Domingo 24 de febrero de 2008



Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

El verda­dero templo de la sabiduría es el ser humano, el cuerpo, la razón. Y eso hay que saber saber. El saber va entrelazado de ignorancia; quizá sólo podamos aspirar a la “docta ignorancia”, esa que es resultado de la explo­ración sistemática del azar. Al saber no se llega bien cenado, es preciso tener un caos dentro para engendrar una estrella fugaz (sólo lo que duele enseña: “duele, luego existo”, decía Soren Kierkegaard). Además, no siempre se sabe decir lo que se sabe, ni se sabe del todo lo que se quiere decir; con frecuencia tengo algo que decir, pero no sé del todo qué, ni cómo. La sabiduría es como las luciérnagas, necesita las tinieblas para brillar. Ver lo que se tiene enfren­te de nosotros y en nosotros mismos exige un “esfuerzo cons­tante”. Infortunadamente, saber significa crujirse las espaldas y dejarse uno mismo sobre el pupitre, ganar las dioptrías, envejecer. Sólo el viejo sabe (no todo viejo, sino el que ha envejecido sobre el banco de pruebas).


Edith Stein: Filósofa de moda

JOSÉ JAIR HERNÁNDEZ ACOSTA

El pasado miércoles 20 inició una serie de conferencias impartidas por el doctor Walter Redmond, mismas que versaban sobre Edith Stein, su vida y filosofía. Acudimos a él para realizarle una pequeña entrevista, con la finalidad de que nos pudiera dar a conocer el pensamiento de esta venerable mujer. El doctor accedió gustosamente. La entrevista fue realizada en el salón azul de la facultad de Humanidades de la UV, alrededor de las 6:00 pm.

- Doctor, primeramente nos pudiera decir, ¿quién es Edith Stein? “Edith Stein en primer lugar fue una santa, santa Teresa Benedicta de la Cruz es su nombre religioso. Fue una filósofa alemana que se convirtió a la iglesia católica. Como filósofa nos ha heredado varias obras. Después de haberse convertido, ingresó a la orden Carmelita en Alemania, pero estaba en ese tiempo el nazismo, por lo cual después pasó a Holanda, donde murió en el campo de concentración de Auswitchs”.

- Sabemos que usted es un especialista en ella, que la ha estudiado arduamente. ¿Cómo nació en usted el interés por ella, por profundizar en su pensamiento? “Hace mucho tiempo vi un libro de ella que se llama La ciencia de la cruz, comencé a leerlo, pero no le entendía muy bien. Posteriormente cuando estaba viviendo en Alemania, me di cuenta que también existía “Ser finito y ser eterno”, su obra principal, y no sabía si teníamos una traducción de esta obra al inglés; entonces me puse en contacto con la monjas carmelitas y me dijeron que sí. Después traduje al inglés otras obras de ella como lo son “Conocimiento y fe” y ”Potencia y acto”. Agregó con mucho interés el doctor Redmond que muchos filósofos han escrito, pero con el paso de los años se les ha olvidado. Con Stein piensa que ha sido diferente porque aún se siente vigente. Es más, dice que en nuestros días se ha notado un incremento en el interés por conocer su pensamiento.

Por otro lado doctor Redmond nos podría decir: ¿Qué vigencia tiene su filosofía en nuestros días? ¿En qué campos la podemos aplicar? “En primer lugar digo que la aplicación es importante, pero más importante es entender lo que ella quiere decir. Creo que lo que en su momento quiso decir cosas importantes, pero no se reconoció al principio, porque los tomistas no entendían muy bien lo que ella decía. Con el tiempo y después de su canonización, hay mucho más interés en sus escritos. Hace unos días en España acaban de anunciar la publicación completa de su obra en español. También en inglés existe una gran demanda de sus escritos. En la misma Alemania existe mucha actividad sobre su pensamiento: congresos, conferencias. En la actualidad mucha gente tiene interés en su filosofía. La revista filosófica católica más importante en los Estados Unidos, su pasado número de invierno fue dedicado especialmente a ella. En México también existe un grupo de estudio de Edith Stein, actualmente están planeando una mesa mexicana que participará en septiembre en un congreso organizado por padres carmelitas sobre filosofía y mística en Ávila, España. México ya despertó su interés en ella” –afirmó sonriendo-.

