Domingo 17 de diciembre de 2006


Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece en el Diario de Xalapa



E D I T O R I A L

El descubrimiento de los valores


Los valores son realidades objetivas, poseen una existencia atemporal, valen para todas las personas y para todos los tiempos. Sin embargo, su descubri­miento y su apreciación por los seres humanos les proporcionan un aspecto temporal; los valores son descubiertos en una determinada época y por unas personas concre­tas, y pueden ser conocidos por unos pueblos e ignorados por otros. Es decir, los va­lores parecen temporales en tanto en cuanto son descubiertos, aprehendidos y apre­ciados en una fecha concreta y por cierto grupo humano. Por eso tiempos nuevos, nuevas formas para crear juntos las condiciones que fortalezcan los valores apremiantes como: la superable democracia, la insobornable familia, el escaso trabajo y la no negociable personal y comunitaria. Es tiempo para construir lo esencial para que las personas alcancen su plenitud humana y espiritual.




Un hombre que sabe vivir lo que sabe

JUAN BERISTAIN DE LOS SANTOS

El pasado 13 de diciembre, los profesores del Instituto de Filosofía Guillermo Nicolás de la Ciudad de Orizaba organizaron un momento de encuentro personal para un noble propósito: rendir un tributo de reconocimiento al padre Erasmo Bautista Lucas por haber respondido a Dios para hacer el bien a través de su vocación sacerdotal y académica. El padre es doctor en filosofía por la Universidad de Innsbruck y él es muy versado en el pensamiento de Emmanuel Kant. Su tesis doctoral fue asesorada por un gran filósofo cristiano: Emerich Coreth. Fue profesor de filosofía en la facultad del Seminario Mayor de Xalapa en el primer semestre de 2001.

¿Cuál son las características del padre Erasmo como filósofo? Varias, pero son dos las que lo caracterizan como tal. La primera es su trato cordial con los demás que nace de la búsqueda sincera de la verdad. El Dr. Erasmo es una persona noble y respetuosa como son los habitantes de La Perla. Se puede decir, con toda seguridad, que el padre Erasmo es un hijo auténtico nacido de estas tierras generosas y fértiles de la zona centro del estado de Veracruz: La Perla. Muchos que lo conocen saben que tiene un corazón noble y una inteligencia imperante que a todas luces brillan cuando él sale al encuentro de los demás con una sencillez y humildad que son de llamar la atención de propios y extraños.

Pero además de su buen trato con los demás, él siempre ofrece algo nuevo sin soberbia, sin hacerle sentir a uno su propia incapacidad e ignorancia. Como filósofo o amante de la sabiduría, él en sus clases siempre ofrece algo sólido y verdadero a la inteligencia de los alumnos que lo escuchan siempre con respecto reverencial. Ese algo que transmite y comunica el padre Erasmo es la persona divina que lo anima y sostiene para que se relacione con los demás con una deferencia y trato humano e intelectual sólo procedentes de un corazón sabio y cálido que ama a un Dios que vive.

El mismo padre Erasmo se ha dirigido a esta persona con tanta cercanía y familiaridad al punto de exclamar: Tú sabes que “mi corazón te necesita, mi inteligencia te busca, mi voluntad te desea y mi ánimo te anhela, que todo mi ser tiene hombre y sed de ti”. Por esta forma, tan confiada y abierta de dirigirse al Señor es claro que el respeto, la cordialidad y la sencillez con que trataba a los demás, que es contenido de su filosofía, procede y se origina en su encuentro permanente con este Señor, al cual se dirige siempre el padre Erasmo en tono de amistad: “Tú que lo sabes todo, comprendes perfectamente que yo te busco en todas mis acciones aún cuando me encuentro perdido; pues tu Señor eres el término de todas mis aspiraciones y la meta de todos mis afanes.

Ahora se comprende que sí la claridad es la cortesía del filósofo, la claridad filosófica del padre Erasmo radica en saber quién es realmente el otro con quien convive y filosofa. Esta es la verdadera cortesía filosófica del Dr. Erasmo. Y por esta cortesía suya es conocido entre nosotros, principalmente por los que hemos tenido la oportunidad de convivir con él en el salón de clases y en otros momentos de trato coloquial.



¿Vale la pena casarse?
SERGIO PÉREZ PORTILLA

Con un tono burlón, un aire de pseudo-intelectualismo y una sonrisa que desea convertirse en risa, se dice que la principal causa de divorcio, es el matrimonio. Reímos porque es un chiste. Claro, es un chiste la frase, pero es una desgracia el hecho del divorcio. Mas, como solemos decir: los mexicanos somos especialistas en burlarnos de nuestras desgracias. La pregunta es ¿qué hay con el matrimonio?

