Domingo 20 de junio de 2010

E D I T O R I A L

Formación permanente

Sabemos que los presbíteros de la arquidiócesis de Xalapa, junto con el arzobispo, Hipólito Reyes Larios, están en Teocelo en uno de esos cursos que se llaman de “Formación Permanente”. En todas las profesiones, o carreras, hay este tipo de actualización o aggiornamento, y no puede faltar en los presbíteros cuya misión incluye tantas cosas. Algunos piensan que para ser sacerdote basta ser bueno y, ciertamente, esto debe ser lo primero y lo más importante. Pero las comunidades cristianas son cada día más complejas y diferenciadas y quienes están al frente para iluminarlas en el nombre de Jesucristo deben estudiar mucho y, por supuesto, rezar mucho. Así vemos a los presbíteros de Xalapa reunidos en torno a su pastor. Que Dios los ilumine.

C O N C I L I Á B U L O

Nuevos sacerdotes para Orizaba

Con gusto señalamos que en la ciudad de Orizaba han sido ordenados sacerdotes nuestros compañeros Jafet Odilón García Velázquez y Paulino Martínez Díaz y diácono, Jesús Antonio Santiago Rodríguez. Los felicitamos de corazón y les deseamos una grande perseverancia y que la palabra de Dios llegue a mucha gente a través de ellos.

El INEGI

Del 31 de mayo al 25 de junio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realiza el XII Censo de Población y Vivienda 2010. En 2005, Veracruz ocupó el tercer nivel nacional en cuanto a número de habitantes con 7 millones 110 mil 214, que representaban el 6.9% de los del país en su conjunto. La población era predominantemente joven, ya que el 56% tenía menos de 30 años de edad en 2005.

Un documento inédito

La Editora de Gobierno del Estado de Veracruz, que dirige Félix Báez-Jorge, ha publicado un documento inédito sobre Xalapa. Se llama División del curato de Xalapa 1769-1773 (Xalapa, 2009) y es presentado por Adriana Naveda Chávez-Hita y Fernanda Núñez Becerra. Se trata de las investigaciones que se hicieron en orden a la construcción de la parroquia de San José, que sería el segundo curato de esta ciudad. Nos extraña que el padre Celestino Barradas no cite este documento que se encuentra en el archivo de la Catedral y también en la Universidad de Austin, Texas. Por cierto que uno de los testigos citados a cada paso es un Miguel Antonio Barradas, que no sabemos si tenga algo que ver con el actual historiador de la Diócesis.

Muy probablemente

Muy probablemente la Facultad de Filosofía “Rafael Guízar Valencia” suspenda el primer año durante el curso 2010-2011 por razones de organización interna, logística y reforma completa del plan de estudios. Hasta la fecha, todo ha procedido con absoluta normalidad y muchos de los egresados ocupan ya cargos importantes. En la Facultad se estudia mucho.

