Domingo 3 de febrero de 2008



Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

Seguimos siendo humanos

La formación es parte importante en el proceso de realización de los hombres, una formación integral e integradora. Los sacerdotes, hombres para Dios y para los hombres, no son la excepción y han llevado recientemente una semana de formación, siendo en esta ocasión los más jóvenes los beneficiados.

Por otra parte tenemos las celebraciones de nuestro pueblo: en un lado la fiesta de la Presentación del Señor, llamada también fiesta de la Candelaria por las luces que acompañan las procesiones de esos días, y el siguiente miércoles será el día de la Ceniza, con que da inicio la Cuaresma.

Seguimos en una realidad humana, ya siendo hombres consagrados a Dios en los otros hombres, ya pueblo consagrado al culto del mismo Dios: una realidad humana iluminada por la divinidad. La parte humana no se ve deshecha por la divina, sino perfeccionada. Por eso nos sentimos beneficiados más que coaccionados. Hay diversas actividades –les llamamos vocaciones –, todas con un grado muy alto de importancia, todas con un alto grado de comunicación de bienes. La de la Iglesia es la mencionada.



Candelas y cenizas

SERGIO PÉREZ PORTILLA

El hombre es un ser que por su misma constitución se relaciona: con sus congéneres, con el mundo que habita y con Dios. Con cada uno de ellos actúa de manera propia, pero con todos dialoga: tiene un diálogo fraterno con los que son como él; un diálogo señorial con el mundo en el que vive y al que debe cuidado, y un diálogo filial con el que le ha dado vida. Este último diálogo lo hace desde la certeza de la fe, certeza que a su vez lo hace celebrar. Esta celebración es la liturgia.

Dentro de la liturgia cristiana vemos que se ha celebrado ya la fiesta de la Presentación del Señor –ayer, 2 de febrero –, llamada tradicionalmente también fiesta de la Candelaria, y también notamos que se está a poco de comenzar el tiempo cuaresmal. Éste da inicio con el Miércoles de ceniza. La presentación del Señor, en cuanto fiesta de las candelas –o luces, velas –, recuerda e invita a vivir el momento en el que Jesús de Nazaret, a los 40 días de nacido, fue llevado al Templo, y ahí un anciano de nombre Simeón habló de él llamándolo “luz que ilumina a los pueblos” (Lc. 29-32). El totalmente Otro engendró en la eternidad, como expresión de su pensamiento, su Verbo, y ese Verbo se encarnó, renovando, descubriendo e incluso rehaciendo el diálogo filial. Por eso ilumina a todos los pueblos, a todos los hombres, pues todo logos ilumina a quien lo escucha, y este logos encarnado no ha sido la excepción. Por extensión, el hombre responde con su logos propio al hombre mismo y a su mundo, haciéndose a la vez luz entre los hombres y luz para el mundo. Tal es el camino y la misión de todos los que han escuchado el logos divino: transmitirlo y ser luces junto con la Luz.

En nuestros pueblos la fiesta de la presentación adquiere los matices de la que lo ha presentado, por eso se celebra a la Virgen de la Candelaria. En Tlacotalpan, por ejemplo, están de verdadera fiesta, una gran fiesta.

De la misma forma estamos a unos días de iniciar la Cuaresma, la vía que lleva a la Pascua, siendo ésta la fiesta que dirige la fe cristiana. El tiempo cuaresmal da inicio con el Miércoles de ceniza, ese miércoles en el que se puede ver al pueblo católico haciendo a veces largas filas para dejarse im-poner en la frente o en la coronilla una cruz de ceniza, como recuerdo de su vida frágil pero no pobre, limitada pero no inútil, peregrina pero no sin sentido, con los pies aquí y ahora pero con los ojos abiertos al mañana y al allá. Esa es la vida del hombre, esa es la vida que se le recuerda. No se le condena, no se le pide que sufra, no se le recrimina. Se le pide que se levante de sus caídas, que se ponga de nuevo en camino, que ponga todo su empeño y toda su confianza en su andar. Uno de los hechos que fundan la Cuaresma son los 40 días de Jesús en el desierto, lugar donde permaneció en la aparente soledad, pues en realidad mantuvo un diálogo consigo mismo y con Dios; lugar donde fue tentado –como todos los hombres– con el poder fácil, con la riqueza rápida, con la vanagloria. Rechazada toda tentación da comienzo a su ministerio público. Es, pues, un tiempo de interiorización, de diálogo con nosotros mismos que nos encamina al diálogo filial y nos indica el diálogo fraterno.

