Domingo 15 de Febrero de 2009

Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L


Nuestros enfermos

La muchedumbre que seguía a Jesús solía ser de enfermos y gente necesitada de compasión, los pobres, los humildes. No queremos decir que excluyera a los ricos como Zaqueo, Mateo, Nicodemo y demás. Pero su especialidad eran los pobres, los que más necesitan ayuda, los que más necesitan a Dios, y entre éstos están los enfermos. En nuestro servicio social, la mayor parte de las veces, tenemos que ver con los enfermos. Ellos necesitan compañía que no los canse, comprensión y apoyo espiritual. Parece que hace falta tiempo para que uno entienda que le toca también llevar su parte de la Cruz de Cristo. A nosotros, que estamos llenos de vida y juventud, nos cuesta encontrar las palabras o la actitud no paternalista ni dulzona sino llena de fe y de esperanza para con los enfermos. Benedicto XVI dice en su segunda encíclica que “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre” (N. 38). Nosotros queremos crecer en humanidad y saber cuidar bien a los enfermos.



Y sin embargo sigue sufriendo
(Entrevista al presbítero José Luis Alvarado Jácome, quien es formador del Seminario Mayor de Xalapa)
Juan Carlos Matus

Una de las principales tareas de la Iglesia es la atención a los enfermos, misión difícil que va cumpliendo paulatinamente, sí, pero con la certeza de dar pasos firmes en la atención personal y desinteresada de sus hijos dolientes.
Estas palabras parecieran ser demasiado generales; tan es así, que la grandeza de la misión de la Iglesia, quedaría reducida a un mero conceptualismo o a una noción a penas acercada.

Por eso, en el marco de la Jornada Mundial de Oración por los enfermos, celebrada el 11 de febrero, se realizó una entrevista al presbítero José Luis Alvarado Jácome, quien además de ser formador del Seminario Mayor de Xalapa es médico de profesión, con el objetivo de ver cómo se aplica en la práctica la atención a las personas que padecen alguna enfermedad.

Padre José Luis, ¿qué es la Jornada mundial de oración por los enfermos? “La Iglesia dedica un día para unirse al dolor de estos hermanos. En el cual se ora por ellos, y les recordamos que el Señor está siempre con ellos. Esta Jornada de oración fue propuesta por S.S. Juan Pablo II, el 11 de febrero de 1984. Cuando hablaba acerca del valor de la redención en el dolor, decía que éste no es sólo un padecer o sufrir, sino que podía convertirse en medio de purificación para la obtención de la Vida, incluso, que puede ser tomado como una entrega a los demás, a imitación de Cristo.”

Muchos reclamos suscitaría esta respuesta, pues lo que más quiere un enfermo es aliviarse de su mal. Suena como si se le invitara a una especie de resignación, aceptando el dolor sumisamente y con el consuelo de que al final de sus males obtendrá una recompensa, ¿es así padre? “No, la enfermedad hace sensibles a las personas, en una ocasión visité a un hombre ya muy enfermo, en una etapa terminal. El había sido infiel a su esposa, decía que si Dios quería que tuviera esa enfermedad pues así sería, y que él aprovecharía la situación para reconciliarse con Dios y con su esposa.”

La reconciliación que los enfermos buscan con Dios, principalmente, y con sus seres queridos fue algo que expresó. De esta manera se le consultó sobre el campo de acción como sacerdote. A lo cual respondió que el apoyo es espiritual. Aunado a ello es dar una atención integral a la persona: no sólo medicamentos, también palabras de aliento; no sólo tratamiento, sino también llevarles la gracia, el perdón, la reconciliación. Lo que realiza cuando visita a los enfermos, es escucharlos, confesarlos, ungirlos, y darles la Comunión.

La actividad de un sacerdote se suele relacionar, en la línea de atención a los enfermos, como una especie de filantropía, hasta podría decirse, ¿qué de extraordinario hace un sacerdote? Sin embargo, muchos filántropos ayudan a otras personas por determinado tiempo y se cansan de hacerlo, o ayudan mientras les reportan ciertos beneficios. ¿Es mera filantropía su actividad? ¿Por qué se muestran los sacerdotes constantes en la atención de los dolientes? Como respuesta a las dos preguntas, dijo: “no, porque los sacerdotes, como diría San Rafael Guízar Valencia, estamos para la salvación de las almas, no sólo voy a ayudar al otro porque es persona o por sentirme bien. Hay algo más que nos estimula, que nos lleva al servicio que es el amor a Dios, un amor a Dios que nos eleva sobre la mera filantropía. Es la intención de ayudar por Cristo y en cristo, es decir, ver en el enfermo que existe un Cristo sufriente. Esto nos lleva a acudir a todas las personas sin importar quienes sean o que enfermedad tengan”, contestó muy serio y con cierto aire de satisfacción y orgullo.

Para finalizar la entrevista, compartió una anécdota acerca de una de sus visitas a los enfermos, con gusto expresó: “Recuerdo que un domingo fui a visitar a un enfermo. Iba saliendo del hospital y se acercaron los familiares de un paciente de otra sala a pedirme que lo atendiera (los domingos por las tardes es muy difícil encontrar a algún sacerdote disponible) y accedí. Lo confesé y lo ungí. Al otro día, esta persona falleció. De esto me enteré cuando acudí a una celebración en una parroquia y, junto, había una funeraria donde se estaba velando a la persona que apenas un día atrás había asistido. Puede parecer tonto, pero no me dio tristeza, sino alegría, pues sé que está gozando de la presencia de Dios”.