Es alarmante el número tan grande –que cada vez crece más – de parejas que se separan, de parejas que no se casan y de gente que ve al matrimonio como algo improductivo e innecesario, ¿cómo devolverles la esperanza? ¿qué decirles en los momentos en que están ante la disyuntiva de seguir o no con su cónyuge? En primer lugar, recordemos que la finalidad del matrimonio es doble: dar apertura al amor cristiano de donación desinteresada y abrirse a la participación de la obra incesantemente creadora de Dios a través de los hijos.

Pero lo recordamos y se hace necesario decir lo siguiente: no tiene caso hablar de esta finalidad si no se hace conciencia sobre la unión misma, sobre el hecho de dejar de ser dos y ser uno, de encontrar felicidad verdadera en la relación y crecimiento y enriquecimiento mutuo, de hacer una alianza con Dios. Así, se entiende que al no darle sentido a esta alianza, la finalidad se vuelve obligación o costumbre, incluso indiferencia, porque nada tiene sentido si no hay una base sólida. Es decir, no sirve saber cómo debo vivir mi matrimonio, si en realidad no supe qué era el matrimonio. La finalidad se vuelve obligación, y eso no le gusta a nadie, y eso vuelve frágil la unión.

El matrimonio es uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica. Algunos lo llaman institución, pero en el sentido de consorcio, que algunas veces, cómo no, se vuelve civil y otras anónimo: se hace civil porque sólo es un requisito que la sociedad pide (“¿Cómo que no se ha casado?”, escuchamos por ahí), motivo de fiesta en el mundo más que de regocijo en el corazón, y se hace anónimo porque a veces resulta que los esposos ni se dirigen la palabra durante tiempos cada vez mayores, se vuelve una sociedad anónima porque no se conocen uno al otro. Claro es que también existen ejemplos de parejas que han sabido decidir, reunir su gusto por el otro con su voluntad de darse sin reservas y generosamente, y con la promesa de estar uniendo a la vez su vida con la de otro y más aún con la de Dios. Porque es cierto que debe haber una atracción entre las dos personas, una atracción física mutua, pero también es cierto que esta atracción no debe ser el único motivo para la unión. Está también la decisión de entregarse, y en esta decisión interviene Dios, iluminando y bendiciendo.

Tratar de defender el matrimonio es dar pie a pensar que quizá haya un error en él. No intentamos defenderlo, sino exponerlo. Decir, por ejemplo, que en él hay infinidad de valores: virtudes como el amor, la prudencia, la paciencia, la constancia, la esperanza, la fe, y valores como la honestidad y la fidelidad en grado sumo, el perdón y la reconciliación. Decir, también, que el matrimonio es símbolo y sacramento, es decir, habla de Dios y su unión con los hombres, como símbolo, pero se hace verdaderamente presente Dios en la pareja, como sacramento, y los bendice y permanece en ellos. Es el vínculo sagrado.

No obstante, es difícil hablar del matrimonio cuando no se tiene la experiencia de libertad que Dios brinda. Es así que el matrimonio incluye la apertura de los cónyuges al amor de Dios que libera. Por eso siempre es necesario recordar que Dios está al tanto de nosotros, y que nosotros debemos estar al tanto de él y de nuestros hermanos. De hecho, así se resume los mandamientos: ama a Dios y a tu hermano.

El matrimonio tiene vigencia porque es una vocación que viene de Dios, porque es un lugar de realización del hombre como hombre y de la mujer como mujer; tiene vigencia y validez porque a pesar de existir tantas dificultades externas e internas, estas mismas dificultades se vuelven camino de perfección como personas y como pareja. La esperanza es recordar que se ha tenido un sueño: ser libre, ser libre al unirse con otro; la fe es creer confiadamente que este sueño se puede cumplir; el amor es luchar porque este sueño se haga realidad.




No se puede permanecer indiferente ante tanto sufrimiento
FERNANDO GONZÁLEZ TOPAL

Durante estos días los obispos de Oaxaca y Chiapas se reunieron con sacerdotes, religiosas, religiosos, laicas y laicos de la Región Pastoral del Pacífico Sur (Oaxaca y Chiapas), en Tehuantepec, Oaxaca. La reunión fue con el objetivo de dialogar y analizar las aplicaciones que tiene la inculturación del Evangelio y de la Iglesia de las diferentes áreas de pastoral de nuestras diócesis.

