Domingo 24 de septiembre de 2006

Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver. MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece en el Diario de Xalapa



EDITORIAL


Miedo, no paranoia

Cualquier persona desinformada pensaría que el miedo generalizado de los ciudadanos por cualquier acto agresivo o atentado criminal se ha convertido en paranoia, en miedo irracional enfermizo. Sin embargo, la conmemoración luctuosa del 11 de septiembre hace ver que no está lejos el peligro. Las amenazas del brazo derecho de Bin Laden contra Occidente han sido contundentes cuando exhorta a todos los musulmanes a unirse en una guerra santa. Estados Unidos y sus aliados han declarado que no pararán hasta ver exterminados a sus enemigos. La guerra del Oriente Medio es la muestra clara de un conflicto inexorable. El miedo tiene sus razones y, casi siempre, impulsa instintivamente a la defensa. Por el momento el miedo es bilateral o hasta globalizado y por eso es tan peligroso. Hay mucho qué hacer en todos los niveles desde una perspectiva humanitaria, pero lo único verdaderamente urgente es evitar que se cumpla el mandamiento veterotestamentario de “ojo por ojo”, o “todos quedaremos ciegos”, como dice Gandhi.



Hermanos de sangre
“¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras?, ¿acaso podrá salvarlo esa fe?... La fe si no tiene obras , está totalmente muerta (Epístola de Santiago 2, 14-17)
SOTERO DOMÍNGUEZ GÓMEZ

Dentro del marco de la canonización del Beato Rafael Guízar Valencia han surgido propuestas extraordinarias a favor de algunas obras de caridad; entre éstas una parece tener excelsa trascendencia: la donación de sangre. La idea central de tal iniciativa es crear, especialmente entre los católicos, una mentalidad para ser solidarios de una forma caritativa, en el mejor de los sentidos. Precisamente la iniciativa la lleva adelante Caritas (caridad), institución prestigiada internacionalmente por su seriedad en la ayuda a los más necesitados.

Es cierto que sí se puede cooperar de muchas formas, pero no hay algo más entrañable que la sangre. Lo que se pretende lograr es que aparezcan signos de caridad y de solidaridad, tan anhelados por la Doctrina Social de la Iglesia. Signos que hagan ver la solidaridad como una virtud social y moral y no como un sentimiento superficial ante los males del prójimo. De lo que se trata es que todos sean capaces de hacerse responsables de todos; para que todos se esfuercen en lograr el bien común.

Alguien podrá argumentar que nunca será suficiente la cantidad de sangre que se done, sin embargo la acción de los donantes quedará allí como un signo irrebatible: contra los hechos no habrá argumentos. No importará ni siquiera la cantidad de donantes, sino el hecho de ampliar una mentalidad donde impere el altruismo justamente como contraposición al egocentrismo. Interesa, fundamentalmente, colaborar en un acto sencillo pero muy efectivo. Nadie será capaz de contradecir a quienes se interesan en ser hermano de sangre de los enfermos necesitados de transfusiones sanguíneas, especialmente si se hace con el sello de la caridad evangélica.

(La semana del 16 al 24 de octubre en los hospitales designados para el caso se podrán acercar quienes acepten la exhortación presente o para mayor información dirigirse a Caritas al tel. 8-18-01-32)



Pues... ¿qué dijo el Papa?
MARISSA PONCE DE CHÁZARO

No todos los argumentos filosóficos merecen ser analizados, sin embargo cuando uno provoca involuntariamente reacciones irracionales en el marco de un tema sobre la razón lo conveniente es tratar de comprender el conflicto.

El discurso de Benedicto XVI está dividido en: una plataforma de arranque, el todo y la razón, y dos grandes partes: sobre el “logos” y sobre la deshelinización del cristianismo. Tras una referencia histórica se afirma como necesario un concepto común entre las “tres leyes” (Antiguo Testamento, Nuevo Testamento y Corán): el “logos”, “la razón como palabra”, esto es, la razón creadora y capaz de comunicarse como lo que es. Más adelante se menciona el texto del sueño de Pablo, sobre el macedonio que pedía ayuda, como posible “condensación” de la relación intrínsecamente necesaria entre la fe bíblica y la filosofía griega.