Entre las candelas y las cenizas nos encontramos, entre las velas de los que acompañan al niño al Templo, o entre las caras reflexivas que acompañan al hombre al desierto. Entre candelas y cenizas, pero siempre con la apertura al diálogo, el diálogo que hace que no enloquezcamos, que no nos en-ajenemos, sino que nos conozcamos y complementemos.



Un soldado que luchará por…

CRISTÓBAL UBALDO GARCÍA / JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CABRERA

Una vez más se ha llevado a cabo la Semana de formación permanente de sacerdotes Jóvenes, en la Casa de la Iglesia. En esta ocasión se realizó del 21 al 25 de enero del presente año, con la participación de 19 sacerdotes que tienen menos de 5 años dentro del ministerio sacerdotal, y con el deseo de seguir fortaleciendo y desarrollando las potencialidades y aptitudes del don que Dios les ha concedido.

El trabajo de esa Semana estuvo a cargo del equipo de formación permanente del clero, integrado por los padres Carlos Carmona, Sotero Domínguez, José Manuel Suazo y Gilberto Suárez. El objetivo fue realizar la programación para los próximos 5 años, en los cuales se tendrán encuentros periódicos, momentos de reflexión, oración y convivencias. La dinámica consistió en hacer el diagnóstico de la realidad por la que va pasando cada uno, iluminándolo con la doctrina del Magisterio, y comentar las necesidades pastorales.

La intención al tener estas reuniones, dijo el padre Carlos Carmona, es fortalecer la experiencia sacerdotal de los recién ordenados, favorecer la fraternidad sacerdotal y capacitarlos en algunos temas que consideran de importancia los mismos sacerdotes según la realidad que están viviendo, ya que algunos son párrocos, otros vicarios y unos más formadores en el seminario. Además, como diría San Rafael Guízar: “Cada sacerdote que sale del seminario es un soldado más que luchará por llevar almas al cielo”, y es por eso que tanto los sacerdotes jóvenes como todos los demás deben tener una formación constante, perdurable, para así comprender y ayudar a las personas con las que se relacionan diariamente.

Durante los cinco días en que se reunieron, tuvieron la visita del Sr. Arzobispo Mons. Hipólito Reyes, el cual aprovechó algunos momentos para entrevistarse y platicar asuntos particulares con los sacerdotes. Mons. Hipólito expresó que este tipo de reuniones ayuda mucho a los sacerdotes jóvenes que están iniciando su ministerio para que en un ambiente de fraternidad fortalezcan las estructuras y motivaciones con que cuentan, a fin de comenzar bien su ministerio sacerdotal.

Este tipo de reuniones es algo que se viene trabajando desde hace ya varios años, y con el paso del tiempo se ha tratado de implementar mejoras, para obtener un mayor beneficio. Esto es algo que está pensado desde las primeras comunidades apostólicas, pues ya lo aconsejaba el apóstol al decir, “Te recomiendo que reavives el carisma que Dios ha puesto en ti” (2 Tim. 1,6).



C O N C I L I Á B U L O


Ha muerto Marcial Maciel


Ha muerto Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo y de un movimiento secular llamado Regnum Christi. Hombre profundamente discutido a quien muchos aman y admiran intensamente y otros ven con gran suspicacia. Nos inclinamos con respeto ante su memoria y pensamos que hombres así rara vez aparecen en la historia común de la humanidad. Descanse en paz.

La última iglesia construida en Xalapa

La iglesia de San Rafael Guízar Valencia, por el rumbo de Xalapa 2000, parece ser el último templo construido en esta ciudad y es como un monumento a la memoria de este gran misionero a quien tantos en la ciudad y en todas partes guardan una gran devoción. La idea proviene de 1994, desde un acuerdo con el señor arzobispo Sergio Obeso Rivera. El encargado de la obra fue el padre Celestino Barradas, cuya actividad incansable sorprende a muchos. El templo pudo ser terminado en octubre de 2007. Es increíble que una obra tan grande haya podido ser edificada, pero a la devoción al santo misionero y a la actividad del padre Barradas se debe esta construcción que ya muchos comienzan a admirar. Ahora su párroco es el padre Carlos Carmona Montano, quien antes trabajó en la parroquia de San Bruno.

