Domingo 12 de octubre de 2008




Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

La Misión Continental

Este mes de octubre, entre nosotros suele ser el mes en que se recuerda al santo misionero san Rafael Guízar Valencia. El santo obispo fue eso fundamentalmente, un misionero. En Roma se ha inaugurado el Sínodo de los Obispos, cuyo tema es La palabra de Dios y, por lo que hemos leído, ya varios de ellos discuten si lo importante es la palabra o el testimonio. Nosotros diríamos: el testimonio y la palabra. Las dos cosas. Ciertamente, en cada época, el Evangelio se debe anunciar de una manera nueva, y nosotros nos preparamos para saber hablar a la gente de hoy, a la de los medios masivos, a la de la técnica y la Internet. Pero estamos seguros de que san Rafael Guízar Valencia lo habría sabido hacer también hoy. Porque ciencias y técnicas de la comunicación no son nada –en este caso- sin una profunda convicción y fe. San Rafael Guízar y la Misión Continental van de la mano, pero más importante que todo sigue siendo la santidad de vida y el testimonio de quien se prepara para hacerlo bien en esta época que nos tocó vivir.



Entre Mayas, Tarahumaras y otros más

ALEJANDRO ADÁN DÍAZ BALBUENA

Con una rica diversidad de culturas, más de una decena de idiomas y dialectos, caras cansadas por el viaje, pero con mucha alegría dio inicio la XII Reunión de seminaristas Indígenas en Xalapa, Veracruz. Estuvieron presentes monseñor Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, monseñor Rafael Sandoval, de la Tarahumara, Chihuahua y monseñor Sergio Obeso, arzobispo emérito de Xalapa. El tema principal fue “la cosmovisión indígena a la luz del Evangelio”

Desde un día antes empezaron a llegar los primeros participantes, procedentes de los lugares más alejados a Xalapa: Chihuahua y Yucatán. Algunos con más de 25 horas de viaje. En los grupos de trabajo se analizaron varios puntos acerca de la inculturación del Evangelio y la liturgia en las comunidades indígenas, respetando sus tradiciones y costumbres, pero al mismo tiempo purificado lo que es necesario perfeccionar, a la luz del Evangelio y siempre con mucha caridad.

Las etnias representadas en esta asamblea son: Tarahumara, chinanteca, náhuatl, mixe, maya, huasteca, mazateca, tlapaneca, xontal, hñahñú, huichol, otomí, mixteca, totonaca, zoque, tenek, tzotzil, y sus respectivos idiomas o dialectos. Todos ellos, con un objetivo común y unidos por el amor a Dios, convivieron del 2 al 4 de octubre en el salón anexo de la Casa de la Iglesia de Xalapa. Un estrado adornado con algunos elementos indígenas del estado de Veracruz, un tejido con el multicolor característico de algunos vestidos típicos de la sierra de Zongolica, que colgaba desde el techo y enmarcaba una imagen de la virgen de Guadalupe y una cruz hecha con hoja de maíz fueron el escenario para este gran acontecimiento.

La organización logística de esta reunión corrió a cargo de los seminaristas de 4º de Teología del Seminario Arquidiocesano de Xalapa San Rafael Guízar Valencia y de los sacerdotes del seminario encabezados por el rector Roberto Reyes Anaya y del sacerdote encargado de la pastoral en esta institución, el P. Eliseo Muñoz. Las actividades de la reunión fueron presididas por monseñor Arizmendi, quien es también encargado el Episcopado Mexicano de la Pastoral Indígena.

El acercamiento a las culturas veracruzanas y su historia se enriqueció con una visita al Museo de Antropología e Historia de Xalapa. Pero lo que más enriqueció a los asistentes fue el compartir personal sobre sus culturas, sus Diócesis, Seminarios y experiencia vocacional de cada uno. Al finalizar esta XII Reunión de Seminaristas Indígenas, todos quedaron con un agradable sabor de boca y agradecidos con Dios por todo lo recibido en esos muy valiosos días de encuentro. La clausura del evento estuvo a cargo de monseñor Sergio obeso con la Celebración Eucarística.



El amor da ojos
Síntesis de la homilía de monseñor Obeso en la clausura de la XXII Reunión de Seminaristas Indígenas

REDACCIÓN CONCILIO


“El amor da ojos, el odio ciega”, dijo con tono firme monseñor Sergio Obeso Rivera, arzobispo emérito de Xalapa, aludiendo a una frase popular y retomar el documento de Puebla al presidir la Eucaristía de clausura de la XII Reunión Nacional de Seminaristas indígenas. Cuando uno ama algo o alguien es capaz de descubrir aspectos bellos que si no se le amara no se percibirían, explicó. Con esto, monseñor Obeso hacía referencia a que es necesario amar las culturas indígenas para poder acercarse a ellas y percibir los valores que en ellas existen y lo que san Justino, Padre de la Iglesia, llamó Semillas de Verbo. Estas semillas son elementos que vienen de arriba, que no proceden de la reflexión humana. Son elementos humildes, pequeños, casi invisibles, pero que provienen de Dios que se acerca nosotros.

