Domingo 2 de diciembre de 2007

Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

Comunicación es participación


La comunicación es una cara de la participación y viceversa. La comunicación, como donación o transmisión de algo, supone justamente un entrar en contacto entre el que comunica y el que recibe. Sin esta condición, la comunicación sería prácticamente imposible. Es precisamente este lazo el que hace posible toda comunicación, claro está, sin olvidar la comunidad que hace que nada sea extraño y la mediación que es conexión entre los dos polos. Por eso, toda comunicación es mediación. Ahora más que nunca el mundo en que vivimos llamado era de las comunicaciones, no es superfluo recordar la importancia de cada elemento de la comunicación: el contenido por comunicar, la comunidad a la que se informa y quienes informan, etc. La comunicación es acontecimiento en el que nadie puede permanecer pasivo ni mucho menos aislado. Hagamos la comunicación.




Ética en la comunicación

SERGIO PÉREZ PORTILLA

Desde el principio de los tiempos ha existido en la humanidad el deseo y la necesidad imperiosa de comunicarse. Aristóteles veía en el hombre un zoón politikón, es decir, un animal social, un ser relacionable. John Locke decía que los hombres somos sociales no por casualidad, sino porque Dios así nos creó, con la capacidad, disposición y necesidad de relacionarnos, principalmente mediante el lenguaje. Para Ludwig Wittgenstein, dentro del proceso de la semiótica lingüística, o filosofía del lenguaje, debe darse una especial atención a la parte pragmática, sin olvidar la sintáctica ni la semántica. Es decir, se requiere hacer un relieve en el aspecto que enlaza al signo lingüístico con el usuario, que a la vez recae en la relación usuario-usuario. La historia de las culturas nos remite siempre a una tradición que parte de lo oral y lleva a lo escrito, pasando a veces siglos enteros entre lo uno y lo otro, más cuando la redacción final ha sido constituida por diversos fragmentos. El punto es que el hombre tiene necesidad de salir de sí y dar y darse a los otros: dar lo que sabe y darse en lo que es.

La redacción periodística, en todos sus ámbitos –noticia, crónica, reportaje, entrevista, artículo–, es una respuesta clara e inequívoca a lo anteriormente mencionado. Pero es necesario aclarar que la información realmente es tal cuando está enmarcada con la verdad. Debe existir, por tanto, un criterio que ayude a discernir la buena de la mala comunicación, un criterio basado en la verdad. De esto trata la ética periodística.

Por ética entendemos esa reflexión que fundamenta la teoría que, a su vez, sustenta toda práctica o moral. Si bien comúnmente hablamos de ética o moral como si fueran lo mismo, la ética asiste más al concurso especulativo y la moral al activo, mas no significa esto que la ética no sea praxis, ni la moral intellectus. Desde alguna perspectiva sí podemos identificarlas mutuamente.

Ya hemos dicho que como fundamento de la ética está la verdad. Esta verdad se refiere en primer lugar a una coherencia entre lo que está pasando o pasó y lo que se dice. También, en otro momento, es una coherencia entre lo que el comunicador dice y lo que realmente piensa. Pero como todo escrito periodístico es una interpretación de los hechos, entonces debe existir otra verdad, otra coherencia, pues no basta decir lo que es como es, ni escribir únicamente lo que en realidad se piensa. Si se debe emitir un juicio, entonces este juicio debe ser desde los valores que hacen al hombre ser tal: justicia, serenidad, tolerancia, diálogo, respeto, opción, apertura, prudencia y objetividad ubicada. Ninguno de éstos limita la actividad del periodista, por el contrario, la hace creíble, confiable, sustentable, veraz, viable.

La ética periodística es camino y respuesta. Camino porque quien de verdad quiere comunicar las ideas y sus ideas a los demás, debe hacerlo desde esta perspectiva: necesitamos comunicarnos en la verdad. Es respuesta porque resulta un modo de satisfacción a la necesidad de relacionarse, de comunicarse, de salir de sí mismo. ¿Necesita el periodismo una ética? Esto no es sino una pregunta retórica.



Un año más

IGNACIO LAGUNES / MANUEL CASTELÁN

En el inicio se escribía por acreditar, después por dialogar, ahora por dar a conocer; toda buena obra tiene su proceso de crecimiento y esto también ha pasado con CONCILIO. Inició como un proyecto de un grupo de filosofía, pasó a manos de su profesor de redacción, luego tomó las riendas el director de la Facultad, resulta ser ahora patrimonio de nuestro Seminario Arquidiocesano de Xalapa. Lo que era un trabajo escolar, se convirtió en una página periodística que expone los puntos de vista de los estudiantes de filosofía y de teología.