Durante la reunión dedicaron un breve espacio para reflexionar sobre la situación que se vive en Oaxaca. Llegando a afirmar, por exigencia evangélica, el no poder permanecer indiferentes ante el sufrimiento de tantas personas que padecen ya largos meses de incertidumbre y angustia, situación que se ha venido gestando desde hace décadas.

Comentan: La corrupción a todos los niveles -denuncian- el caciquismo, los asesinatos, la impunidad, la persecución, las cárceles, el desempleo, las distintas formas de violencia y vandalismo, la destrucción, las divisiones y confrontaciones agresivas, son un llamado a nuestra conciencia para preguntarnos hasta dónde se ha calado el Evangelio en la vida diaria de nuestros pueblos, pues lo que se está viviendo no es conforme con la voluntad de nuestro Padre Dios, quien desea una vida digna para todos y que convivamos como hermanos, respetándonos unos a otros.

Los obispos de estas diócesis dicen ser conscientes de que no es sencillo analizar el conflicto actual, pues lo cierto, es que se mezclan muchas intenciones, tanto particulares como grupales. Ante esta situación se diría que no queda otro remedio que soportar las arbitrariedades.

Por su parte, lo que ofrecen son: los criterios del Evangelio, que iluminan a todos los implicados, para construir la vida y la dignidad de las personas y de los pueblos, y señalar con firmeza lo que las destruya. Nuestra única y suprema opción es por Jesucristo, por su Reino –añaden los prelados mexicanos-. Queremos que su Palabra guíe nuestros criterios y decisiones. Y su primera llamada es a la conversión. Convirtámonos, para que haya justicia, verdad, reconciliación, paz y amor. Mientras cada quien no reconozca sus errores y sólo condene a los otros, no es posible ninguna solución.

Es así como afirman que hay que privilegiar la escucha humilde, el diálogo inteligente, el discernimiento evangélico y los métodos no violentos. Es tiempo de demostrar la generosidad del corazón, cediendo en aquellas actitudes cerradas que hacen imposible avanzar en la solución del problema. Lo que importa es el bien común, no defender una posición personal o de grupo que haga más graves los sufrimientos de la comunidad. La paz social, enraizada en la justicia y en la verdad, es un valor de primer orden, para quien busca el bienestar de un pueblo.

Por último piden a los sacerdotes, a las religiosas y demás agentes de pastoral: que se mantengan muy cerca de su pueblo, con el corazón dispuesto a acoger los sufrimientos de los pobres, con la mente despierta para discernir con el Evangelio las actitudes de las partes en conflicto, y con la invitación permanente al perdón, a la reconciliación y a la unidad entre los hijos de un mismo pueblo. Nadie puede ser indiferente ante esta realidad. Sólo así seremos fieles discípulos de Jesús y nuestros pueblos tendrán vida plena en Él. Sobre todo, ahora al iniciar el Adviento, que es tiempo de gracia y de esperanza.




CONCILIÁBULO


Nuestra posada
Entre piñatas, envueltos, ponche y cantos decembrinas el jueves 21 por la noche, se tendrá la tradicional posada del Seminario Mayor Rafael Guízar. Para ello, nos acompañarán nuestros bienhechores más cercanos para, así, poder celebrar en comunidad.


Eucaristía y caridad intelectual
Este fue el tema del encuentro de Su Santidad Benedicto decimosexto con los universitarios de los ateneos de Roma el pasado jueves. La “caridad intelectual” nos recuerda desde Juan Pablo II que lo humano es la principal ocupación de la universidad. Ella forma a los jóvenes en el servicio contra la injusticia: su función no es formar en el intelectualismo. Más bien busca la confianza en la verdad que no es cuantificable ni individual ni compatible con el relativismo. En la “caridad intelectual”, la razón y el Evangelio no son dos harinas de diferente costal.


Se van a cantar La rama
ESTE domingo 17, todos los alumnos del Seminario Mayor Rafael Guízar Valencia estarán presentes en algunas plazas de la ciudad de Xalapa. El objetivo de la presencia de los seminaristas es mantener y hacer la sana tradición veracruzana de la “rama”.


Nos vamos de vacaciones
Los exámenes están terminando y todos nos vamos a nuestras casas. Algunos se van cansados por las apuraciones del trabajo dejado para última hora y otros se van contentos porque ya se vislumbra un nuevo año con nuevas intenciones. Sin embargo, todos nos vamos esperando recibir en familia a quien nos anuncia que no todo se va con las hojas del calendario, que hay un Amor que no tiene fin y nos es dado para ser compartido con nuestros hermanos más necesitados. Vayamos, pues a abrazar a la familia y también al hermano despreciado que vive diariamente con el rostro del Niño Jesús.

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