- Doctor Edith Stein fue filósofa y después monja carmelita. ¿Cómo se da en ella la unión de fe y razón? “Razón y fe es tradición en la iglesia, estas dos van juntas y uno no puede ser católico si rechaza la razón. Algunos de los Padres de la iglesia como san Gregorio y san Agustín nos muestran cómo se debe dar esta unión de fe y filosofía. Santo Tomás ha elaborado lo que es la teoría clásica, él dice que la razón nos ayuda a conocer realmente en qué creemos y a decir porqué creemos en esto. Edith adopta esta misma manera de conjuntar fe y razón. Edith Stein encontró en la razón y la fe la unión perfecta para llegar al conocimiento de la verdad aclaro que cuando decimos razón, decimos filosofía, porque razón es más amplia que filosofía, la incluye”.

- Por último, doctor Redmond en la época en que ella vivió el movimiento feminista está en auge y se sabe que ella lo apoyaba. ¿Qué papel jugó Stein en este movimiento? “Ella ha sido considerado como la líder del movimiento feminista en el ámbito católico en Alemania - dijo con una sonrisa -. Ahora, yo creo que una de las cosas más importantes de ella, fue su equilibrio. Antes como ahora, había gente que apoyaba la idea de que entre hombres y mujeres existía una división tajante y había otros que decían que no existía ninguna diferencia, y si la había sólo era en el sexo. Ella reconoce una evidente diferencia entre hombre y mujer, reconoce que la mujer está hecha para tener hijos, criarlos. Ella maneja un esencialismo femenino, en el cual dice que la mujer tiene una esencia y el hombre otra, afirmación que es muy repudiada por los feministas de nuestros días. Pero ya aterrizando, ella afirma que así como cada ser humano tiene su propia especie o índole, tanto los hombres como las mujeres comparten atributos especiales que los ponen al mismo nivel de raciocinio. En cuanto a la vocación de la mujer, dice que su naturaleza hace que sea mujer, madre y una buena maestra y que ninguna parte de la vida profesional debería de ser cerrada a las mujeres. Simplemente sentido común, sin caer en un fanatismo de la liberación femenina” –concluyó-.

Con esta entrevista pudimos conocer más sobre la vida de esta mujer que fue monja de claustro, filósofa y defensora de los derechos de las mujeres, en sí una persona que siempre estuvo en búsqueda de la verdad y la justicia. ¡Gracias doctor Walter Redmond!



Para sentirse a gusto

JOSÉ LUNAGÓMEZ

Siete de la noche, del miércoles 20 de febrero, tuvo lugar en el Seminario Arquidiocesano de Xalapa la conferencia titulada: “El impacto económico de los medios masivos de comunicación” expuesta por Edgar Gálvez Montalvo, Licenciado en ciencias de la comunicación. Este evento fue organizado por el consejo editorial, a fin de evaluar el caminar de la página y plantear metas para un mejor trabajo.

Eran las siete con diez minutos, cuando el P. Juan Beristain, junto con dos alumnos, arribaba al salón donde se daba la conferencia. El lic. Gálvez se encontraba listo para dar inicio a su tema, todos los recursos didácticos estaban preparados, y dentro de la estancia se encontraban los alumnos que pertenecen al cuerpo editorial de Concilio.

Dio inicio advirtiendo que veríamos algunos video-clips que reflejaban el impacto de los medios de comunicación en la sociedad y el progreso que estaban adquiriendo. Apareció en la pantalla la imagen de una familia común que se organizaba para las actividades cotidianas; en los dos videos presentados se remarcaba el uso de medios electrónicos para la realización de funciones y tareas comunes. “Esto sucede en la realidad – declaraba Edgar Gálvez –. En países primer-mundistas”. Con estos spot comenzaba su ponencia que tardaría alrededor de cuarenta minutos, desarrollando a lo largo de la misma el tema de la influencia y repercusión económica que generan los medios informativos, la forma básica de la comunicación, y la distinción entre el canal que ocupamos como medio informativo, además de la forma en que se utiliza.