Un gran difusor de la Filosofía

Siempre hemos considerado a Bryan Magee como un gran difusor de la filosofía. Hace tiempo que manejábamos su libro Los hombres detrás de las ideas, y ahora la maestra María del Rosario Amieva González nos ha conseguido el libro The great philosophers (Oxford University Press, 1987). Y también hemos conseguido la cuarta edición en español de la misma obra Los grandes filósofos (Cátedra, Madrid, 2004, segunda edición). No es un difusor cualquiera sino un conocedor profundo que ayuda a penetrar mediante entrevistas con los grandes pensadores que tratan de dar explicación a todo lo real.

Benedicto XVI acerca de la ciencia y la ética

Cuando la ciencia actúa con conciencia sus progresos se convierten en actos de amor, considera Benedicto XVI.
Lo explicó este lunes al recibir en audiencia a los participantes en un congreso promovido por la Academia de las Ciencias de París, y por la Academia Pontificia de las Ciencias, en colaboración con otras instituciones académicas de Francia y de la Santa Sede.
«En el momento en el que las ciencias exactas, naturales y humanas han alcanzado prodigiosos avances en el conocimiento del ser humano y de su universo, la tentación consiste en querer circunscribir totalmente la identidad del ser humano y de encerrarle en el saber que podemos tener», comenzó explicando el obispo de Roma.
«Para evitar este peligro -aclaró-, es necesario dejar espacio a la investigación antropológica, a la filosofía y a la teología, que permiten mostrar y mantener el misterio propio del hombre, pues una ciencia no puede decir quién es el hombre, de dónde viene o adónde va».
De este modo, reconoció, «la ciencia del hombre se convierte en la más necesaria de todas las ciencias», pues «el hombre constituye algo que va más allá de lo que se puede ver o de lo que se puede percibir por la experiencia».
«El hombre no es fruto del azar, ni de un conjunto de circunstancias, ni de determinismos, ni de interacciones fisicoquímicas; es un ser que goza de una libertad que, teniendo en cuenta su naturaleza, la trasciende y es el signo del misterio de alteridad que lo habita», indicó.
La libertad, dijo, «pone de manifiesto que la existencia del hombre tiene un sentido. En el ejercicio de su auténtica libertad, la persona realiza su vocación; se cumple; da forma a su identidad profunda».
«En nuestra época, cuando el desarrollo de las ciencias atrae y seduce por las posibilidades ofrecidas, es más importante que nunca educar las conciencias de nuestros contemporáneos para que la ciencia no se transforme en el criterio del bien»¸ afirmó.
De este modo, el hombre será «respetado como centro de la creación» y no se convertirá «en objeto de manipulaciones ideológicas, de decisiones arbitrarias, ni tampoco de abuso de los más fuertes sobre los más débiles».
«Se trata de peligros cuyas manifestaciones hemos podido conocer a lo largo de la historia humana, y en particular en el siglo XX», alertó.
De hecho, aclaró, «todo progreso científico debe ser también un progreso de amor, llamado a ponerse al servicio del hombre y de la humanidad y de ofrecer su contribución a la edificación de la identidad de las personas».
«El amor permite salir de sí mismo para descubrir y reconocer al otro; al abrirse a la alteridad, afirma también la identidad del sujeto, pues el otro me revela a mí mismo», dijo comentando el argumento del encuentro que había convocado a los académicos franceses y de la Santa Sede: «La identidad cambiante del individuo». En información fechada el 28 de enero pasado.

Miércoles de ceniza y los símbolos

Se nos ha dicho que los símbolos son más elocuentes que las palabras. Por eso la ceniza que se recibe el miércoles de esta semana atrae a tanta gente. Muchos sabemos que le dan un valor supersticioso pero otros, con más formación bíblica, saben que es una expresión de arrepentimiento por nuestras faltas y pecados que desde el Papa hasta el último fiel cristiano se reconoce manchado ante la pureza inmaculada de Dios. Hay que recibir la ceniza con un corazón contrito y humillado y continuar una vida lo más agradable ante los ojos de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.



“La filosofía es un silencioso diálogo del alma consigo misma en torno al ser”
(Platón)

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