Domingo 16 de noviembre de 2008


Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

El Espíritu los ilumine

Los obispos mexicanos están reunidos en la asamblea plenaria, como hacen cada año. El Obispo es responsable de una comunidad y, como sucesor de los apóstoles, enseña y dirige a los fieles católicos, pero está siempre en comunión con los demás obispos y, sobre todo, con el Obispo de Roma, al que llamamos Papa. Los obispos del país tienen ahora muchas preocupaciones, como todos nosotros. Desde luego, la crisis financiera mundial que, por más que se diga, nos va a afectar seriamente. Lo que pasa en Estados Unidos de inmediato repercute en nosotros para bien o para mal. La elección de Barak Obama nos ha llenado a todos de satisfacción, porque ha dejado claro que el color de la piel no es determinante para dirigir un pueblo, aunque se trata del país más poderoso del mundo. Pero la “recesión” de la que se habla nos afecta negativamente de manera muy fuerte. El terrible accidente donde perdieron la vida el Secretario de Gobernación y a varios más y que ha conmocionado a todos en el país. No pensamos que los obispos vayan a resolver los problemas, pero el hecho de verlos reunidos y de que juntos enfrenten las situaciones nos anima y edifica. ¡Que el Espíritu de Dios los ilumine!


¿Para qué sirven las revoluciones?
SERGIO PÉREZ PORTILLA

Nuestra realidad es una realidad cambiante. Sí, es cierto que hay algo que se mantiene y que, por ejemplo, nos hace ser nosotros y no otros, pero también es cierto que incluso nosotros cambiamos física, afectiva, intelectual y psicológicamente. Se le llama madurar.
Siempre hay cambios en todo, y si bien son necesarios, no todos son buenos. Hay, además, distintos niveles de cambio: algunos tan sutiles que son poco perceptibles, y otros tan evidentes que llegan a ser escandalosos; algunos más son superficiales, mientras que los hay radicales, en el aspecto de llegar al fondo, a la raíz, y no solamente por ser tajantes.
¿Y qué tiene que ver esto con las revoluciones? Simple: una revolución es un cambio, pero un cambio, según el diccionario de la Real Academia, rápido y profundo, o también un cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación.
En este 2008 se celebra el 97 aniversario de la Revolución mexicana, el día 20 de Noviembre. El poder se había anquilosado ya en las manos del generalísimo Díaz, y la diferencia clasista era no sólo evidente sino abrumadora. El proceso evolutivo de nuestro gran pueblo se había detenido y se hacía impostergable una revolución. Ésta se dio, después de algunos intentos, en 1910, siendo Francisco I. Madero el representante –aunque no reconocido por todos– del movimiento, un movimiento armado que buscaba modernizar al país y rescatarlo de su injusta situación política y socioeconómica. Dentro de los muchos logros de la Revolución, resalta la que se ha convertido en la Carta magna de nuestro país: la Constitución de 1917, dada bajo el auspicio de don Venustiano Carranza.
Pero no es momento de hacer todo un recorrido histórico. Hemos escrito lo anterior porque, a un par de días del aniversario ya mencionado, es necesario evaluar la actuación de nuestro país y sus gobernantes, ver el rumbo que se ha tomado y el rumbo que estamos a punto de tomar. Y es que en varios lugares se ha comentado ya que no sólo estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época, y esto resulta todavía más importante. En el 2000 hubo un tremendo cambio en el poder político de nuestro país –que para muchos fue sólo un cambio de nombre –, y hace poco –a fines de octubre pasado – la Cámara de diputados aceptó la llamada reforma energética. Voces como “¡el petróleo es nuestro y no se privatiza!” eran el marco de esta decisión.
En la Revolución de 1910 hubo reformas, aunque algunas sólo se quedaron en el ideal, pues si vemos detenidamente aún hay grandes “latifundios”, por ejemplo, en nuestro país, porque ya no sólo son grandes extensiones de tierra en manos de uno o de unos pocos, sino de comercios, de lugares privilegiados –plazas­ –, de poder mismo. Había reformas, insistimos, y eran absolutamente necesarias. Era necesario ese cambio para el crecimiento y realización de México a través de los mexicanos. Hoy sigue habiendo necesidad de reformas, pero es imprescindible discernir cuáles son las que verdaderamente nos consolidarán como una nación independiente y reconocerán la dignidad inalienable y los derechos de todos los mexicanos, y cuáles son más bien en beneficio de unos cuantos, de los de siempre.
Una revolución siempre nace. Puede nacer humilde, en el corazón de unos cuantos, pero manifiesta. Pero puede ser que haya quien intente frenar esa maduración, y entonces se estará poniendo un dique que no logrará contener este gran río que es la vida misma de los hombres y mujeres que poblamos a nuestro querido pero muchas veces malherido país. Cuando eso pasa, la revolución ya no es humilde, sino violenta. El ejemplo lo tenemos aquí: México, 1910.


XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
(Entrevista a monseñor Eduardo P. Patiño Leal, obispo titular de la Diócesis de Córdoba)
CRISTÓBAL JULIÁN UBALDO GARCÍA

El 5 de octubre del presente año, se reunieron en la Ciudad del Vaticano, obispos, sacerdotes, padres sinodales, expertos, auditores e invitados especiales, de todo el mundo para dar inicio a la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada a la Biblia, bajo el tema: “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”. En esta asamblea participaron cuatro obispos mexicanos, entre ellos monseñor Eduardo P. Patiño Leal, obispo titular de la Diócesis de Córdoba, a quien le realizamos una entrevista para que nos compartiera su experiencia en esta reunión.
Monseñor, ¿por qué el tema de "la Palabra"? a lo que nos respondió: “Primeramente, se trata de un tema fundacional para la Iglesia, pues sin la Palabra de Dios a lo largo de la Historia de la Salvación, no se entendería la Iglesia. Por otra parte, después de un Sínodo sobre la Eucaristía, se veía muy valioso profundizar en la Palabra proclamada, que escuchada con fe, se recibe de corazón y se devuelve a Dios en la oración, cuyo culmen es la celebración del Misterio Pascual de Cristo, Palabra encarnada, Palabra hecha pan de vida para nosotros”.
Agregó que el gran tema sinodal fue: “La Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia”. También señaló que los puntos esenciales fueron: La conciencia de que la Palabra de Dios no se limita a un libro, es Palabra viva transmitida de modo oral y tiene el poder de transformar por la Fe en Cristo a todos los hombres que buscan a Dios. La necesidad de unir una actitud orante a la lectura y escucha de la Palabra de Dios, para que ésta pueda ser “viva y eficaz”.
Por otra parte, quisimos saber cuál había sido su estancia en Roma, por lo que le preguntamos, cómo había vivido la colegialidad con sus hermanos obispos. “Primero que nada, doy gracias a Dios por haber tenido esta experiencia única, muy enriquecedora e intensa. Fue una oportunidad para estrechar los lazos de fraternidad y comunión con otros hermanos obispos, en total 253 obispos, además de algunos sacerdotes y laicos que compartieron su manera de vivir el don de la Palabra de Dios, cómo la anuncian, cómo está transformando a las comunidades esparcidas en los cinco continentes. Estos testimonios nos edificaban a todos y, al mismo tiempo, aprendíamos unos de otros”. Esto fue lo que dijo.
Aseveró que en las “congregaciones” o reuniones plenarias se escucharon las intervenciones de 236 padres sinodales, así como las de 34 sacerdotes, religiosos y laicos (14 de ellos mujeres) que acudieron en calidad de auxiliares o expertos, aparte de 10 delegados de otras comunidades cristianas no católicas y tres invitados especiales. Otra de las cosas que afirmó fue que las intervenciones eran más doctrinales, otras exponían situaciones particulares de cada país, en muchas se compartieron testimonios emotivos, especialmente las naciones que han pasado por pruebas, persecuciones y martirio, o las naciones que a pesar de sus medios pobres, mantienen una gran amor a la Palabra de Dios, misma que se transmite de padres a hijos. Un nivel de relación más intensa y espontánea se dio en los “círculos menores” o grupos lingüísticos de trabajo donde se compartían las preocupaciones e inquietudes y se diseñaban las proposiciones.
Además, compartió que fue especialmente significativo experimentar la presencia del Papa Benedicto XVI de un modo tan cercano. El poderlo saludar en varias ocasiones, el escuchar sus intervenciones oficiales y otras más informales, el verlo orar con nosotros, presidiéndonos, el verlo atento a los que hablaban y sonreír ante situaciones chuscas espontáneas. Personalmente se quedó muy impresionado por la lucidez y profundidad de sus palabras, especialmente cuando lo hacía sin ningún texto preelaborado.
Por último, le preguntamos, ¿qué beneficios tiene este tema para la vida ordinaria? “Si repasamos algunos de los temas plasmados en las 55 proposiciones que se entregaron al Santo Padre, que en su momento ofrecerá a toda la Iglesia universal una "Exhortación Apostólica Post Sinodal", podremos asomarnos a la riqueza del tema sinodal y algunas de las repercusiones que seguramente tendrá en la vida diaria de los cristianos”.
Asimismo, hizo hincapié que se debe promover el rezo de la Liturgia de las Horas en comunidad, la “Lectio Divina” (o lectura orante) y su culmen en la Eucaristía. La preparación por parte de los sacerdotes para que las Homilías dominicales y entre semana sean una transmisión viva y amorosa de la Palabra de Dios, que haga crecer en la fe a las comunidades y alimente la espiritualidad de todos los católicos. La importancia de los padres en relación a la transmisión de la fe a sus hijos. La importancia de la mujer en la catequesis y en la transmisión de la Palabra de Dios, sea como lectoras, evangelizadoras o estudiosas de la Sagrada Escritura (exégetas). Que María sea el modelo de escucha, seguimiento y obediencia a la Palabra de Dios.
Es así como a través de esta entrevista hecha a monseñor Eduardo Patiño Leal, quien fue participe en este Sínodo de la Palabra que concluyó el 26 de octubre, conocimos el ambiente en que se llevó a cabo este evento y algunos de los temas que se trataron en esta asamblea. Que este Sínodo de los Obispos dé frutos abundantes para la Iglesia. Agradecemos a monseñor Patiño Leal, quien amablemente nos concedió esta entrevista.