Han pasado siete años desde que se inició el proyecto, cada uno ha aportado algo novedoso a esta página, han ocurrido numerosos cambios dentro de ella, pero no pierde la esencia con que se creó: hablar, decir, exponer lo que creemos dentro de los campos que nos incumben.

Para celebrar un aniversario más de este acontecimiento, el jueves 22 de noviembre se llevó a cabo una misa de acción de gracias por los siete años de CONCILIO; la presidió nuestro arzobispo Mons. Hipólito Reyes Larios. Nos exhortaba a seguir trabajando en la página, dándole una importancia especial como medio de comunicación donde hay que evangelizar, según el mandato del propio Jesucristo a sus apóstoles. Después de celebrar nuestra fe, se convidó un desayuno a todos los que integran el cuerpo editorial de CONCILIO; Monseñor nos seguía invitando a realizar está página con mayor empeño, y concediéndonos sus apoyo para este medio comunicativo.

Ahora queda evaluar lo que se obtuvo y aprovechar lo que se tiene, para poder cumplir con la misión de CONCILIO: ser un medio de comunicación del Seminario, dando una perspectiva filosófica y teológica de lo que sucede en la realidad. El Seminario está agradecido con el Diario de Xalapa por permitirle expresarse mediante esta página cada domingo.


C O N C I L I Á B U L O

¿Quiénes somos?
No, no somos periodistas. No estamos al tanto de la información de cada día – que nos desborda-, ni nos proponemos dar opinión sobre todo lo sabido y por saber. Es una gran cosa ser un buen periodista. No lo somos. Desde que el Diario de Xalapa nos abrió sus páginas -hay que agradecer al director, Omar Zúñiga Adán- también nosotros abrimos nuestro espacio del Seminario Rafael Guízar Valencia a todo mundo. Si alguien nos ha seguido sabe quiénes somos y qué hacemos en medio de nuestras debilidades y defectos. A veces somos demasiado teóricos. Seguimos buscando. Otras veces expresamos con sencillez nuestras convicciones o narramos nuestros eventos. No hay secretos. Se nos puede seguir.


Cambios, cambios
Cada año se renueva el equipo responsable de Concilio. Ahora José Fernando González Topal deja las preocupaciones y los bártulos a un nuevo grupo a cuyo frente está Jesús Emmanuel Torres Fuentes y el secretario es Moisés Antonio Martínez Martínez. Ambos son de segundo año de Filosofía.



Dos libros
Hemos tenido en las manos la autobiografía de Joseph Ratzinger, Mi vida – Recuerdos 1927-1977, (Encuentro, Madrid, 2005) y Jans Küng, Libertad conquistada – Memorias, (Trota, Madrid, 2003). Hay que leer ambas obras para estar al día y, por supuesto, la manera de ver las cosas es muy diferente en ambos autores.



Y siguen los cambios
Nos dicen que monseñor Hipólito Reyes Larios, Arzobispo de Xalapa, ha hecho algunos cambios. El padre Eliseo Martínez Andrade, quien estaba en la parroquia Emperatriz de las Américas, ha pasado a hacerse cargo de la importante parroquia de Actopan. El padre Carlos Gómez se encargará de Emperatriz de las Américas. Por otra parte, en la rectoría de Fátima, de Coatepec, se encuentra el padre Félix Herrera, quien estaba en Mahuixtlán. Ahora, Samuel Sánchez se encargará de esta nueva parroquia.
Nos da mucho gusto saber que Félix Herrera se encarga de la rectoría de Fátima y del hermoso salón, porque ha trabajado maravillosamente con los llamados “cruzados” y todavía tiene mucho que dar a la Iglesia de Dios.


Dos amigos
Es un gusto poder celebrar el doctorado Honoris Causa que la Universidad Veracruzana ha concedido al maestro Mario Muñoz. Muy merecido, por cierto. Y, por otra parte, es una gran satisfacción el poder anunciar que Miguel Valera Hernández recibe el premio estatal de periodismo Rubén Pabello Acosta. A Miguel Valera lo hemos visto crecer y poco a poco se está transformando en un auténtico periodista. En ambos casos, nos sentimos de plácemes.



FRASE DE LA SEMANA

“Optimizar el uso de los medios de comunicación católicos para la comunicación de la fe, para el dialogo entre la Iglesia y la sociedad”
(Aparecida, 497, b).

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