Domingo 1 de abril de 2007


Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece en el Diario de Xalapa



EDITORIAL


No sólo ser libres sino aprender a serlo

En la semana que iniciaremos, mucha gente vivirá un ambiente de constantes celebraciones religiosas. Es inevitable sustraerse de esta atmósfera porque por todas lados se vive mucha gente celebrará, a su manera, la Semana Santa o Semana Mayor. Muchos celebran de manera intencionada y consciente, otros tantos serán espectadores cualificados, y otros más no sabrán de qué se trata. Pero, no estaría mal acercarse a alguna celebración de Semana Santa pues el cumplimiento y festejo de esta semana importante nos ofrece dos alternativas. Podemos cumplir con lo que manda la tradición y resignadamente llevar a cabo la celebración que la fecha impone. O, podemos protagonizar lo que la celebración ya centenaria propone, de manera tal que nuestra propia vida se vea enriquecida por el cumplimiento de aquello la que celebración nos permite realizar: no sólo celebrar la alegría de ser libres sino el aprender a serlo.


En Trapiche del Rosario brota algo nuevo
EMMANUEL TORRES / FERNANDO GONZÁLEZ TOPAL

La mañana del miércoles 28 de marzo, la comunidad del Trapiche del Rosario recibió a distintas comunidades y localidades del Estado como: Chicuasen, la Tinaja, Actopan, los Frailes, Otates, Mesa de Guadalupe, Misantla, Almolonga, La Concha, Tinajitas El Jícaro, Arroyo Negro, La Gloria, El Espinal, La Aurora, Ranchito Ánimas, Chabarrillo, san Nicolás, Querétaro, el Chico, Veracruz, Xalapa, y Villa Hermosa Tabasco.

Todas estas personas esperaban el arribo del padre Humberto Andrade minutos antes de la celebración eucarística. Pero para sorpresa de todos, el padre Humberto llegó a las 10 de la mañana; para esto, la gente se mostró alegre y con cohetes, porras y abrazos se acercaron al padre Humberto Andrade. Algunos llorando y otros más acomodándose para poder ser confesados por él. Indudablemente, el rostro del padre se mostraba muy alegre a pesar de la situación compleja de salud.

Muchas personas manifestaron su sentir ante el acontecimiento que se estaba viviendo en esos momentos:

El matrimonio de Jesús Arias Morales e Inés Aguilar Lozano de Xalapa comentaron: estamos felices, por que se va a unir a nosotros el padre Humberto, pero principalmente se va a unir con el Arzobispo. El padre Humberto es nuestro amigo, por que ha estado en las buenas y en las malas con nosotros.

El señor Ascensión Hernández Contreras de la Tinaja dijo: Seguimos con él y vamos a estar con él. Lo principal para nosotros es que estemos todos juntos. Y me trae la esperanza de Dios que esto se va arreglar.

Carmen Viveros Contreras del coro de la Tinaja expresó: sentimos una alegría muy grande por el padre Humberto, al unirse otra vez a la Iglesia. Siempre lo hemos seguido estaremos con él hasta el final.

Los minutos pasaban y la gente seguía llegando; media hora antes de la celebración, el salón social del Trapiche se encontraba por completo lleno. Muchos sacerdotes de la Arquidiócesis de Xalapa se dieron cita, y con ellos, nuestro arzobispo don Sergio Obeso; quien con amabilidad y alegría, también saludaba a las personas.

Al inicio de la procesión hacia el altar, un gesto de gozo se manifestó por la gente dando fuertes aplausos, ya que veían en esos momentos la reconciliación del padre Humberto con el presbiterio de Xalapa, y sobre todo con el obispo. Al iniciar la celebración eucarística, don Sergio dijo: La palabra del Señor que va hacer proclamada nos da la oportunidad para agradecer al Señor el gozo que nos reúne a todos aquí esta mañana en torno a la Eucaristía del Señor.