C O N C I L I Á B U L O

La experiencia de Concilio

El 25 de noviembre celebramos el octavo aniversario de la página Concilio. Ya va siendo hora de hacer su historia. Porque nació casi de improviso y por la buena voluntad del Diario de Xalapa. Gracias a Concilio, un grupo de seminaristas se ha esforzado por aprender a escribir de una manera moderna y actual, por más que no dejemos de admirar a los grandes autores del Siglo de Oro cuyos largos párrafos tanto se parecen a la prosa latina. Pero nosotros necesitamos escribir como se hace hoy, con un estilo que podríamos decir “azoriniano” o telegráfico, porque la imagen lo ha invadido todo.


Preocupaciones

El triunfo del Partido Demócrata en los Estados Unidos trae consigo también una serie de preocupaciones de tipo ético que nos atrevemos a enumerar: 1) los millones de dólares que se darán para hacer investigaciones sobre embriones humanos; 2) la mayor permisividad del aborto; 3) la legitimación de las uniones homosexuales; 4) el derecho de los padres a la educación de sus hijos y 5) la eutanasia.
Estos cinco problemas éticos se han vuelto sumamente actuales y en la doctrina de la Iglesia se ve con mucha preocupación el que la simple mayoría de votos –levantar el dedo – resuelva cuestiones que son de ética natural y que además han sido explicitadas en el Decálogo.


La Revolución

Son muchos los que han notado que ya no se habla tanto de la Revolución Mexicana. Se dice que la causa es el triunfo de lo que se llama “la derecha”. Pero, en realidad, el verdadero fondo del problema es lo que sucedió en 1989. Es decir, con la caída del Muro de Berlín y la disolución del imperio soviético, muchos perdieron la fe en las revoluciones. Porque se creía en el Comunismo y en la Revolución casi como en un dogma de fe y, habiéndose perdido estas causas, mucha gente no sabe ya qué pensar. Sin embargo, en América del Sur, el Socialismo parece repuntar, y Venezuela, Bolivia y Ecuador dan la impresión de querer hacer una nueva edición del Socialismo cuyo fracaso no está lejos. Por otra parte, la crisis financiera internacional pone en cuestión al Capitalismo de libre mercado. ¿Cuál es el futuro que nos espera? Por lo pronto, nosotros recordamos que la verdadera Revolución Mexicana no es la de Madero, sino la de Zapata, como bien dijo Octavio Paz en su momento.


Ordenación sacerdotal

El nuevo obispo de Orizaba, monseñor Marcelino Hernández Rodríguez, ha realizado su primera ordenación en aquella diócesis: la de Javier Martínez Rivera, nuestro compañero durante tantos años en el Seminario. Desde aquí le enviamos una cariñosa felicitación y deseamos que sea un santo y sabio sacerdote, como pedía el señor Guízar con tanta devoción a santa Teresita del Niño Jesús.


"En las democracias, las revoluciones son casi siempre obra de los demagogos"
Aristóteles

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