Domingo 6 de enero de 2008


Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece los domingos en el Diario de Xalapa




E D I T O R I A L

Tu mejor presentación

Alguna vez hemos escuchado la expresión “Sé sincero”. Sin embargo para poder hacer algo necesitamos forzosamente saber qué habrá de hacerse. Muchos creemos que la palabra sincero sólo se refiere a decir la verdad. Espero si exploramos la palabra latina sincerus, que dio origen a nuestro sincero castellano, nos daremos cuenta que el contenido es aún más profundo. Ser sincerus implica ser puro, natural, es decir, sin mezcla. Una persona sincera es una persona libre de influencias, original. Pero también implica estar sano, intacto, sencillo, limpio, casto, irreprochable, leal y correcto. Sin duda alguna la sinceridad es tu mejor presentación, una persona sincera está íntimamente ligada a la confianza. Un propósito para este año, cultivar la sinceridad nos dará innumerables beneficios.



El regalo más grande

SERGIO PÉREZ PORTILLA

La mayoría de nuestros niños se levantaron hoy con la ilusión de saber “qué les trajeron los Reyes”, no todos, pero sí muchos. La envoltura y la caja hoy no sirven para nada, lo que importa es lo que viene dentro: la muñeca, el carrito, todo tipo de juguete. Y es que celebramos hoy la fiesta de la Epifanía del Señor, es decir, la manifestación del que recién había nacido. La Epifanía y la Navidad son fiestas hermanas. En algunos lugares del mundo se le llama a la Epifanía “pequeña navidad”, y en otros a la Navidad “pequeña epifanía”, esto depende de la tradición más arraigada. Con nosotros, la Navidad es más pomposa y la Epifanía aparece un poco abajo, aunque no deja de ser importante. Pero hablábamos de los regalos. Según el Evangelio de Mateo, unos magos de Oriente –que luego fueron llamados reyes, resultaron ser 3 y hasta nombre recibieron, vaya, hasta sus huesos están en Colonia, Alemania– llegaron a Jerusalén buscando al pequeño rey de los judíos, pues habían visto su estrella y la habían seguido hasta esas tierras con la intención de adorarlo. Después de unos contratiempos, dieron con él, lo encontraron en una casa con su madre y al momento se arrodillaron y le ofrecieron sus regalos: oro, incienso y mirra.

Es el relato anterior el que da pie a nuestra tradición de ofrecer regalos en este día a nuestros pequeños, aunque el fundamento a veces va siendo relegado, la marca siempre permanecerá: es al niño Jesús a quien desde lejos han venido los magos a adorar y entregarle dones porque se ha manifestado a todo el mundo, se ha dado a conocer su nacimiento y, por tanto, el acontecimiento de la salvación que llega a los hombres y mujeres de todos los lugares y de todos los tiempos. También esto representan los magos, según la tradición y según las reflexiones de algunos santos Padres: la universalidad del mensaje de salvación.

Pero, ¿quién habrá recibido el regalo más grande de todos? Grande no en tamaño, claro, sino en importancia. Si lo pusiéramos en términos económicos sería el más caro, pero no vamos por ahí. Si fuera en términos de practicidad, pues el que nos sirviera quizá por más tiempo e hiciera el diario laborar un poco menos pesado. Si fuera en términos… ¿en qué términos debemos hablar? En todos y en ninguno. En todos porque es un regalo que deberá abarcar todas las áreas en que nos desenvolvemos, pero en ninguno porque no puede estar, por lo mismo, limitado por ningún ámbito, no puede ser relativo.

El regalo más grande lo ha recibido la humanidad entera, cada uno de nosotros, el mundo mismo, la creación entera. El regalo más grande es el que nos ha dado a todos el Padre que tenemos en común, y, sin hacer distinciones, nos ha dado el único y más grande regalo, el más necesario, el más costoso, el más bello, el mejor: Jesucristo, su Hijo.
Es, pues, la Epifanía una fiesta, y los regalos lo afirman: fiesta donde celebramos la manifestación del pequeño Jesús a todos los hombres. Celebramos su humanidad y su divinidad. Se recuerda su Bautismo y su primer milagro como parte de esta manifestación, pero hoy ponemos énfasis en este acontecimiento: la luz de Dios ha sido vista por todos, y este es y seguirá siendo el regalo más grande de todos.


Leer para explicar

MARISSA PONCE DE CHÁZARO

Al acercarte a un discurso puedes entender lo que dice el autor para vivirlo, o puedes además entenderlo para explicarlo a otros. En esto, hay quienes dicen que comprender el mensaje escrito o presenciado es como estar frente a un bosque en donde se pasa del todo -que es el bosque- a los árboles y luego se vuelve para seguir considerando el bosque.

Si tu intención es entender para tu propia vida, lo asimilado llega a una especie de “lecho de reposo” de las ideas en donde lo vivo es lo que madura. En el caso de la recepción del mensaje de salvación aquí interviene la gracia, es verdad, pero se sabe también que hay que estar atento y dispuesto a interiorizar correctamente el mensaje, es decir, a permitir que se incorpore benignamente a la propia manera de ser, de pensar y de sentir. Esta disposición es un acto voluntario de razón, por comprensión, en libertad y anterior a la respuesta.

Habría que considerar más cosas cuando tu interés es explicar a otros lo que has entendido. De inicio se distingue un “lecho declarativo” concentrado en construir un conocimiento sólido, es decir, se trata de interpretar incluyendo a los demás en tu consideración. Los demás pueden ser quizá personas que reciban por primera vez noticia del mensaje. Se sabe que en ésto hay que poner cuidado pues para el verdadero diálogo y para la verdadera edificación rige la condición necesaria de conceder aciertos a los demás y de modo explícito, aun cuando, también es verdad, este camino contenga el caldo de cultivo para el “perspectivismo” o la desunión por “pareceres” o la discontinuidad con lo ya entendido.