Ser padre, ser familia, ser humano
POR IGNACIO LAGUNES CARRERA

Este domingo, entre otras cosas, festejamos y recordamos a quienes junto con nuestras madres nos dieron la vida: nuestros padres. Muchos coinciden en que la labor de papá es difícil y más en estos tiempos. Algunos escritores se refieren a esta generación como la de los padres obedientes y los hijos autoritarios, y mencionan que en la pasada generación los padres eran autoritarios y los hijos obedientes. Aunque difícil, hoy por hoy, el trabajo y el rol de papá se tornan insustituibles para una generación carente de valores y responsabilidades sociales.
El trabajo de papá nunca está aislado, pues siempre es un trabajo de conjunto. Si queremos hablar de la tarea del padre, no podemos dejar de referirnos a la institución como tal llamada familia y su tarea. En consecuencia, el papel del papá en la familia es necesario, la educación de un hijo, si se quiere integral, debe incluir los dos roles: papá y mamá. La familia es una estructura integrada ontológicamente por un hombre y una mujer, éstos crean un clima y un ambiente propio para que cada individuo pueda nacer, desarrollarse, ser consciente de su dignidad y encaminarse a la búsqueda de su constitución última y radical como ser humano auténtico.
Juan Pablo II mencionaba que de la familia nacen los ciudadanos, y en ella se encuentra la primera escuela de virtudes sociales, las cuales constituyen el alma de la vida y el desarrollo de la sociedad misma. (Familiaris Consortio, n. 42) Consecuentemente, la relación familiar es la fuente de la estructura social de la persona, si se quiere personas socialmente productivas, se cultivarán y se forjarán en la familia, y en esto el padre y la madre son los primeros responsables. El ser humano se realiza de manera auténtica dentro de una sociedad, puesto que no es un ser-para-sí cerrado, sino que posee la capacidad de abrirse a los demás, es un ser-con y para los otros. Su perfección como ser hombre, no puede desvincularse de su composición social.
La vida auténtica se desarrolla, pues, en el amor; en todas las dimensiones constitutivas de la naturaleza humana es necesaria la presencia del amor, sólo así se construirá una nueva familia global, regida por la solicitud por los otros, por el respeto a la dignidad personal y la búsqueda del bien común. En estos fines, la familia tiene una función irrenunciable e intransferible. Según la encíclica Familiaris Consortio (n. 17), la responsabilidad de la familia brota de su misma naturaleza y su misión, de su naturaleza porque la familia es comunidad de vida y de amor fundada en el matrimonio, de su misión por su compromiso de custodiar, revelar y comunicar el amor.
Hoy que celebramos a los papás, no podemos olvidar reflexionar la misión de la institución familiar, pues la labor de un progenitor se suscribe y se subordina a la misión de la familia, ciertamente es motivo de alegría conmemorar a nuestros papás, sin embargo más regocijo y solicitud debe provocar hacer presente de nuevo nuestro compromiso, pues esto nos llevará a construir la sociedad que todos estamos buscando. Por último, hay que decir que el Estado tiene el deber y la obligación de ayudar al desempeño eficaz de la familias, pues “es deber del Estado reforzar y proteger la genuina institución familiar, respetando su configuración natural y sus derechos innatos e inalienables.” (Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz, 1994, n. 5)
IMAGEN: padre

VIDA COMUNITARIA, UN ALTO IDEAL
La comunidad religiosa

POR HNA. ALMA VILLEGAS RODRÍGUEZ

La comunidad religiosa es un grupo de personas unidas con un mismo proyecto, y que todo lo comparten, desde las cosas materiales hasta el servicio de sus cualidades. Su fin es el seguimiento de Cristo, adoptando su estilo de vida: pobreza, castidad y obediencia.

Un elemento esencial e indispensable, es lo comunitario. No hay alguien que se diga religioso, que no esté inserto en una comunidad; claro que puede haber excepciones, por lo que existen ciertos permisos, pero nunca prolongados.
El padre franciscano, Pedro Romero, escribió que la vida común propia de la vida religiosa tiene como finalidad facilitar la perfección de la caridad. Ciertamente que es un ideal muy grande, pues la caridad es una virtud teologal del amor a Dios y al prójimo, y ésta, vivida de un modo excelente.
Las personas que optan por este estilo de vida son semejantes a todas las demás, en cuanto que no nacieron dotados de talentos o virtudes angelicales. Tienen una cultura y ambiente propio, con una historia familiar única, con cualidades y defectos, con logros y fracasos, con gozos y tristezas. En definitiva, con elementos que le son comunes a todo ser humano. ¿Cómo vivir ideales tan altos? ¿Por qué dedicar toda la vida -la única que se tiene-, para alcanzar algo que parece irrealizable?
No son las fuerzas humanas, ni siquiera las buenas intenciones lo que anima la elección y la perseverancia en la vida religiosa; existe algo más, algo como divino o sobrenatural. Es la fe que mueve la vida de estas personas y les da esperanza para luchar y continuar, siempre teniendo la certeza de que los resultados no dependen de los quehaceres humanos, sino de Alguien que dirige la vida personal y todo el curso de la historia.

FRASE DE LA SEMANA:

“No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón.”
Madre Teresa de Calcuta