Recordó que el pueblo judío tenía la conciencia de ser el pueblo elegido por Dios. Desde este punto de vista el mundo se divide en lo “amados de Dios”, es decir ellos, y el resto de las naciones, a quienes despectivamente llamaban, “olvidados de Dios”. A ese grupo de elegidos se pertenecía sólo por la sangre, por la raza, por razones étnicas. Sin embargo, “a partir de Jesucristo ya no hay, así lo expresa su heraldo, san Pablo apóstol, judíos ni gentiles, ya no hay griegos ni bárbaros. Jesucristo vino para todos”, reafirmó.

Agregó además que después de Jesucristo, la humanidad se divide en dos: los que aceptan a Jesucristo como a su Señor, sean de cualquier raza, lengua, pueblo o nación; y los que lo rechazan. A partir de Jesucristo esa es la única división.

Observó que ya que el objetivo de la reunión era dar los primeros pasos para poder entender la cultura de las distintas etnias que existen en nuestro país, originarias, indígenas, inde: los que son de aquí, nuestro objetivo es también conocerlas para poder evangelizarlas.

Sin embargo, recalcó a los seminaristas indígenas y mestizos que el acercamiento a las etnias no debe ser sólo de manera intelectual, pues no es la principal, por lo menos con la cultura náhuatl, con la que monseñor Obeso ha tenido contacto. Hay otro lenguaje para el que no se necesita hablar el mismo idioma. Es el lenguaje del amor, de la simpatía, de la comprensión. Éste debe ser: “no con “apapachamientos”, esa es una humillación disfrazada; el que llega apapachar a los indígenas es porque está diciendo: “soy superior a ti; tú eres un niño junto a mí y así como a un niño se le calma con mimos, así también te quiero tratar a ti”. ¡Eso es indigno! Se trata de relacionarse con ellos con dignidad pero que cada uno de nuestros actos, que cada una de nuestras reacciones sea una manifestación de respeto”, enfatizó.

Por eso, “si alguien quiere evangelizar una cultura tiene que amarla primero, porque ese amor le va a dar la posibilidad de profundizar en sus valores y, en el caso de la evangelización, en las semillas del Verbo que indudablemente, el Señor en vistas a Jesucristo no le ha negado a ninguna cultura. Es necesario proponer y enseñarles la plenitud de la Revelación que nos trajo Jesucristo el Señor. Y así, también purificarla de los elementos que, como todas las culturas, no pueden coincidir con los puntos de vista de la fe cristiana, sin que esto represente un desprecio a las culturas indígenas.



Un Orgullo ser indígena

CRISTÓBAL JULIÁN UBALDO GARCÍA

Nos dimos a la tarea de entrevistar a algunos de los participantes que venían de distintas partes del país, para que nos compartieran desde su experiencia quién es para ellos un indígena, cómo han vivido esa realidad y qué obstáculos han encontrado en el seminario para su expresión de ser indígenas.

Pues, bien, nos presentamos en el salón donde se reunían los seminaristas y buscamos algunos que nos compartieran su experiencia. Nos acercamos a Jesús Matías Cristino, de la diócesis de Chilpancingo – Chilapa, Guerrero, de cultura Náhuatl y nos compartió que para él un indígena es una individuo común, como cualquier persona mestiza, que tiene sus propios valores, raíces tradiciones e ideologías, que se siente comprometido con su comunidad, sabe trabajar en conjunto y respeta la vida. Él se siente dichoso de ser indígena. Compartía que uno de los obstáculos que encontró al ingresar al seminario se dio al inicio cuando trataba de expresarse y platicar con sus compañeros mestizos pues, en ocasiones no entendía algunas palabras que pronunciaban.

Luego acudimos a Gerardo González, de Huajuapan de León, Oaxaca, de la cultura Mixteca. Para él un indígena es alguien que tiene sus propias concepciones del mundo, su forma de ser, que se abre a otros grupos sociales para compartir sus creencias y riquezas y aprender de ellos. Él ha tratado de ir contagiando a los grupos sociales de sus creencias. Señalaba que más que encontrar obstáculos en el seminario para su expresión de ser indígena ha hallado apoyo. Un ejemplo son estos tipos de encuentros en los que “se nos invita a no avergonzarnos de nuestra cultura sino a rescatarla”.

También pedimos a José Ramón Cruz Palma que nos compartiera su experiencia. Él portaba un traje típico de su cultura, Rarámuri, de la Sierra Tarahumara de Chihuahua. Para Ramón un indígena es aquel que abraza y da realza sus raíces, las valora porque son las mismas que tuvieron sus antepasados y se las han trasmitido. Explicaba que él ha vivido su realidad de ser indígena muy a gusto siempre compartiendo con los suyo y los demás hermanos sus tradiciones y valores. Él encontró al principio obstáculos en el seminario para su expresión de ser indígena pues encontraba distintas formas de ver la realidad. Sin embargo con el tiempo ha descubierto que el seminario ha ido ayudando a valorar su cultura y a convivir con las distintas razas y credos.