Esas cosas alertan, claro está, y pueden hacer volver a la interpretación individual, pero se sabe que si la condición de reciprocidad no se da, el riesgo que corres es ir del bosque a la foto o a su copia inanimada –al modo xerox- y de ahí a la reiteración infértil, cosa que afirma tu propio conocimiento pero no construye con los demás ni permite la transmisión de un mensaje vivo que pueda madurar: de ahí que lo que queda es la apariencia de haber dialogado y la inquietud por pensar que ha quedado manifiesta la “incomprensión” de los otros o su “falta de voluntad” para construir.

En el mensaje de salvación hay que tomar la ocasión como la pintan: calva. Se tiene la confianza que produce el mensaje mismo y el gozo de poder contarlo: “Todos cuantos los oían se maravillaban de lo que decían” dice el evangelista (cfr. Lc 2, 10-18). El poder hacerlo hay que agradecerlo haciéndolo con alegría, exhortaba San Francisco de Asís, aunque de inicio sabía que nosotros no hacemos gran cosa, sólo responder libremente, pero así lo entendía él y con él San Buenaventura quien además estructuró con ello un sistema que podría inscribirlo en la lista de católicos hermeneutas, entendiendo la hermenéutica con Rovira Belloso como el arte de la interpretación acertada o, con Prosper Grech, la disciplina que se ocupa de problemas como el arte de la comprensión, el conocimiento como hermenéutica del ser, la función del sujeto en la interpretación, las diversas funciones del lenguaje y la relación entre las filosofías y las ideologías.


El Santo Padre Benedicto XVI también ha inscrito una consideración en el lecho de la hermenéutica: la noción de “hermenéutica de continuidad” asunto conveniente a la comprensión de lo dicho por el Concilio Vaticano II y de frente a lo “preconciliar” y lo “posconciliar”. Esta hermenéutica anima a no dejarse seducir por caminos de interpretación que implican ruptura con la tradición de la Iglesia dice el Papa (Discurso al Tribunal de la Rota Romana, 2007; al grupo de Obispos de Canadá, 2006; a los sacerdotes y diáconos de Roma, 2006; a la Curia Romana, 2005). Es claro que la Iglesia ha desarrollado ya la habilidad de ver el bosque y los árboles al mismo tiempo.



C O N C I L I Á B U L O


Los Reyes

Hoy todos los niños se despiertan con una ilusión y deseo por ver qué les trajeron Los Reyes. Se narra de unos Magos vinieron de oriente buscando al nuevo rey que habría de nacer en Belén. Se adjudica que eran "sabios" o astrónomos, llamados en aquella época como "magos", porque venían siguiendo una estrella que profetizaba la llegada del nuevo rey. Cada uno traía un obsequio con un significado profundo para Jesús: oro, representando su naturaleza real; incienso, que representa su naturaleza divina; mirra, que representa su sufrimiento y muerte futura. Recordando este acontecimiento se acostumbra darles a los niños un pequeño regalo.


¿Qué es escatología?

Nos preguntan qué es escatología porque en algunos contextos tiene acepciones diferentes. Algunos incluso hablan de chistes escatológicos que suelen ser de cosas muy vulgares. Pero nosotros los teólogos usamos el término “escatológico” que viene del griego ésxatos para significar lo que se llama también los novísimos, o sea muerte, juicio, cielo, infierno y purgatorio. La última encíclica del Papa habla de la escatología, y concretamente sobre el purgatorio aclara que no es un lugar de calderas, de trinches y de diablos con patas de cabra sino la luz de Dios que purifica a quien se va acercando a Él. Hay que leerlo bien. Estaríamos muy lejos de las imágenes populares de la Divina Comedia de Dante. La escatología cristiana es el tratado sobre las últimas cosas o sobre lo que nos espera luego de nuestro paso por la vida terrenal.


Detenerse es conveniente

La reflexión es, para los filósofos, un volver sobre sí y juzgar con criterios objetivamente morales todas las acciones que se han realizado. Por todos los beneficios que la reflexión atrae los alumnos de II de teología del Seminario Mayor iniciarán este año con Ejercicios Espirituales en Orizaba del 7 al 13 de enero, nuestro Obispo Emérito Sergio Obeso Rivera será quien guíe a los alumnos en la reflexión. Les deseamos que este tiempo les sea conveniente para reafirmar la vocación por la que han optado.


Cambio, cambios

Nos dicen que el padre Raúl Rodríguez, párroco de San Martín de Porres, ha dejado la Oficina de Comunicación Social de la arquidiócesis de Xalapa y la dirección del semanario que fundó y dirigió durante tres años. Es hombre inteligente y tenaz. Lo sustituye el padre José Juan Sánchez Jácome.


Epifanía

El término “Epifanía” proviene del griego επιφάνεια que significa "manifestación, un fenómeno milagroso". Es una fiesta religiosa en la que se celebra que Jesús toma una presencia humana en la tierra, es decir Jesús se "da a conocer".También se celebra hoy 6 de enero, junto con Los Reyes Magos y La Rosca de Reyes. Todas estas tradiciones que se han ido conservando hasta nuestros días y que revelan acontecimientos básicos en nuestra historia.



"Solo es útil el conocimiento que nos hace mejores"
(Sócrates)

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