Ya en la homilía, el señor don Sergio Obeso enfatizó en lo siguiente: El Señor nos ha hablado por medio del profeta Isaías, se fijaron ustedes que dice el Señor: “No te das cuenta que está naciendo algo nuevo, no te das cuenta que lo pasado quedó atrás.” Eso es lo que nos dice el Señor a todos. Aquí en esta ocasión está brotando algo nuevo. Y si el profeta Isaías para ilustrar esto, recurre a comparaciones propias de la naturaleza, nosotros las aplicamos a nuestro caso a todos los que estamos aquí. Porque dice el profeta: “No te das cuenta cómo corren ríos de agua fresca, de agua limpia en medio del desierto. No te das cuenta cómo florecen árboles bellísimos en medio de un sol calcinante.” Pues eso es lo que aplicamos hoy a todos los que estamos aquí y con la gracia del Señor le podemos responder a él diciendo, ¡Sí, Señor, nos damos cuenta! Nos damos cuenta que aquí está naciendo algo nuevo porque está naciendo a lo más que aspiramos siempre en nuestras parroquias, a hacer comunidad, a tener una comunión, es decir, a tener una común unión. Nos damos cuenta perfectamente que le agradécenos al Señor que aquí está volviendo a nacer una sola comunidad.

Otro aspecto que remarco el Obispo de Xalapa fue: Y por eso también con el Evangelio en las manos, vamos todos dentro de un momento a recibir al Señor en comunión y le vamos a presentar nuestras ofrendas. Esas ofrendas que consisten precisamente en el pan y en el vino que con el poder del Espíritu Santo van a cambiarse en el cuerpo y sangre del Señor.

Pues, hoy también nosotros recogemos esas palabras del Señor y le decimos: Señor, no vamos a traer nuestras ofrendas sin haber antes abierto nuestro corazón a tu palabra. No vamos a permitirnos presentarnos sin antes no nos hemos reconciliado con nuestros hermanos. Y aquí estamos todos reconciliados, porque aunque dentro de un momento podremos expresarnos dándonos la paz unos a otros, ya el sólo hecho de habernos reunido hoy en torno a la santa Eucaristía nos está diciendo que estamos reconciliados y, por lo mismo, podemos presentar con un corazón sano nuestra ofrenda al Señor porque hemos cumplido con el requisito que él nos pone para poder acercarnos limpiamente a la santa Eucaristía.

Al término de la Eucaristía como un signo de reconciliación absoluta se llevo acabo una peregrinación con el Santísimo por el municipio, con el objetivo de bendecir la nueva capilla del Señor de la Misericordia, y sobre todo, la iglesia de la Virgen del Rosario. Que en algún tiempo había sido únicamente el centro de reunión para los fieles que seguían al padre Humberto años atrás.

Este signo llego a su culmen con la participación del señor Sergio Obeso al abrir las puertas de la iglesia de la Virgen del Rosario. Para la gente esto fue muy significativo, porque les permitirá asistir con mayor tranquilidad y paz, que antes no se tenía entre los mismos miembros del pueblo al estar divididos.

Es así como don Sergio Obeso terminó toda esta celebración que tardó alrededor de tres horas, diciendo al pueblo católico: Hemos vivido los signos que nos hablan de reconciliación. De parte del Señor todo está puesto. Él nos ha bendecido cuando celebrábamos la Eucaristía. Él ha recorrido triunfalmente nuestras calles, él ha visitado nuestros templos. Ahora hermanas y hermanos nos queda ir construyendo la unidad, poco a poco, porque todos estos signos lo expresan; pero es necesario que con la ayuda del Señor, al que hemos invocado y bajo cuya ayuda nos ponemos que esa reconciliación, esa unión, esa construcción de una sola comunidad la vayamos haciendo día con día a base de nuestro corazón cristiano y de las ayudas que el Señor seguramente nos dará. Por mi parte diariamente ruego al Señor y lo seguiré haciendo por esta reconciliación, si ustedes ruegan por mí se los agradeceré mucho.

Hay que recordar, que la situación del padre Humberto Andrade no está del todo bien, y es por eso que el señor Obeso Rivera, le pidió a la gente que mientras el médico no diera de alta al padre Humberto, no lo invitaran a celebrar la santa Eucaristía, no porque no pueda hacerlo, sino por razones de salud. Todo ésto es para evitar que recaiga.

La gente terminó muy contenta, y para festejar todo este acontecimiento, se reunieron otra vez en el salón social con la compañía de don Sergio Obeso Rivera y sus sacerdotes. Y muy gustosos todos disfrutaron de una rica barbacoa. No cabe duda que la iglesia de Xalapa en estos momentos goza de una mayor unidad para vivir la Semana Mayor y una feliz Pascua.