Sin duda que este ha sido sólo un ejemplo de lo que millones de personas, alrededor del mundo, tratan de hacer posible propiciar los medios para que las personas que sufren tengan un trato digno, integral, acorde a su condición de espíritus encarnados y sobre todo, dar la esperanza en medio de sus sufrimientos, de tal modo que les motive a continuar luchando y no estancarse en los males pasajeros. Se le agradece al padre José Luis Alvarado Jácome y se le desea que no deje de hacer su labor con los enfermos.


¿Qué es...?
Marissa Ponce de Cházaro

Nos preguntamos cómo se hacen las definiciones, pues con ellas todos entendemos lo mismo: lo que algo es y se expresa con un término. En lo general, tenemos noticia de algunas maneras. En el diálogo “Teeteto”, Platón se vale de la noción “pescador de caña”, pues la considera de fácil comprensión pero merecedora de una definición no menor a otras. El maestro ateniense separa lo que el pescador de caña es de lo que no es.

El pescador de caña posee un arte de captura y persecución de seres animados -la caza-; es de animales acuáticos y por heridas “de abajo hacia arriba”, en la cabeza y la boca, colgando la presa hacia abajo la saca del agua con ayuda de varas y cañas. Esto es el pescador de caña y a lo que su nombre nos refiere.

Ya no considera lo que el pescador de caña no es: no es alguien desprovisto de arte; su arte no es de producción, no apresa de palabra; no se realiza al descubierto, no es de seres inanimados -como lo haría un buzo- ni se trata de caza de animales de tierra ni voladores; no lo realiza con lazos ni con redes ni con golpe de garfio ni arpón; no hiere “de arriba hacia abajo” ni es en cualquier parte del cuerpo y no sustrae de pie.

Platón alcanza así la definición. Y, si bien no es demostración, es aportación para la filosofía, pues aleja el discurso de la sola negación y la paradoja, ordena las ideas por lo amplio, y expone lo que se afirma y comprende por todos, además, evidencia algunos significados entre los que se da la diferencia pero predomina la semejanza. Para Platón, si el interlocutor se queda con la sola negación o si la división es parcial, puede no referirse a lo mismo y llegar fácilmente al razonamiento absurdo, resultando infructuoso el diálogo.

Aristóteles avanzó sobre la definición y heredó el estudio al occidente latino. Entre los llamados “Tópicos” y conocida como “esencial”, aparece la definición por la “familia” o género más inmediato. Compara el concepto con otros del mismo grupo y, afirmando también la diferencia -como lo hiciera su maestro-, alcanza la definición que “declara la esencia”, dice. Esta es escueta pero precisa, el Estagirita accede con ella a la predicabilidad analógica y desarrolla la teoría de la identidad, según la cual la definición resultaría ser la identidad perfecta.


ESTO YO NO LO SABÍA…

El beso

Hugo Cortés Chantres

Según una teoría del historiador griego Plutarco (50 – 125 d.C.) El beso surgió por una ley propagada por los romanos mediante la cual se prohibía a las mujeres tomar vino. Cada día, los esposos debían verificar el aliento de sus cónyuges para evidenciar si existía rastro que descubriese la ingestión de la bebida. Como al parecer este procedimiento no dio gran resultado, pronto se implantó otra ley más rigurosa donde se ordenaba que los romanos, además de aspirar el aliento, tenían que rozar los labios de su pareja para descubrir algún vestigio etílico.
…pero ahora ya lo sé.


C O N C I L I Á B U L O


En el museo de san Rafael Guízar

El sábado 24 de enero nos encontramos en el museo de san Rafael Guízar al licenciado y notario Fausto Rico Álvarez y al licenciado Ignacio Morales Lechuga, con sus respectivas esposas. Ambos personajes pudieron admirar la manera tan digna y casi profesional como el padre Rafael González Hernández ha organizado todas las pertenencias y recuerdos que aún se guardan del santo misionero.


Una experiencia directa

El licenciado y notario Fausto Rico Álvarez estaba particularmente emocionado porque, siendo joven, le tocó exhumar los restos del santo obispo y cargar con el féretro rumbo al convento de las madres Adoratrices. Fue una gran experiencia verse tan joven en la fotografía y recordar aquel momento que sacudió a toda la población de Xalapa durante los tres días que estuvieron expuestos los restos del santo en la iglesia catedral.


La misa con los Amigos del Seminario

Hoy habrá una misa especial para el grupo llamado “Amigos del Seminario”. Como hemos dicho, este grupo ayuda al padre Rafael Velasco en todo lo que se refiere a las necesidades de nuestra Institución, que son muchas. Este amor al Seminario nos viene desde el señor Guízar y parece haber arraigado firmemente en la conciencia de muchas personas.


Un nuevo libro

Nos ha llegado un nuevo libro de la editorial de la Universidad Veracruzana que aún no hemos podido leer, pero que tiene todos los visos de ser una obra seria, muy documentada y muy importante: El barroco jesuita novohispano: la forja de un México posible, de Ramón Kuri Camacho (Universidad Veracruzana, Xalapa, Ver., 2008). Es un hecho que la expulsión de los jesuitas por parte de los Borbones cortó de raíz una cultura que a todas luces florecía, como lo dejó escrito el barón de Humboldt. Desde entonces, la cultura católica ha quedado relegada a los monumentos del pasado y a las expresiones populares, mientras que la élite ha permanecido al margen, sobre todo a lo largo del siglo XX.


Nuevo obispo para Tuxpan

El Papa Benedicto XVI designó a monseñor Juan Navarro Castellanos como nuevo obispo de la diócesis de Tuxpan, quien desempeñaba el papel de obispo auxiliar de la arquidiócesis de Acapulco. A esta gran alegría se une la Arquidiócesis de Xalapa y el arzobispo Hipólito Reyes Larios.



“Toda gran obra literaria nos propone la salvación mínima de la palabra”.
Carlos Fuentes

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