Domingo 23 de julio de 2006

Plana semanal del Seminario Arquidiocesano de Xalapa, Ver.
MÉXICO
Desde el año 2000
Aparece en el Diario de Xalapa


E D I T O R I A L

Familias en verano
En estos tiempos vacacionales los hijos tienen la oportunidad de convivir más con sus familias, con sus padres y hermanos, así como poder visitar a familiares que durante el ciclo escolar no han podido ver porque viven en otra ciudad. Es importante que los lazos familiares se fortalezcan a través del diálogo, la convivencia sana y alegre porque así se aleja la soledad y el vacío que produce el egoísmo. El ser humano es un ser social por naturaleza, y se realiza en comunidad, relacionándose con los demás y esta relación comienza dentro de la familia, es el semillero de la formación ética de los ciudadanos, los valores que se practiquen al interior de la familia serán los que trasciendan en la sociedad.



“Dios colme a usted de bendiciones…”
JUAN CARLOS ARCEO

Monseñor Rafael Guízar y Valencia fue un sacerdote y obispo ejemplar. Le tocó vivir un tiempo ajetreado por la revolución y el anticlericalismo presente en el Estado de Veracruz de esos años.
Lo que más le gustaba era transmitir el tesoro de la fe a los demás. Quienes lo conocieron testimoniaron que el santo obispo gozaba cuando hablaba de Cristo. También ejerció radicalmente la caridad cristiana hacia los más necesitados. Innumerables anécdotas están escritas en los libros y documentos que le valieron el reconocimiento canónico de sus virtudes heroicas y actualmente de su santidad de vida.


Sin embargo, hay una nota característica en la vida de este santo misionero que quisiera resaltar y que se relaciona directamente con la caridad cristiana: la calidad humana de quien sabe hablar y desear siempre el bien a los demás. Una virtud que le fue inculcada desde el seno familiar y que practicó durante toda su vida, haciéndola propia, como si fuera una segunda naturaleza.
En la familia de los Guízar no se hablaba mal de nadie, por convicción. No se criticaba, no eran “maledicentes”, ni mucho menos pensar en la difamación. Más bien, se empeñaban en resaltar las cualidades y aspectos positivos que todas las personas tienen, y sabían disculpar cristianamente los errores de los demás.


No por mera coincidencia ha quedado grabada la “benedicencia” de Mons. Guízar en su tumba y cualquiera que vaya a la catedral de Xalapa lo puede constatar: “Dios colme a usted de bendiciones y lo llene de su santo amor”. Toda su correspondencia terminaba con estas palabras que eran el resumen de una vida entregada a Cristo por la causa del Evangelio, de algo que vivía de corazón, por convicción y sin fingimiento.


Sería injusto reducir la caridad cristiana sólo a la mera ayuda material –que es muy recomendable y hay que fomentar–, cuando también abarca el hablar y el pensar. Y esta es una de las virtudes que Mons. Guízar también nos deja como ejemplo a seguir: hablar, pensar y desear siempre el bien a los demás, saber perdonar los errores que todos tenemos como seres humanos, fijándonos mejor en nuestras cualidades y sabiendo encauzar nuestras diferencias para construir de manera más positiva nuestro entorno social.


Esto no quiere decir que ignoremos los errores objetivos, pero sí que se afronten de un modo más cristiano, dejando en manos de quienes pueden y deben la solución requerida. ¡Qué diferente serían estas fechas si tuviéramos como programa de vida, y como preparación para los festejos que vendrán con motivo de la canonización, el que comencemos a imitar la virtud de la “benedicencia”! ¿Ilusión? No, más bien un reto para formar la voluntad con valores sólidos y con un sentido más cristiano.



La Eucaristía: alimento de vida
JORGE JIMÉNEZ GUADIANA

A través de los años, nuestra Iglesia católica ha visto muchos cambios. Sin embargo, hay algo que permanece igual y que nunca cambiará: la Eucaristía. La Eucaristía ha permanecido en el corazón de lo que creemos y celebramos. La celebración eucarística en la que participamos cada fin de semana tiene sus raíces en la última cena, cuando Jesús partió el pan y lo compartió con sus discípulos diciendo “hagan esto en memoria mía”(Lc 22,19). Así es que cada vez que nos acercamos al altar para recibir el cuerpo y la sangre de Cristo recordamos el sacrificio de Jesús y la llamada a recibirlo en la Eucaristía en memoria suya.


El catecismo de la Iglesia católica nos dice que “la Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una bendición por la cual la Iglesia expresa su reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado mediante la creación, la redención y la santificación” (#1360).


A veces cuando hacemos lo mismo cada semana podemos caer en una rutina y, para muchos, el ir a Misa bien puede ser una mera rutina. Ojalá que nosotros nunca caigamos en algo así, especialmente tratándose de una celebración tan única y tan especial como es la celebración de la santa Eucarística.