Elocuencia en la
Procesión del silencio
-Entrevista con el Presbítero Eliseo Martínez-
FRANCISCO JAVIER CHÁZARO ROSARIO

Con motivo de las distintas actividades que se llevan a cabo en nuestra diócesis durante la Semana Santa, Concilio visitó al Presbítero Eliseo Martínez, para recoger sus impresiones acerca de la Procesión del Silencio que se lleva a cabo cada año en la noche del Viernes Santo, partiendo de su parroquia Emperatriz de América y culminando en el atrio de la Catedral Metropolitana con un mensaje de Monseñor Sergio Obeso, Arzobispo de Xalapa.

Le preguntamos acerca de la motivación que le dio origen y que ya lleva por lo menos doce años y nos comentó que, entre otras cosas, el acompañar a la Santísima Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de la Soledad, para contemplar y reflexionar en el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo fue una de las motivaciones fundamentales. Así como por tratarse de un día de recogimiento espiritual, ofrecer a los católicos una actividad piadosa como alternativa a la indiferencia vacacional.

Respecto a la importancia que tiene esta procesión para los creyentes católicos nos dijo: “Es un acto piadoso en el que se demuestra el amor a María Santísima y se admira e imita su silencio contemplativo, un silencio que dice más que mil palabras sobre el misterio de la salvación, sobre el misterio del amor”. El llevar una vela encendida es un signo de esperanza porque “no se queda todo en la muerte de Jesús, sino que se espera la Resurrección”. La vela también nos recuerda nuestro bautismo, cuando fuimos consagrados para el Señor. “Es un signo eclesial el reunirse y compartir este evento miles de fieles católicos como comunidad”

Para finalizar nos hizo una invitación a participar activamente y vivir la Semana Santa para “aumentar nuestra fe y buscar una relación de amor con Dios y hacer un compromiso de seguir a Jesús, porque si bien es cierto que la invitación y la aceptación son libres, quien la acepta tiene que asumir las consecuencias de colaborar en la construcción del Reino de Dios que es vida, amor y ayuda al prójimo”.




CONCILIÁBULO

Luces y sombras en América Latina

En una reunión en Roma de todos los nuncios de América Latina -preparando la V Conferencia General del Episcopado Latino Americano que se tendrá en Brasil a partir el 13 de mayo- se habló de cosas que están muy vivas en México: la violencia, el narcotráfico, las desigualdades, el desempleo y la economía informal, el deterioro de la educación, la falta de democracia representativa y el avance de las sectas.

Los representantes de la Santa Sede están bien informados. Y no hay que olvidar que este servicio diplomático es el más antiguo del mundo, anterior a la globalización y a los medios masivos de comunicación. También de habló de luces y esperanzas que brillan en medio de tantas oscuridades.



Dos noticias de sacerdotes

En los periódicos se destaca lo que sobresale. Lo que se aparta de lo ordinario. La vida común no es noticia. En este sentido, han aparecido los nombres de dos sacerdotes católicos: el padre Jon Sobrino de la República del Salvador y el padre Humberto Andrade, entre nosotros. Lo del padre Andrade nos llena de alegría. Los fieles de las diversas comunidades (Chicuasen, La Tinaja, Trapiche del Rosario) lo han seguido con amor y preocupación y ahora lo acompañan poco a poco en la reconciliación bajo la guía del Espíritu Santo en quien siempre han creído. Lo del padre Sobrino es más complicado.



Nos preguntan cuál es nuestra posición

En el caso Jon Sobrino nos atenemos a dos normas: el documento Libertatis nuntius del 6 de agoto de 1984 y la Instrucción sobre la libertad cristiana y la liberación del 22 de marzo de 1986. Pero no se nos olvida lo que allí mismo se dice:

“Esta llamada de atención de ninguna manera debe interpretarse como una desautorización de todos aquellos que quieren responder generosamente y con auténtico espíritu evangélico a la “opción preferencial” por los pobres”. De ninguna manera podrá servir como pretexto para quienes se atrincheran en una actitud de neutralidad y de indiferencia ante los trágicos y urgentes problemas de la miseria y de la injusticia”.

Esta doctrina ha sido confirmada por el papa Benedicto XVI en su primera encíclica Deus caritas est en los números 27 y 29. Cualquiera que nos pregunte puede saber que nuestra doctrina sobre este punto se mueve sobre estas bases.




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