En el siguiente momento es esbozado el intelectualismo agustiniano y tomista opuesto a la apreciación del famoso teólogo y polemista islámico Ibn Hazn. Benedicto XVI llega a lo que quiere enfatizar: En el contexto de fe y razón se cree que entre el eterno espíritu creador y la razón creada existe una analogía verdadera. Se sabe que las diferencias se reconocen infinitamente más grandes que las semejanzas pero no al grado de negar la analogía provocando un abismo insalvable entre nuestra razón y un Dios de posibilidades que aseguren su divinidad pero que sean eternamente inalcanzables y escondidas para nosotros.

La Iglesia cree en un Dios que es amor que sobrepasa cualquier conocimiento humano; es un Dios verdaderamente divino, sin embargo, dice el Santo Padre, “el Dios-logos concuerda con el Verbo eterno y con nuestra razón”.

Se ilumina un tema para el mundo de hoy. Se piensa que el encuentro entre la fe y la razón tuvo un significado decisivo para el nacimiento del cristianismo y para su divulgación, a la vez que dejó su huella más profunda en Europa, es decir que, aun cuando el origen del cristianismo fue muy importante en Oriente, “creó” Europa y permanece aún como su fundamento.

Hasta aquí la dimensión que, de algún modo, pudo haber provocado las reacciones que conocemos. Pero ¿cuál fue el problema? ¿qué se dijo con inexactitud?

Algunos análisis consideran como provocación el que fuera tomado como base para la reflexión el texto del emperador Manuel II Paleólogo, enemigo histórico del Islam, y en el cual se cuestiona la relación (verdadera o aparente) entre la religión y la violencia. El Papa sin embargo ha reiterado que esta cita nada tiene que ver con su propio pensar o sentir. Además, nadie cree que quienes analizan los discursos –pertenezcan a la fe que pertenezcan- lo hagan superficialmente, mucho menos cuando se trata de una área tan delicada como la relación entre religiones.

El Concilio Vaticano II en la Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas dice que “no es posible invocar a Dios, Padre de todos, si nos negamos a conducirnos fraternalmente con algunos hombres” (no. 7) para ello, sabemos, es indispensable haber olvidado el pasado de enemistad entre cristianos y musulmanes (no. 3). En un análisis riguroso esta sería una contradicción con la selección del autor hecha para la reflexión.

En otra dimensión -y bajo una interpretación celosa- resultaría más o menos claro que el tema, además del “yihad” (guerra santa), toca un punto medular para el Islam: la conversión, no sólo la obligada con violencia –que en sí no sería conversión- sino la sugerida por el macedonio de Pablo.

Quien es musulmán, es musulmán para siempre y “deberá desasociarse de los enemigos del Profeta”, dice una de las raíces de esta religión: justificar la infidelidad implícita en la acción la hace un tema vetado para quien no sea musulmán.

Habrá que apelar al reconocimiento de un dato por todos conocido: además de la fidelidad al Dios único, hay algo más que relaciona a las “tres leyes”: la profunda caridad implícita en la fe y a la que todos aspiramos alcanzar. Se sabe que -aun cuando no hay nada que justifique de fondo la violencia- nadie en su sano juicio piensa tampoco que el hombre realmente comprometido considere esas manifestaciones violentas como un fin ni siquiera por bienes materiales como en ocasiones podría parecer si se le mira superficialmente; de ser así, nadie desearía encontrarse con Dios, bastaría con vivir con leyes de la selva, lo que es más, el hombre ni siquiera sería capaz de asombrarse ante la contemplación de lo trascendente.

Quien es fiel a la religión sabe que su razón y su corazón son imperfectos pero aún así anhela estar algún día y eternamente ante la presencia de Dios mismo por cuyo Amor salvífico, ahora, su propia existencia resulta justificada.