Por último, platicamos con Librado Panzo Gerardo, de Tehuipango, Veracruz perteneciente a la cultura náhuatl; Librado fue alumno de nuestro seminario hace dos años y hoy se encuentra en la diócesis de Orizaba continuando su formación sacerdotal. Él nos platicó que un indígena es una persona como todas las demás, importante para la sociedad y que además son la base de lo que ahora son los mestizos. Nos decía que él ha vivido su realidad indígena sintiéndose orgulloso. Incluso, cada vez que llega a su comunidad de vacaciones retoma sus tradiciones y costumbres y continúa hablando el náhuatl. En el seminario ha encontrado una gran aceptación por parte de los compañeros, pues ellos mismos le piden que les enseñe el náhuatl.

Siempre es enriquecedor conocer otras formas de pensar. Haber escuchado a estos compañeros nos deja muchas enseñanzas. Les agradecemos su disposición y esperamos sinceramente que cada día vayan rescatando estas culturas.



C O N C I L I Á B U L O

El acordeón del señor Guízar


Uno de los objetos que más llaman la atención en el nuevo museo que se inaugura el día 17 en el antiguo Palacio Episcopal es el acordeón de san Rafael Guízar Valencia. No sabemos quién lo habrá guardado o quién lo tenía. Pero impresiona mucho recordar al santo tocando el acordeón y cantando con su voz llena de unción especialmente a la santísima Virgen María. Este santo misionero habría usado todos los medios técnicos que hoy están a nuestro alcance.


Roberto Bravo Garzón

En la sección de cultura del Diario de Xalapa leímos un largo reportaje sobre Roberto Bravo Garzón. Se insiste en él, en su vida dedicada a la educación. Son ya 50 años. Bravo Garzón ha sido también uno de los mejores rectores de la Universidad Veracruzana. En su época, la Universidad se expandió de una manera prodigiosa. Actualmente continúa dando clases y tiene opiniones muy definidas sobre los alumnos y los profesores. Sobre la educación dice: “Es mi vitamina, si no voy a clases no me siento bien. Cuando traté de jubilarme me vino una depresión tremenda y el psiquiatra me dijo que tenía que regresarme a trabajar”.


Reunión de seminaristas indígenas

Como es sabido, la evangelización del país se hizo, sobre todo, por los franciscanos y por la fusión, o mestizaje, de lo español con lo azteca. Pero muchas etnias se quedaron aparte y participaron muy poco del influjo de los conventos y de la tarea de los misioneros. De todos modos, nosotros somos un pueblo mestizo. Pero, el 10% de indígenas que hay entre nosotros merece una atención especial, y da mucho gusto saber que los seminaristas y sacerdotes de ascendencia indígena no se avergüenzan de su sangre. Entre ellos puede haber gente extraordinariamente dotada como don Benito Juárez, que estudió hasta el cuarto de Teología en el seminario de Oaxaca y que luego, por avatares del destino, fue el gran promotor del individualismo entre nosotros e hizo que se quitara a la Iglesia y a los pueblos toda propiedad que fuera comunal. Pero no se puede negar que era un hombre sumamente inteligente y de un temperamento férreo.


Del Sínodo de los Obispos

Como muchas veces ha sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia, varios han querido que su estructura fuera conciliarista o estrictamente sinodal, en contra del primado universal de Obispo de Roma. Esta idea volvió a aparecer en el Vaticano II y se resolvió mediante la creación de un sínodo universal que es convocado y presidido por el Obispo de Roma que así recibe de toda la Iglesia orientación y consejo. Esta vez se trata de la palabra de Dios. ¿Cómo encontrar el término medio entre el fundamentalismo –tan querido por las sectas protestantes– y el subjetivismo, que es la base de muchas interpretaciones personales alejadas de la verdad común? Eso se trata en el sínodo. Y lo hermoso de esto es ver a toda la Iglesia deliberando en comunión con el Obispo de Roma.


La sumilla de Zilli

Durante 12 años el padre J. B. Zilli, director de la Facultad “Rafael Guízar Valencia” de Xalapa, participó en la radio exponiendo diversos temas, los cuales fueron grabados en Cassetes. Ahora el contenido de estos cassetes está siendo cambiado a formato CD. El padre Zilli, como se le conoce en el Seminario, está contento por la recopilación de este contenido y él mismo la ha titulado la Sumilla. Ahora no solamente podremos leer sus libros y traducciones que ha realizado sino que también podremos escuchar el contenido de sus intervenciones en la radio.


“La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos”
Aristóteles

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