, ellos saben bien lo que quieren transmitir. Además Tim aparece como el que tiene “el poder de cambiar las cosas drásticamente”. Siempre que se presenta frente a la persona que quiere ayudar le pregunta “¿confías en mí?”, incluso se atreve a juzgar a las personas como buenas, para que a partir de ahí, pueda darles lo que más necesitan. Después de que ayuda, les dice a los beneficiados que no se atrevan a preguntarse “¿por qué a mí?”

Todo esto se puede identificar con la persona de Jesús. Él, con su obra, cambió las cosas drásticamente. Delante de los enfermos o moribundos siempre preguntó ¿tienes fe? (Cfr. Lc 8,50) y después sanó o despertó a los muertos. Además, siempre le preguntamos a Dios ¿por qué a mí? Respuesta que no logramos, con nuestra mente limitada, satisfacer, y aquí aparece Tim pidiendo que no se haga esta pregunta. Como adjudicándose tal papel.

Por si fuera poco, Tim tiene una cena, una noche antes de suicidarse, con Emily. (¿A caso tendrá que ver con la última cena?) Cuando está cenando le dice: “No me he cuidado nada en los últimos tres años”, porque se ha dedicado a ayudar a los demás. Y esos tres años se identifican con el tiempo que Jesús ejerce su ministerio y hace su obra de salvación entre los hombres. Después tiene un encuentro de amor con Emily y, esa misma noche, hace una llamada a un amigo para comunicarle la ejecución de su plan: “Es el momento”. Muy identificable con “Ha llegado la hora” del evangelio de san Juan. (Cfr. Jn 17,1).

Con todos estos elementos, da la impresión de que esta cinta propone una realidad nueva a lo que Jesús hizo: un suicidio, lo cual no satisface. Dentro de la conciencia de Jesús, Él ya sabía que iba a morir. Pero no sabía cómo iba a ser esto, detalle a detalle. Sabe, porque es verdadero Dios, lo que se le esperaba, pero no sabe el modo, porque también tiene la naturaleza como verdadero hombre. Él defendió la verdad y por esa verdad lo mataron. Él no se crucificó ni se lapidó, mucho menos se puso una corona de espinas. Incluso las razones de su corazón no obedecían a un conflicto interno, de pesadez de conciencia, sino al amor que tenía por el Padre, que es distinto. No es lo mismo entregar la vida para que los otros hagan de ella lo que les place, a suicidarse. Jesús también amó su vida. Las películas no se califican por los efectos especiales o por lo sentimental, siempre llevan una intención de fondo. Comentarios: dragblanco@hotmail.com



C O N C I L I Á B U L O


El padre Raúl Rodríguez

Hemos visto varias cápsulas de televisión del padre Raúl Rodríguez. Nos sorprende su soltura, su seguridad y la manera tan apropiada como enfoca los problemas de modo que pueda ayudar a la gente. Porque la televisión no ha de ser únicamente pasatiempo y diversión, sino también enseñanza y cultura.


El “Momsen” de Otates

Hace años, alguno con humor se refería al padre Celestino Barradas con el remoquete de “Momsen de Otates”. Ya se sabe que Momsen es uno de los grandes historiadores alemanes y que Otates es un pequeño pueblo. Pues bien, acaba de aparecer un libro del padre Barradas que se llama precisamente: Memorias Otates – Dos siglos de historia (Ediciones San José, 2009). Son 455 páginas donde el padre recoge sus investigaciones en el archivo de la parroquia de Actopan a la que pertenecía Otates. Todos los descendientes de esta población tendrán que contar con este libro.


“Escolástico”

Como todas las palabras, “escolástico” tiene varias connotaciones. Algunas son peyorativas, por ejemplo, “estilo escolástico” es un estilo esquelético, descarnado, un texto donde los argumentos están a flor de piel y no tienes que trabajar mucho para entender el significado. Y así escribían los autores de la Edad Media. A partir de Miguel de Montaigne y sus famosos “ensayos”, las obras se escriben de manera mucho más suelta y más libre.


Las escolásticas

Los autores suelen distinguir tres escolásticas: 1) la medieval, 2) la española y 3) la neo-escolástica. Es cierto que todos estos autores se distinguen por el estilo y también por los contenidos. El contenido suele ser de Filosofía o Teología, pero siempre usando la lógica y la razón. De ninguna manera el sofisma o el engaño. En ellos es fácil descubrir lo que dicen exactamente y no necesitas hacer una hermenéutica como sí hace falta hacerla en la Patrística y en la Filosofía moderna. Por eso puedes decir que la Escolástica está lejos de los sofismas y engaños. Los autores escriben con un estilo que es objetivo y verdadero aunque, ciertamente, es aburrido o poco interesante.



“Compañeros hay muchos, verdaderos amigos sólo son unos pocos”.
Steven Santana

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