Después de haber concluido su temática, dio unos breves instantes para algunas preguntas o comentarios, a los cuales respondió con gran atención. Terminada la charla se invitó a pasar al salón anexo de la Biblioteca de Filosofía, donde se encontraba listo un suculento menú encabezado por un tradicional pozole y seguido de unas, no menospreciadas, empanadas de pollo; las cuales ninguno de los presentes desaprovechó, e incluso fueron invitados algunos compañeros que pasaban por el pasillo principal del Seminario a compartir los alimentos. El lugar se encontraba detalladamente arreglado y dispuesto para crear un ambiente agradable, propiciando la convivencia y unión entre los miembros de Concilio. Después de haber degustado una rica cena, los integrantes de concilio se tomaron la foto del recuerdo. Y para concluir es necesario recordar lo que detallaba el comunicólogo Gálvez Montalvo en su exposición: “no sólo es necesario que el público exterior esté contento, sino que el público interno, los que trabajan en esto, se sienta a gusto con el grupo donde están”.




C O N C I L I Á B U L O

Con Walter Redmond

La Facultad de Filosofía invitó a Walter Redmond (filósofo de Austin, Texas) a un curso-taller sobre la filosofía de Edith Stein –discípula de Edmund Husserl- y otros temas. La ocasión fue la tesis presentada por uno de los alumnos bajo la atinada asesoría de la maestra Angélica Salmerón.
También nosotros –filósofos y teólogos Facultad “Rafael Guízar Valencia”- pudimos contar con dos horas de disertación y cuestionamientos de este singular visitante. Por cierto, no hay que olvidar que en la editorial de la Universidad Veracruzana está editada su Lógica simbólica para todos, libro que es requerido en varias partes. No todo mundo ha perdido la confianza en la razón y en la Lógica en estos tiempos en que tanto se habla de “pos-modernidad”.

Francisco Cuevas Cancino

Nos unimos a la pena de la familia del intelectual don Francisco Cuevas Cancino, muerto recientemente. Dimos cuenta en su momento de un librito suyo que nos pareció excelente, La senda del amor ilimitado, sobre San Rafael Guízar Valencia, una información muy exacta y una prosa pulcra y garbosa. La edición estuvo a cargo de Durandarte editores (Xalapa 2003) que dirige Rafael Antúnes.

Los presbíteros estudian

En Teocelo estuvieron reunidos los presbíteros dirigidos por el arzobispo Hipólito Reyes Larios. ¿Motivo? Estudios sobre los problemas que se presentan en la nueva sociedad urbana que a grandes pasos está creciendo entre nosotros. Hay el Día de la madre, el Día del padre y hasta del compadre, pero ahora atinadamente en los medios de comunicación masiva y con el respaldo de toda la Iglesia se trata de fortalecer a la familia. La familia, que es la célula primordial de la sociedad, está en crisis. Todos tenemos que apoyar esta campaña porque, de lo contrario, el único valor es el individualismo egoísta. Y lo que resulta, el libertinaje, los divorcios y la enorme abundancia de madres solteras.

ProDiezmo

Se ha celebrado la tradicional Rifa ProDiezmo o cooperación de los fieles católicos con su pastor. Antes y en algunas naciones todavía es el gobierno mismo el que, a través de los impuestos, ayuda a las diversas iglesias. La separación Iglesia-Estado, que existe entre nosotros, nos parece excelente. Que los impuestos sean cosa del gobierno y que los fieles creyentes de cada denominación ayuden a sus pastores y a sus instituciones de la manera más generosa que puedan. Nosotros estamos siempre por la separación entre Iglesia y Estado.

Coatepec, pueblo mágico

Parece muy acertada la distinción de Coatepec como “pueblo mágico” –sea lo que sea lo que esto quiera significar-, pero una cosa que nos sorprende muy agradablemente es ver la parroquia principal de San Jerónimo hermosa en verdad. El párroco, Francisco Javier Hoyos Gálvez, y todos quienes han participado en esto merecen nuestro aplauso.




Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”.
(René Descartes)

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