En su encíclica “Ecclesia de Eucaristía”, el Papa Juan Pablo II hizo referencia a retomar lo maravilloso de este regalo. Al leer esta encíclica me pongo a pensar como cuántas veces vamos a misa y no nos acercamos a comer de su cuerpo y de su sangre que nos da vida eterna. Y cuántas veces lo recibimos sin tener en cuenta realmente cuán maravilloso es este regalo. Muchas veces no nos ponemos a reflexionar en el verdadero sacrificio de Jesús, y a veces no nos acordamos siquiera de agradecerle las cosas buenas y maravillosas que nos regala a diario. Vamos a misa y no reconocemos que nos hemos reunido como “una sola familia y como un mismo pueblo” de Dios. Por eso es muy importante retomar la alegría de este regalo tan maravilloso. Alegrarnos realmente por tener a Cristo vivo entre nosotros.


Diario es una oportunidad para acercarnos a Jesús Sacramentado y reconocer en él su poder y su gloria. Si no hemos aprovechado para acercarnos a Jesús en la Eucaristía nunca es tarde para hacerlo. Cristo siempre nos espera con los brazos abiertos y la alegría más grande de nuestra Madre Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, es que nos acerquemos a su hijo Jesucristo.
Podemos acercarnos a Jesús en la sagrada comunión y recibirlo concientes de que realmente está presente en el pan y el vino consagrados. “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre.” (Jn 6,51). Nos asegura también que quien come de su carne y bebe de su sangre “tiene vida eterna”. (Jn 6, 54)


Hay que tomar en cuenta que la Eucaristía es un banquete familiar. ¿Por qué no invitar a los familiares y amigos también? Qué hermoso seria si todos nuestros familiares y amigos participaran del banquete más delicioso que se nos puede ofrecer, y que además alimenta nuestra alma y nuestra vida, ya que el pan que recibimos es el “pan vivo bajado del cielo”.
El banquete está preparado y nosotros estamos invitados a participar de él. La próxima vez que comulguemos en la misa recordemos lo que Jesús sufrió por nosotros y cómo entregó su vida para darnos vida a nosotros. Qué bueno es recibir el Pan de Vida en nuestras vidas, y qué mejor que compartirlo también con nuestros seres queridos. Acerquémonos, pues, a la Eucaristía para recibir a Jesús en nuestros corazones y en nuestras familias.




C O N C I L I Á B U L O


México 2009: Encuentro Mundial de las Familias
Al finalizar su visita en Valencia, Benedicto XVI anunció que el próximo Encuentro Mundial de las Familias será en la Ciudad de México. “A la amada Iglesia que peregrina en la noble Nación mexicana y en la persona del Señor Cardenal Norberto Rivera Carrera, arzobispo de aquella ciudad, expreso ya desde ahora mi gratitud por su disponibilidad”, añadió el Santo Padre.
Estos Encuentros se realizan cada tres años desde que Juan Pablo II los instituyera en 1994. El de 2009 será el segundo que se realice en Latinoamérica después de Río de Janeiro en 1997. Las familias mexicanas se saben bendecidas por este acontecimiento.


Cursos de verano
Empezaron las vacaciones para los estudiantes de todos los grados y también empieza la oferta y la demanda de los cursos de verano. Esto es algo que ya es común de estas fechas y muchos estudiantes aprovechan para aprender algo nuevo o para continuar algún aprendizaje de manera relajada y a veces divertida. Las familias agradecen que los cursos sean cada vez más interesantes, variados y profesionales.


Convocatoria al Premio Mundial “Fernando Rielo” de Poesía Mística
Está abierta la convocatoria del XXVI Premio “Fernando Rielo”, el más importante en inglés y español sobre poesía mística. Pueden optar al premio poemarios inéditos, presentados por su autor o autora, escritos en español o en inglés o traducidos a uno de estos dos idiomas. La extensión de la obra presentada no debe ser inferior a 600 versos ni superior a 1.300. El galardón, dotado con 7.000 euros, contempla la publicación de la obra ganadora. Como novedad de esta convocatoria cabe destacar que los derechos de autor de la primera edición de la obra ganadora consistirán en el abono del Premio y la entrega de 100 ejemplares. Las obras deben tratar de poesía mística, es decir, “aquella que expresa los valores espirituales del hombre en su honda significación religiosa”. Este año los poemarios pueden enviarse por correo postal o por correo electrónico (formato PDF) a premiomundial@rielo.com. Se prohíbe el uso de plica y de pseudónimo. El plazo de recepción de las obras finaliza el 15 de octubre próximo.



2 comentarios:

  1. Anónimo5:49 p.m.

    Felicidades por los artículos, especialmente por el del santo obispo de Veracruz. Gracias por promover la paz.

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  2. Anónimo9:33 a.m.

    Quería agradecerles por escribir estas cosas en el diario de Xalapa. Mi esposo está de luto estos días y le di a leer el artículo sobre la benedicencia de Mons. Guízar, le levantó el ánimo y obviamente a mí también. Gracias, Dios los bendiga. Nos hacen falta más de este tipo de escritos.

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