La rabia y el orgullo
RAFAEL ENRIQUE CESSA FLORES

La periodista y escritora Oriana Fallaci (1929-2006) famosa por sus entrevistas a grandes personalidades políticas (Kissinger, Yaser Arafat, Muammar Gaddafi, Zulfikar Ali Bhutto, Willy Brandt, Golda Meir, Mao Tse Tung, Ruhollah Jomeini, Indira Gandhi, John y Robert Kennedy…), acusada de racismo religioso, xenofobia, difamación y vilipendio por sus polémicas declaraciones sobre el islamismo y la crisis de occidente (“Europa no es ya Europa, es Eurabia, una colonia del Islam donde la invasión islámica no viene solo en un sentido físico, sino también mental y cultural”), valiente corresponsal en las guerras de Vietnam y del Golfo, eminente escritora (novela, ensayo, crónica, artículo, entrevista...), quien además enfrentó in situ la matanza en Tlatelolco en 1968 (en donde resultó herida) y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva Cork. Falleció en Florencia el pasado viernes 15 a los 77 años víctima de Cáncer.

A través de su obra emprendió una “defensa de occidente” frente al fundamentalismo islámico, de quienes dijo son como una “montaña que en mil cuatrocientos años no se ha movido, no ha salido del abismo de su ceguera, no ha abierto sus puertas a las conquistas de civilización, nunca ha querido saber sobre libertad y democracia y progreso. Para abreviar, no ha cambiado". Reprobó y atacó a los que aplican la pena de muerte por consumir bebidas alcohólicas y piensan que “las mujeres deben costar menos que los camellos, no deben ir a la escuela, no deben hacerse fotografías, etc”.

En La rabia y el orgullo (2001), serie de artículos publicados en el diario español El Mundo a raíz de los atentados del “martes negro”, que establecen su retorno después de un largo silencio, Fallaci expresa, polémica y directa como siempre, su indignación por los ataques terrositas y la rabia que le produjo la muerte de miles de personas inocentes. Critica a Europa por su posición un tanto pasiva frente al terrorismo, acusa a Estados Unidos por haber entrenado y regalado armas a los afganos cuando peleaban contra la Unión Soviética. Es también un ataque vehemente contra el fundamentalismo islámico y una crítica apasionada a la inacción de occidente.

Penélope en la guerra (1962), Entrevista con la historia (1974), Carta a un niño que nunca nació (1975), Un hombre (1979), La rabia y el orgullo (2001), La fuerza de la razón (2004), Oriana Fallaci entrevista a Oriana Fallaci (2004), en donde narra su lucha contra el cáncer, son algunas de sus obras.

La pluma de Fallaci es fría y filosa, como una navaja: existe una amenaza llamada, Islam y occidente debe defender su cultura, parafraseando declaraciones de la controvertida escritora. “Lo que tenía que decir lo dije. Me lo han ordenado la rabia y el orgullo. La conciencia limpia y la edad me lo han permitido. Punto y final”.



CONCILIÁBULO

Logos de Dios, logos del hombre
El 12 de septiembre el papa Benedicto XVI se dirigió, mediante un discurso, a la comunidad intelectual de la Universidad de Ratbisno, Alemania, para invitarlos a caminar juntos en la búsqueda de la verdad a través de la ciencia y de la fe. Es conveniente saber que no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios.


Por su primer centenario de nacimiento
Del 20 al 22 de septiembre se llevará acabo el IV Coloquio de Filosofía en la Universidad Pontificia de México. Donde se tratarán temas relacionados con la filosofía, política y religión en la obra de Emmanuel Levinas (1906-1995). Dichas conferencias magistrales serán presentadas por el Dr. Carlos Mendoza (UPM), el Dr. Enrique Dussel (UAM-I) y la Dra. Silvana Rabinovich (UNAM- IIFL).


Ruega por nosotros
La revista Mensaje sale a la venta el 30 de septiembre y el 1 de octubre en Jalacingo, Altotonga y Perote. Posteriormente será la venta oficial del 7 al 8 octubre en la región de Córdoba y Xalapa. En esta ocasión el número de nuestra revista es de Edición Especial con motivo de la canonización de nuestro próximo Santo Rafael Guízar Valencia.


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